La naviera mantiene un EBITDA positivo superior a los 60 millones, a pesar de la bajada en la facturación (-24%) y las pérdidas de más de 15 millones de euros

Baleària moderó el impacto de la crisis sanitaria en los resultados de 2020 gracias a una gestión eficiente y dinámica, adaptada a las continuas fluctuaciones del mercado, así como a la diversificación de sus áreas de negocio (pasaje y carga) y rutas, que tuvieron afectaciones diferentes. “Las restricciones a la movilidad provocaron importantes caídas en todos los tráficos y se tradujeron en un resultado negativo, que nos ha hecho perder parte de solvencia e incrementar la deuda, pero hemos resistido gracias a nuestra fortaleza patrimonial y económica, fruto del trabajo de muchos años”, ha destacado Adolfo Utor, presidente de Baleària.

La naviera priorizó desde el primer momento garantizar un transporte seguro, y en un contexto económico de incertidumbre, a pesar de ajustar los gastos operativos, mantuvo los proyectos e inversiones vinculados a sus ejes estratégicos de sostenibilidad y digitalización, como la botadura del primer fast ferry con motores a gas del mundo y la adjudicación de una nueva smart terminal sostenible en València. “Este ejercicio hemos demostrado fortaleza financiera, y una gran capacidad de reacción, flexibilidad y adaptación”, ha señalado Utor, que también ha resaltado “el gran esfuerzo realizado por todos los equipos”. Finalmente ha indicado que la naviera está preparada “para afrontar la recuperación con energía renovada, optimismo, cohesión y motivación”.

Tráficos

Las áreas de pasaje y carga tuvieron un peso similar en la facturación, pero una evolución muy diferente, ya que las limitaciones a la movilidad y el cierre de fronteras redujeron los pasajeros a la mitad (2.150.000), mientras que el transporte de mercancías fue más estable a lo largo de año, con una disminución del -6% (5.743.000 ml). Durante todo el año, incluyendo los momentos más complicados, Baleària asumió la responsabilidad de cumplir con su compromiso social y se implicó en mantener los servicios en todos los territorios.

Pasajeros

Las rutas nacionales supusieron prácticamente el 94% de los pasajeros, con un comportamiento variable según las zonas: en Ceuta y Melilla el tráfico se desplomó un -60%, en las Baleares la caída fue del -30% y, sin embargo, las rutas con Canarias experimentaron crecimientos (+20%). Cabe destacar que Baleària fue adaptando los horarios y las rutas de forma flexible y reactiva, en función de la demanda.

Por otra parte, las rutas internacionales acuciaron el cierre de fronteras y la cancelación de la Operación Paso del Estrecho, con una disminución en número de pasajeros del -85%. Pese a la situación, la capacidad de adaptación de Baleària permitió dar respuesta a la demanda existente de repatriación de ciudadanos europeos con la apertura de una nueva ruta internacional, entre Marruecos y Francia, que se sumó a casi 50 operativas especiales coordinadas con distintos gobiernos.

Transporte de mercancías

La apuesta de Baleària para contribuir a garantizar el suministro de bienes esenciales a los territorios no peninsulares durante todo el año se tradujo en un comportamiento más estable de esta área de negocio, con una caída del -6% en el número de metros lineales. En el caso de las rutas con Canarias y en las internacionales se experimentaron crecimientos de más de 20%.

Datos económicos

Las afectaciones en los tráficos debido a la pandemia tuvieron como consecuencia una bajada del -24% en la facturación de la naviera y unas pérdidas de más de 15 millones de euros. Sin embargo, la gestión económica de Baleària quedó avalada por un EBITDA superior a los 60 millones. En este contexto económico complicado, la naviera siguió apostando por la competitividad y vocación de liderazgo, manteniendo las inversiones en sus ejes estratégicos (innovación y sostenibilidad), y sumando una nueva prioridad: garantizar la seguridad de sus buques.

Seguridad

Los numerosos protocolos implantados por Baleària (entre los que destacan los protocolos de limpieza y desinfección, la reducción de capacidad de los buques y la medición de temperatura previa al embarque) le valieron para ser la primera naviera del mundo con el certificado Global Safe Site COVID-19 (Excellence).

Rumbo Verde

Baleària siguió con el rumbo verde que la ha convertido en una naviera de referencia en cuanto a sostenibilidad, especialmente en el uso de gas natural, y marcó un hito en el transporte marítimo al botar el Eleanor Roosevelt, el primer fast ferry con motores a gas del mundo, que estará operativo en breve. Además, en 2020 ya navegó con seis buques propulsados por esta energía más limpia, que le permitieron dejar de emitir 37.000 toneladas de C02. Pionera en el transporte marítimo a gas, acaparó el 96% de los suministros de GNL a buques en España, la mayoría con un novedoso sistema de alta eficiencia.

En 2020, Baleària fue adjudicataria de otro proyecto que también será un referente en sostenibilidad: la nueva terminal de pasajeros del puerto de València, en la que invertirá 37 millones de euros. El objetivo es que la terminal tenga el menor impacto ambiental posible, con el uso del 100% de la electricidad autogenerada en las instalaciones por energías renovables o una planta de biogás que permitirá obtener biometano gracias al reciclaje del 100% de los residuos orgánicos.

Innovación

Tanto el fast ferry Eleanor Roosevelt como la terminal de València aúnan sostenibilidad con innovación. Y es que en 2020 Baleària siguió con su apuesta estratégica de transformación digital, con proyectos transversales. Por una parte, instaló sensores en dos buques para monitorizar las emisiones en tiempo real (el primer paso para la futura torre de control) e implantó en las rutas con Melilla un sistema de gestión más avanzado tecnológicamente, que se ampliará al resto de la compañía. En el área de mercancías, siguió avanzado en la digitalización que ha permitido una mejor planificación logística a los clientes de carga y una operativa portuaria más ágil.

Respecto a los servicios para los pasajeros, además de seguir apostando por smart ships que proporcionan una experiencia tecnológica completa, la necesidad de distanciamiento social impulsó el avance de proyectos de digitalización de los accesos a los buques y acomodaciones. En el contacto con el cliente se implantó una herramienta multicanal para ofrecer un atención directa y eficaz, que permitió que el 94% de las consultas fueran resueltas en el primer contacto.

Finalmente hay que resaltar que, a pesar de la inédita situación de 2020, los pasajeros siguieron confiando en Baleària, ya que puntuaron mejor todos los indicadores clave en las encuestas de satisfacción y permitieron incrementar el NPS, el índice que mide la lealtad y satisfacción, en 14 puntos (44,3).

Fuente: balearia
www.balearia.com

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