La desinversión de Pemex en Repsol era un secreto a voces en el mercado, aunque los analistas la preveían para el próximo mes de octubre, al disponer de contratos para obtener plusvalías. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, fue el primero que alertó -a preguntas de este periódico- del peligro que supondría para los sectores naval y energético españoles la salida del gigante mexicano. “Para la industria naval es muy importante que Pemex siga siendo accionista de Repsol”, avisó el mandatario gallego a principios de mayo. Feijóo instó entonces a que ambas partes acercasen posturas, pero al final no ha sido posible.
Ayer, una comunicación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) confirmaba el fin de una era. Pemex y su filial PMI Holdings iniciaban la colocación entre inversores cualificados de su participación del 7,86% en Repsol, por lo que su participación queda diluida a apenas el 1,44%. La paraestatal mexicana que dirige Emilio Lozoya es el accionista relevante más antiguo en el capital de la petrolera, donde también están La Caixa (11,83%), Sacyr (9,23%), Temasek (6,26%) y Blackrock (3%). La colocación acelerada está siendo realizada por Citigroup Global Markets Limited y Deutsche Bank, y tendrá una duración no superior a un día. A precio de cierre de la sesión bursátil de ayer, los 104 millones de acciones de Repsol a los que afecta la operación alcanzan un valor de 2.171 millones de euros.
Pese a que Pemex es socio de Repsol desde finales de los años ochenta, las relaciones entre ambas compañías comenzaron a deteriorarse en agosto de 2011, cuando el grupo mexicano alcanzó un acuerdo de sindicación accionarial en la petrolera española con Sacyr, por entonces presidida por Luis del Rivero. Este acuerdo, cuyo objetivo era promover cambios en la gestión y estrategia de Repsol, se rompió a comienzos de 2012 y quedó sustituido por un pacto industrial entre las dos petroleras, de diez años de vigencia.
La ruptura del pacto entre Pemex y Sacyr vino acompañada de la destitución como presidente del grupo de construcción y servicios de Del Rivero, quien sería sustituido en el cargo por Manuel Manrique. Pese al acuerdo industrial con Repsol, Pemex ha mantenido una posición crítica con la dirección de la compañía española, hasta el punto de presentar de forma unilateral ante el consejo de administración de la petrolera una oferta de arreglo del conflicto sobre YPF, cuyo contenido quedó descartado.
A principios de mayo, el secretario de Hacienda de México, Luis Videgaray, consideró que la eventual venta de la participación de la estatal mexicana en Repsol “no sería mala decisión”, ya que permitiría a la compañía centrar esfuerzos en el país. Esta operación de desinversión de Pemex se produce justo la semana anterior de la visita de Estado a España por parte del presidente de México, Enrique Peña Nieto, prevista para los días 9 y 10 de junio
http://www.farodevigo.es/economia/2014/06/04/pemex-vende-acciones-repsol-semana/1035799.html