NAUCHER GLOBAL. En el segundo congreso marítimo nacional, organizado por la Liga Naval, celebrado en Santander entre el 22 y el 25 de septiembre, hubo una jornada dedicada a la construcción naval y a la Armada. El director de relaciones institucionales de Navantia, Francisco Javier Pradere, explicó la dedicación de los astilleros a la construcción de unidades navales diseñadas en colaboración con la Armada y susceptibles de venta a otros países. En concreto, hay muchas esperanzas puestas en la fragata F-110, un navío de combate que ha despertado grandes expectativas fuera de España.

De la intervención del señor Pradere, circunspecta y bien documentada, se deducía la conclusión de que Navantia ha optado por la construcción de buques de combate, abandonando de facto la construcción de graneleros, petroleros o portacontenedores, una opción que la Comisión Europea había facilitado con su decisión de 2005 (ver artículo relacionado). A decir verdad, Navantia tiene escasas posibilidades de competir con los precios de los astilleros coreanos, chinos y de otros países emergentes.

La opción de dedicarse a la construcción de unidades navales es compartida por la Armada española, convertida en socio tecnico y cliente preferente de Navantia. En esa apuesta, el astillero tiene puestas muchas esperanzas en el diseño de la fragata 110, por la que ya se han interesado numerosos países, algunos de ellos (Noruega y Australia, por ejemplo), clientes de los diseños de buques militares de Navantia.

Ante preguntas de los asistentes, el representante de Navantia reconoció la dificultad de competir con otros astilleros europeos en la construcción de buques de crucero y buques de alta tecnología (quimiqueros y gaseros). Ambos segmentos de construcción naval requieren un grado de especialización y nivel teconológico del que carecemos hoy en nuestro país.

La visión que ofreció el representante de Navantia fue corroborado por el almirante Franco Suances, segundo jefe del Alto Estado Mayor de la Armada, cuya intervención en el congreso dejó una estela de sabiduría y buena oratoria. En esa jornada dedicada a la construcción naval intervino, entre otros, Juan Luis Sánchez Echevarría, director general de Astander, un astillero ubicado en Santander y dedicado a la reparación de barcos y buques de pequeño porte, con una ponencia titulada de forma muy sugerente: ¿Tienen futuro los pequeños y medianos astilleros en España?

Con independencia de la conclusión, abierta a interpretaciones diversas, llamó poderosamente la atención la ausencia de cualquier mención a los astilleros dedicados a la reparación de buques de recreo, los conocidos como megayates, un sector en auge al que parecen ignorar los pequeños y medianos astilleros españoles, anclados todavía en la clásica construcción de barcos pesqueros y mercantes de menor tonelaje. Muy de pasada se hizo una breve mención a Marina92, el exitoso astillero de Barcelona que ha venido a compensar el cierre de Nuevo Vulcano.

http://www.naucher.com/es/actualidad/la-fragata-110-gran-apuesta-de-navantia-y-la-armada-espanola/_n:2602/

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