NAUCHERglobal.- La reciente peripecia del buque EEMS SUN frente a las costas de Barcelona y Tarragona constituye una historia no por repetida menos alarmante.

El EEMS SUN es un pequeño carguero de bandera holandesa, construido en 2009, con 2600 toneladas de peso muerto, que a las pocas horas de salir del puerto de Barcelona el pasado día 28 de octubre, siendo poco más de las 00 horas del día 29, en aguas frente a Vilanova, sufre una caída de planta (“black out”) que le deja a la deriva.

En contacto permanente con el Centro de Coordinación de Salvamento (CCS) de Tarragona, el capitán del buque afirma que están intentando arreglar la avería. Como el tiempo era de calma, la autoridad marítima de Tarragona decide otorgar al barco unas horas, hasta las 12.30, para resolver el problema. En caso contrario, el buque deberá coger el remolque de salvamento que el CCS ha movilizado, el PUNTA MAYOR, con base en Barcelona.

La exigencia responde al deber elemental de las autoridades de garantizar la vida humana en el mar y preservar el medio ambiente, sin riesgos innecesarios. Pero los capitanes, temiendo que la factura del auxilio sea abultada, suelen mostrarse reticentes a admitir la orden. El EEMS SUN informa a la capitana marítima de Tarragona que su armador está en tratos para contratar un remolcador, pues la tripulación, muy reducida, se ve impotente para reparar la avería.

La autoridad marítima insiste en la orden y el capitán persevera en su actitud de ganar tiempo, ora pidiendo unos minutos para comunicar con el armador, ora afirmando que están designando un consignatario en Vilanova, primero, y después en Tarragona, que se encargará de explicar la situación a las autoridades españolas.

Como el viento arrecia y la mar se encrespa, la capitana marítima, en contacto con el director general de Marina Mercante, conmina al capitán del EEMS SUN a dar remolque al PUNTA MAYOR, que lleva ya algún tiempo a su costado, remolcador que le llevará al puerto de Tarragona, no al de Vilanova como pretendía el capitán (que suponía que las tasas del puerto de Vilanova, un puerto menor, serían inferiores a las de Tarragona).

Finalmente, ya de noche cerrada, el EEMS SUN, con dos remolcadores de puerto y práctico a bordo, atraca en Tarragona, donde al día siguiente reparará la avería de la maquinaria y continuará viaje. Las duras condiciones del mercado de fletes, especialmente duras para los buques pequeños de carga general, provoca estos episodios de resistencia -inadmisible desde el punto de vista de las autoridades marítimas- a tomar remolque y entrar en puerto por avería.

Fuente: NAUCHERglobal
http://www.naucher.com/es/actualidad/el-eems-sun-se-quedo-a-la-deriva-frente-al-puerto-de-vilanova/_n:5685/

 

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