LA VOZ DE GALICIA. Ligan la «fuga de cerebros» a las ventajas competitivas que tienen los lusos. Como en el fútbol cuando es temporada de fichajes. Armadores de barcos de bandera portuguesa con autorización para faenar en el Cantábrico Noroeste en virtud de un acuerdo suscrito por Madrid y Lisboa están haciendo ofertas de empleo a patrones y contramaestres con amplia experiencia a bordo de arrastreros españoles y llevándose así a los profesionales más expertos seducidos por una mejora en las condiciones económicas que, a juicio de los empresarios de aquí, es posible, precisamente, por las ventajas competitivas con las que opera también aquí la flota lusa frente a la oriunda.

Es el último -que no el único- efecto colateral de un acuerdo bilateral que los arrastreros no están dispuestos a permitir que se reedite en el 2016, al menos en las mismas condiciones. El pacto fue firmado en diciembre del 2013 por el entonces ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, y su homóloga portuguesa, Assunção Cristas, y fue celebrado en el sector, puesto que imponía el descanso semanal a la flota portuguesa, una antigua y reiterativa reivindicación de la flota española. Sin embargo, la alegría duró bien poco. Ni tres meses después, en marzo del 2014, los arrastreros gallegos comprobaron atónitos en el AIS (sistema de identificación automática) que los barcos de bandera lusa salían de nuevo al mar en sábado y en domingo. Descubrían así que las autoridades habían modificado el acuerdo, alegando desde Madrid que las diferencias de interpretación del texto nuevo por parte de los inspectores portugueses perjudicaban a España. A quién dañaban o qué perjuicios ocasionaban es algo que todavía hoy desconocen en la banda cántabra, que se han visto de nuevo en la misma situación de desventaja que llevaban decenios denunciando.

 

Sistema «á parte»

La opa a los mandos españoles se viene detectando desde hace ya unos meses. Y la oferta suele acabar en fichaje porque patrones y, en menor medida contramaestres, cobran á parte, como se conoce al sistema de retribución proporcional a lo que se captura. Ahora mismo, la xarda es lo que está dando mayores rendimientos a la flota arrastrera y mientras los buques españoles disponen de una cuota que no alcanza los 90.000 kilos por embarcación, los portugueses acaparan casi 300.000, dado que aunque es menor la cuota que tiene Portugal, la flota no tiene que repartirla con otros segmentos de flota. De ahí que «mentras os portugueses están prantexando limitarse a 50 toneladas á semana durante tres meses, nós temos 80 toneladas para todo o ano», explica un armador gallego de arrastre.

 

Conciencia tranquila

Esa mayor cuota significa que son mayores los ingresos a bordo de un arrastrero luso, por más que haya que trabajar los sábados y los domingos. Así que «os bos, vanse». En A Coruña, han cambiado de equipo tres. Y no solo atraídos por un mayor sueldo, sino también por la tranquilidad que proporciona saber que al llegar a puerto «non che van coller os inspectores con exceso de cota», porque disponen de la suficiente como para no tener que estar trampeando números ni exponerse a multas y a una posible pérdida de puntos.

 

Los cazatalentos portugueses van detrás de los patrones de pesca y de los contramaestres, que son los que se encargan de organizar el trabajo en cubierta. Los primeros van a porcentaje y, aunque los segundos no, los armadores de buques lusos los están tentando con salarios de hasta 4.000 euros al mes, aseguran, frente a los 1.600 que se embolsan en los gallegos.

 

Entre la marinería es diferente, porque el sueldo es muy similar y en los portugueses se trabaja más, dado que no descansan los fines de semana. Los armadores entienden esa fuga de cerebros: «Normal, cobran máis». Pero los llevan los demonios porque se debe a que no trabajan en las mismas condiciones, sino que los portugueses llevan ventaja, dicen.

 

Desguaces en Galicia para armar en Portugal

Está claro que «outro acordo así non o queremos». Torcuato Teixeira, secretario xeral de Pescagalicia, avanzó que los arrastreros boicotearán cualquier renovación de un pacto como el que hoy hay, que, a pesar de ser recíproco, solo aprovechan dos arrastreros de Marín, que pescan en aguas al sur del Miño, y 30 embarcaciones lusas que vienen a pescar en el Cantábrico.

 

Que llevar bandera portuguesa es más rentable lo demuestra, a juicio de Teixeira, el hecho de que hay armadores españoles que han solicitado el desguace de barcos de doce o quince años en España para comprar «cascallos vellos» en Portugal. Y otra muestra, no exenta de ironía: «Muros é o porto máis importante de Portugal», pues hay once arrastreros portugueses frente a cuatro españoles, de los que dos, por cierto, han pedido el desguace.

 

He aquí algunas de las ventajas que, según los gallegos, tienen los lusos:

 

El mercado

Sin descanso semanal. La flota portuguesa, a diferencia de la española, no debe observar el descanso semanal. Poder trabajar sábados y domingos les permite llegar el lunes al mercado e incluso el martes se adelantan a la flota española.

Artes de pesca

Usan tren de bolos. La flota portuguesa no tiene prohibido el uso del tren de bolos, un complemento del arrastre que se emplea para faenar en fondos de roca. Los españoles pueden usarlo fuera de las 12 millas, pero necesitan un permiso especial que la Secretaría General de Pesca suele denegar.

Mayor zona

Sin renuncia al censo. Los arrastreros gallegos podrían faenar en Portugal, pero para eso tendrían que renunciar a hacerlo en el caladero del Cantábrico, porque así lo impone el Gobierno español. Los portugueses no tienen que elegir y pueden faenar tanto en España como en sus aguas, afirman los arrastreros.

Especies prohibidas

Descartes. Si en el aparejo de un barco español entra, por ejemplo, un pez espada, debe devolverlo al mar, debido a que no puede comercializarlo. Los portugueses, sin embargo, pueden descargarlo y venderlo.

 

http://www.lavozdegalicia.es/noticia/maritima/2015/02/26/barcos-portugueses-fichan-talentos-plantilla-arrastre-espanol/0003_201502G26P37995.htm

 

 

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