LAS PROVINCIAS. VALENCIA. Empresas y clubes náuticos reclaman un proceso notarial más ágil para poder subastar o desguazar los barcos que amenacen la seguridad

Los puertos deportivos valencianos se están viendo obligados a soportar serios problemas de seguridad, medioambientales y económicos por la lentitud de la Administración de Justicia a la hora de actuar contra el abandono de las embarcaciones. Así lo denuncia el secretario general de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (ANEN), Carlos Sanlorenzo, quien calcula que las instalaciones portuarias de la Comunitat están soportando unas tasas de morosidad en el pago de los amarres que ronda entre el 8% y el 10% de la ocupación. En la mayor parte de los casos, el impago del alquiler del amarre viene acompañado por el abandono de la embarcación, ya que en la mayoría de las situaciones el propietario no puede hacerse cargo del barco y, ni siquiera, ha conseguido venderlo, por lo que acaba por desentenderse de su adecuado mantenimiento.

 

Por una parte, estas situaciones, que afectan principalmente a los puertos más grandes y a los últimos que se han construido (en Castellón y el sur de Alicante, principalmente), provocan problemas económicos a los clubes, que sufren el impago del amarre aunque esté ocupado por una embarcación. «El proceso judicial para conseguir que podamos retirar el barco se alarga entre dos y tres años, y todavía más si el armador es extranjero», lamenta Sanlorenzo. Asimismo, «los dueños suelen declararse insolventes, por lo que cobrar la deuda llega a ser muy difícil y, además, los puertos tienen que asumir los gastos de desguace de la embarcación», añade.

 

El abandono de barcos también genera problemas de seguridad en las instalaciones. «Las embarcaciones se van deteriorando, por lo que, por ejemplo, se pueden desprender piezas y dañar a otros barcos. Además, probablemente carecen hasta de seguro», apunta, por su parte, Jordi Carrasco, portavoz de la Asociación de Clubes Náuticos de la Comunitat (ACNCV), quien recuerda los daños medioambientales que pueden originar los vertidos de combustible o aceite derivados de la falta de mantenimiento de estos barcos. Jornadas en las que el viento sopla con fuerza, como la registrada desde el pasado viernes, son especialmente complicadas para garantizar la seguridad de las embarcaciones en los amarres.

 

El problema nace, principalmente, en el cambio de tendencia originado por la crisis económica: «hemos pasamos de un exceso de demanda a un exceso de oferta», resume el portavoz de ANEN. En esta línea, recuerda que, de las 1.371 matriculaciones de embarcaciones de recreo registradas en 2007, se ha pasado, por ejemplo, a 375 en 2013 y a las 417 del pasado ejercicio.

 

«Antes de la crisis se registró un pequeño boom de puertos deportivos por parte de empresas constructoras sin conocimientos en el sector. Además, muchos clientes que se compraron un barco, luego trataron de quitárselo de en medio, pero no es fácil venderlo, y buena parte de ellos no han podido mantenerlo», resume Sanlorenzo.

 

En esta línea, este portavoz de ANEN, resalta que, cada año que pasa, el precio del barco se devalúa más y, sin mantenimiento, el deterioro es mucho mayor. «Al menos una vez al año hay que sacarlo del agua y limpiarlo», explica. Sin embargo, el lento proceso judicial consigue que, cuando los puertos pueden decidir sobre el barco, éste ya carece de valor, por lo que el desguace es su único destino.

 

Falta un reglamento

 

«Necesitamos un proceso ágil, que dure semanas, y queremos incluir en la normativa un procedimiento notarial para acometer estas acciones sin necesidad de acudir a los juzgados», resalta. De esta forma, «pondríamos solución a esta grave situación». Aunque este proceso ya está incluido en la ley de navegación marítima, todavía es necesario desarrollarlo a través de un reglamento. Sobre ello, el representante de ACNCV, apunta que el proceso pretende llevarse a cabo «con todas las garantías jurídicas para el propietario». Sin embargo, Carrasco sí quiso resaltar la ligera recuperación económica que, desde mediados del pasado año, está experimentando el sector, ya que en algunos puertos la tasa de abandono no supera el 3%. «La ocupación en la temporada 2014 ha sido mejor que en años anteriores, llegando en algunas instalaciones a aumentar en más de un 15%».

 

«Actualmente el mercado náutico ha vuelto a las cifras positivas y nos enfrentamos al futuro con moderado optimismo», subrayan desde la entidad, aunque admiten que el sector ha sufrido la crisis «como la mayoría» porque los clubes náuticos «están muy introducidos en la sociedad y las crisis económicas nos afectan como a todos». «La recuperación no es fácil porque es débil y tiene grandes amenazas pero debemos aprovechar las oportunidades que siempre se generan en tiempo de crisis», concluyen.

 

http://www.lasprovincias.es/valencia/201502/08/abandono-barcos-alta-morosidad-20150208141412.html

 

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