Ayer, el presidente del comité de empresa del astillero de Cádiz, Juan Bedeli, resaltaba el “salto importante” que la factoría está experimentando en la reparación de cruceros, hasta el punto de que la factoría gaditana reparará cuatro cruceros desde el próximo 20 de octubre hasta final de 2014. Pero, a su juicio, no es suficiente para mantener una mano de obra, tanto propia como sobre todo de industria auxiliar, que “significaría revitalizar verdaderamente el empleo en la Bahía de Cádiz”.
Bedeli enumeró los encargos a los que hará frente este astillero de aquí en adelante. Ya el pasado día 22 entró en estas instalaciones una plataforma encargada de instalar tuberías, para lo que se necesitan unos 200 operarios de contratas. Su plazo de reparación son 21 días de trabajo en dique seco y entre 8 y 10 días más fuera de dique, ya a flote.
También entrará en breve en el dique 1 otro barco, el Dublín, aunque tan solo necesitará cuatro o cinco días. Poco después, el 20 de octubre, llegará el primero de los cuatro cruceros mencionados, el Empress, de la compañíaPullmantur, cuya reparación podría llevar a Navantia-Cádiz unos 10 días. Nada más acabar con este buque, entrará en dique el otro crucero de la misma compañía, el Sovereign, con un plazo de reparación similar.
Precisamente, este navío coincidirá durante varios días con el Deutschland, de la compañía alemana Peter Deilmann Cruise, con un plazo de reparación de 23 días a partir del 13 de noviembre. Como dijo ayer Bedeli, en tono irónico, “para hacer esta faena vamos a tener que trabajar 30 horas diarias, pero siempre es positivo”. Añadió que se necesitarán entre 300 y 400 trabajadores de industria auxiliar para acometer todas las labores previstas. Entre ellas, quitar ventanales y sustituirlos por balcones en buena parte de los camarotes (no en todos); sustituir 1.400 metros de tubería de cobre y cambiarla por otro material similar al PVC; además de retoques en chapa y timón.
Después entrará en dique otro crucero, peculiar porque alterna la vela y el motor durante la navegación y se le puede distinguir por sus cuatro mástiles. Se trata del Wind Surf, que permanecerá en el astillero gaditano alrededor de 10 días.
Y el 15 de enero entrará en el dique 4 de la capital el portaaviones Juan Carlos I, el buque insignia de la Armada Española. Como explicó Bedeli, será la primera varada para revisión que sufre este buque desde que se hizo a la mar. Para ello permanecerá unos dos meses en la factoría gaditana. Entre otras labores, la más novedosa es la que afectará a los motores laterales del navío que hacen posible, entre otras maniobras, el atraque lateral en puerto. Lo peculiar de esta actuación es que, si bien en el astillero gaditano ya se ha trabajado en este tipo de motores, en esta ocasión lleva dos hélices en lugar de una.
Tal y como finalice la puesta a punto del Juan Carlos I llegarán al astillero gaditano dos nuevos cruceros, en este caso de la compañía Royal Caribbean: en primer lugar el Explorer of the Sea y, a continuación, el que está considerado uno de los cruceros más grandes del mundo, el Allure of the Sea.
Juan Bedeli recordó que “desde hace tres años, cuando nos pusimos en contacto con Royal Caribbean para reparar cruceros, hemos crecido a pasos agigantados en la reparación de cruceros; el primer contrato con ellos fue un reto y el cliente “salió satisfecho. La prueba está en que se hicieron nuevos contratos hasta 2016”. Tras el contrato con la Royal Caribbean “vinieron muchas otras compañías, porque al venir la principal cadena de cruceros ya las demás se fijaron en los astilleros de Cádiz”, recalcó.
Con todo esto, el presidente del comité del astillero de Cádiz reflexionó que “se demuestra una vez más que, con poca faena que nos den, somos capaces de meter en el dique a más de 400 personas; que me digan otra empresa que sea capaz de hacer esto de un día para otro”. También, aunque valoró que el dique 4 del astillero permanecerá ocupado desde la actualidad hasta prácticamente el mes de mayo, “el dique 1, por ejemplo, lo vamos a tener vacío a partir de enero, no hay continuidad”.
Además, expresó la necesidad de este astillero por acometer algún trabajo de transformación de buques, no solo reparaciones. “La última vez que hicimos una transformación fue cuando modernizamos la flota de la Armada, con las cuatro fragatas que tuvimos en el año 2007”, dijo.
Al respecto, insistió en que “si Navantia quiere hablar de futuro en Reparaciones, necesariamente tiene que pasar por una plantilla joven; nuestra media de edad es de 56 años y, a partir de enero, muchos van a tener ya los 62 años cumplidos”.
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