EL COMERCIO. GIJÓN. Los Gobiernos de España y Francia citan a LDLines y Transportes Riva para concretar las condiciones de la subrogación de GLD Atlantique que plantean.

El contacto entre responsables de los gobiernos de España y Francia celebrado anteayer no sirvió para clarificar el futuro de la autopista del mar Gijón-Saint Nazaire, pero sí, al menos, para conocer el estado actual de la situación y fijar un límite temporal para reactivar el convenio de explotación de la línea subvencionada o darlo por definitivamente extinguido. Los próximos días 1 o 2 de junio se celebrará una reunión, en Madrid, con responsables de LDLines y de Transportes Riva para concretar las condiciones de subrogación de GLD Atlantique que plantean.

 

Como Plan B, según explicó ayer a EL COMERCIO el presidente de Puertos del Estado, José Llorca, España y Francia harán una «llamada al mercado» por si el abaratamiento del combustible y la reducción de los costes por escala en un 22% que se han comprometido a aplicar los puertos de Gijón y Saint Nazaire pueden resultar más interesantes a los navieros que las subvenciones.

 

Todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes, pero la única propuesta conocida hasta ahora por Puertos del Estado, según Llorca, es la de Transportes Riva, que se refiere a la subrogación de acciones de GLD Atlantique. Recuperar la línea marítima tal y como ha venido funcionando, según Llorca, implica «mantener todas las condiciones del convenio» y aguantar «tres años con los derechos y obligaciones». Llorca apeló al respeto al ordenamiento jurídico para justificar la flexibilidad cero, de forma que el marco que realmente están planteando las administraciones de España y Francia para intentar recuperar la autopista del mar es más duro que el que tuvo el proyecto inicial y parece más disuasorio que atractivo.

 

La autopista del mar Gijón-Saint Nazaire nació con un presupuesto de 30 millones para subvenciones durante los cuatro primeros años de funcionamiento (la media sería de 7,5 millones al año) y el compromiso de continuar tres años más sin ayudas, pero con cláusula de descuelgue en caso de falta de viabilidad, al finalizar el periodo establecido como subvencionable.

 

La subrogación implica ahora una subvención máxima próxima a los 2,7 millones de euros en el primer año, con compromiso de continuar dos años más sin ayuda, sea cual sea el resultado de la empresa.

 

Eso, en el mejor de los casos, ya que cabe apuntar algunas incógnitas (el Principado ya expresó su sorpresa ante la falta de concreción) que podrían empeorar las cosas. ¿La prórroga de un año para obtener subvención empieza a contar en el momento de restablecer el servicio o cuando se interrumpió?; ¿el tráfico exigido para el primer año de nueva gestión será el establecido para el primer año de la línea o para el quinto, que es el que realmente se iniciaría?, y, sobre todo, ¿sabemos ya si LDLines cometió, aunque sea supuestamente, alguna irregularidad contable por la que deba responder, o sería su sucesor el encargado, en su caso, de asumirla?

 

Con las cosas así, Francia y España demuestran ahora confiar más en un modelo de línea distinto al del convenio con GLD Atlantique, del que Llorca destacó ayer que tendría «mayor flexibilidad». El problema es que, de momento, ese modelo no ha generado ninguna propuesta, al menos que Puertos del Estado conozca y reconozca, si bien Llorca dijo que los puertos de Gijón y Nantes están negociando directamente con Brittany Ferries.

 

http://www.elcomercio.es/gijon/201505/14/futuro-autopista-queda-pendiente-20150514003728-v.html

 

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