Se calcula que en el conjunto de España se dejaron de vender alrededor de 50 barcos, lo que supuso una pérdida superior a los 2.000 millones de euros. Pero los astilleros asturianos firmaron más contratos que nunca. Sobre todo Armón y gracias al ‘boom’ de los atuneros, que podían financiarse sin el ‘tax lease’. En 2013, el Principado llegó a situarse en el primer puesto del ranking nacional de pedidos del naval, por delante del País Vasco y Galicia
Una tendencia positiva que han consolidado este año, ya con el apoyo del nuevo régimen de financiación. Los dos astilleros han conseguido pedidos millonarios que les aseguran carga de trabajo, al menos, hasta finales de 2016. Un panorama alentador que confirma el potencial de esta industria para la economía regional.
Los datos hablan por sí solos. El grupo Armón, con instalaciones en Gijón, Navia, Burela y Vigo, ha botado este año un total de 16 buques, entre los que se encuentran los atuneros encargados por el asturmexicano Antonio Suárez, propietario de Grupo Marítimo Industrial (Grupomar), y los dos barcos ‘Cape Ann’ y el ‘Cape Coral’ construidos para la empresa estadounidense Tri Marine. El astillero cerró el año con otros 16 buques en cartera. Cuatro de ellos se construirán en Gijón, diez serán desarrollados por Armón Navia (que incluye las instalaciones de Burela, en Lugo) y dos más en Vigo. Cinco de los contratos se firmaron a lo largo de 2014.
Por su parte, Gondán entregó a Simon Mokster Shipping (Noruega) el buque Stril Luna de apoyo a plataformas petrolíferas en agosto de este año. El astillero firmó a lo largo de este año tres contratos más. El primero, en marzo, para construir un buque oceanográfico para el Instituto de Investigaciones Marinas de Noruega. Un trabajo que conllevará un gran nivel tecnológico y una elevada complejidad técnica. El segundo, en abril, para otro buque de apoyo a plataformas petrolíferas y para el mismo armador noruego que le encargó el Stril Luna. El último de los contratos se firmó en julio. Fue con la Guardia Civil y para la construcción de dos patrulleras que se entregarán previsiblemente en verano de 2015. Irán equipadas con un radar para detección en un radio de más de 96 millas y se construirán en Vegadeo, planta donde Gondán está desarrollando una nueva línea de actividades, los llamados barcos de trabajo, construidos en aluminio y figra (PRFV).
Al margen de estos nuevos trabajos, el astillero tiene en construcción el buque escuela vela ‘TS Royalist’ y el catamarán de aluminio con propulsión diesel ‘Bioatlantis’.
Todo indica que la buena racha se mantendrá en 2015. La demanda mundial de embarcaciones ha vuelto a crecer. Una de las mayores oportunidades que tiene el naval es el segmento de buques ‘offshore’, ya sea para la industria de exploración y explotación de hidrocarburos en alta mar o para las energías renovables, como la eólica marina. Y es que la amenaza que países como China o Corea pueden suponer para la industria naval española depende, en gran medida, del tipo de barco que se construya. En este sentido, los astilleros asturianos poseen una dilatada experiencia en buques de alto valor tecnológico para el sector petrolífero, como supplies, sísmicos (se usan para la detección de bolsas de gas y petróleo en el subsuelo oceánico, e incluso minerales), ancleros (para el anclaje y arrastre de plataformas), pipelaying (para el tendido de tuberías submarinas) o floteles (para acomodar a los trabajadores de las plataformas). Una de las grandes fortalezas de Gondán reside, de hecho, en su especialización en buques pesqueros, de arrastre, militares, policiales, de apoyo a plataformas e incluso de pasajeros, que cuentan con los últimos avances tecnológicos del mercado. Su apuesta por la innovación ha hecho que, además de contar con una interesante cartera de clientes, la compañía haya sido galardonada con varios premios internacionales.
