El anuncio de las inversiones coincidió con la difusión de un informe del Banco Mundial que concluye que los países africanos ricos en recursos naturales tienden a tener un mayor indice de analfabetismo, tener una menor esperanza de vida, sufrir una extendida malnutrición y mayores problemas de violencia social y familiar que aquellas naciones sin esos recursos.
A pesar de la literatura oficial sobre el potencial de cambio económico que supone para paises como Angola y Mozambique la extracción de gas y petróleo, la realidad de muchos países (y de Ángola en concreto) es que la riqueza generada por el petróleo sólo beneficia a las elites locales y a las compañías extractoras.
La noticia sobre el gas mozambiqueño ha levantado numerosas voces de alarma que consideran que el flujo de petrodólares aplastará en realidad el resto de la economía, multiplicará la ya profusa corrupción y elevará muchos enteros el malestar y las protestas sociales.
Titus Gwemende, responsable de la ONG Oxfam en la industrria extractiva de Mozambique, declaró a la agencia de noticias Reuters que lo más probable es que el desarrollo de la indusrtria de LNG provoque un aumento de la ya explosiva desigualdad existente en el país y desate a corto y medio plazo numerosos conflictos sociales.
La experiencia de Ángola, un país que se independizó de Portugal el mismo año y en las mismas condiciones de guerra civil que Mozambique, que ha visto frustradas las experanzas que suscitó el descubrimiento de petróleo y que se halla ahora sumida en una crisis alarmante, permite pensar que Mozambique seguirá probablemente la misma estela.
