LA VOZ DIGITAL. Navantia ha recibido las ofertas y ha solicitado a los empresarios que bajen aún más sus precios para poder subcontratar parte de la carga de trabajo del barco.

La obra del quinto gasero que demanda Gas Natural aún no se ha adjudicado, pero Navantia ya ha empezado a tramitar la subcontratación de buena parte de la carga de trabajo que se le viene encima con este nuevo contrato de construcción naval.

 

Todo apunta a que la adjudicación del barco es «inminente», según varias fuentes consultadas por este periódico. Ante este escenario Navantia trata de atar precio y plazos con las empresas auxiliares que participarán en la obra.

 

Por esta razón, la compañía sacó a concurso el pasado enero el pliego de condiciones para adjudicar este mismo mes de marzo a la industria auxiliar el Módulo 1 del buque, es decir, los tanques de carga. El precio de esta sección del gasero asciende a 21 millones de euros. Un total de tres empresas pujan por el paquete.

 

Han presentado oferta las firmas Nervión, Moncobra-Maesa y las gaditanas Ditecsa-Montajes Cambel. Sin embargo, la sorpresa ha sido mayúscula cuando la dirección de Navantia, tras examinar los expedientes, ha solicitado a los empresarios que ajusten aún más sus precios para ser más competitivos.

 

Para entender el contrato del quinto gasero hay que remontarse a 2011. Gas Natural firmó ese año uno de sus mayores contratos con la norteamericana Cheniere para transportar gas entre Estados Unidos y Japón. Este acuerdo obligaba a la compañía a contar con una nueva flota de gaseros que estuviera operativa a partir de 2016.

 

Gas Natural delegó este trabajo en los armadores Elcano y Knutsen, que decidieron en octubre de 2013 contratar la construcción de cuatro barcos gaseros en los astilleros de Corea y Japón. Ambos armadores argumentaron que Navantia no tenía tecnología suficiente para desarrollar metaneros de ultima generación y por esta razón apostaron por las plantas asiáticas. La decisión crispó al Gobierno de la Nación, que vio como Navantia se quedaba fuera de esta importante inversión.

 

Gas Natural y la SEPI se sentaron a negociar una solución intermedia y de ahí salió la construcción de un quinto gasero. Sin embargo, la batalla no estaba ganada. El armador Knutsen sería el encargado de pilotar la operación con la SEPI y Navantia.

 

Las condiciones que se pusieron sobre la mesa eran que Navantia presentaría una oferta técnica muy atractiva y, sobre todo, una oferta económica sin competencias. La primera ha pasado todos los filtros, sin embargo, el debate se encuentra en la propuesta económica.

 

Este quinto gasero no corre prisa para Gas Natural, ya que sus necesidades de flota a corto y medio plazo están cubiertas con los cuatro barcos que saldrán de los astilleros asiáticos.

 

Esta postura supone más presión para Navantia y, por tanto, para la industria auxiliar a la hora de rebajar los costes de producción si finalmente quieren contar con el contrato, pero también es cierto que los tiempos políticos no son los mismos que los tiempos empresariales. Es más que probable que la adjudicación del gasero a Navantia no sea tan inminente como algunos piensan o desean.

 

http://www.lavozdigital.es/cadiz-provincia/201503/17/tres-empresas-industria-auxiliar-20150317021101-vo.html

 

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