La construcción de la futura estación de cruceros, infraestructura que tendrá una superficie de 8.473 metros cuadrados –7.000 más que la actual estación provisional– y una longitud de más de 200 metros, requiere de la adaptación de servicios y de mejoras del equipamiento náutico que tiene en la actualidad. Por ello, además de las obras iniciadas ayer, el Puerto también deberá materializar otras actuaciones en la misma zona, concretamente en el cantil del Muelle de Ribera, las cuales se adjudicarán antes de que finalicen los trabajos de demolición. Dichas actuaciones deberán ejecutarse en un plazo de nueve meses y supondrán una coste de dos millones de euros.
Pasarela
Estas consistirán, en líneas generales, en el refuerzo de la primera y segunda alineación del muelle, en una longitud aproximada de 400 metros, donde se ejecutará una nueva viga carril dividida en módulos de 23,6 metros de longitud para soportar la pasarela de embarque y desembarque que utilizarán los cruceristas.
La Autoridad Portuaria explica que para transmitir directamente al terreno la sobrecarga que supondrá la instalación de dicho elemento y la del nuevo tiro de amarras, también se tendrán construir 187 micropilotes que evitarán la afección al resto de la estructura del muelle.
En total, en la futura gran estación de cruceros que se construirá en Santa Cruz de Tenerife, el Puerto chicharrero tendrá que gastarse nueve millones de euros. Los tinglados destinados al tráfico de tomates y papel que ahora se encuentran en el Muelle de Ribera, en la Dársena de Anaga, se trasladarán a la Dársena de Los Llanos, pues la estación de cruceros ocupará dicho espacio. Según ha destacado la Autoridad Portuaria, la futura infraestructura será la más moderna de la Macaronesia y una de las mejores de Europa. La nueva terminal tendrá una capacidad para atender cruceros de hasta 4.000 pasajeros.
La futura estación albergará un gran hall, 50 mostradores para las funciones de chequeo y facturación, una sala de espera para 500 personas, un área para el equipaje y una zona de control. Asimismo, contará con un bar y con varios locales comerciales que se podrían destinar, por ejemplo, y según informa la Autoridad Portuaria, a la venta de souvenirs y de productos típicos. La explotación de estos negocios se sacará a concurso y se entregará al mejor postor. Frente a la terminal, precisamente donde se encuentran las naves que ayer comenzaron a demolerse, se habilitará un amplio espacio de aparcamientos para guaguas y taxis y para los pasajeros que acudan con sus coches.
Pero esta estación no solo será utilizada para atender a los cruceros, sobre todo teniendo en cuenta la elevada inversión que tendrá que realizarse. El presidente del Puerto de Santa Cruz de Tenerife, Pedro Rodríguez Zaragoza, ha anunciado que durante la temporada baja de buques, es decir, en los meses de verano, la futura terminal también podrá acoger la celebración de distintas actividades, como banquetes, reuniones y conciertos. “Sería un error tener cerrada esta estación cuando no arriben cruceros al Puerto de Santa Cruz”, ha manifestado Rodríguez Zaragoza.
