Se trata de un primer paso, ya que esta nueva organización, cuyo nombre y fórmula jurídica está aún por concretar -se hará en una reunión a celebrar dentro de diez días-, va a dar entrada a todas las entidades productoras que lo deseen, siempre y cuando cumplan unos parámetros y requisitos mínimos; al igual que se permitirá la incorporación de los comercializadores (depuradoras) y los transformadores (cocederos y conserveras).
Parece un movimiento tan importante como serio, que poco o nada tiene que ver con otros pasos, si se quiere más viscerales, que fueron dados en esta dirección con anterioridad. Francisco Padín, presidente de la cooperativa de mejilloneros Amegrove, con sede en Porto Meloxo (O Grove), confirma la puesta en marcha de esta organización, cuyo objetivo fundamental es poner fin a la histórica fragmentación del sector y tratar de reflotarlo ahora que atraviesa momentos críticos.
Junto a Amegrove, que es una de las principales referencias del sector gallego y aporta alrededor de 330 bateas de mejillón, en esta apuesta por la unidad participa la asociación Cons do Udra, con sede en Bueu y más de 300 parques de cultivo flotantes.
También se incorpora Socomgal, la sociedad cooperativa asentada en Moaña, una de las más antiguas del sector productor y formada por más de 200 viveros.
No menos importante resulta el papel de Cabo de Cruz (Boiro), otro de los pesos pesados del sector mejillonero, con 150 bateas.
La relación se completa con dos entidades consideradas fuertes en el sector mitilicultor, como son la asociación Illa, en este caso con más de doscientas bateas de mejillón, y Promotora Industrial Sadense (Proinsa), la entidad que opera en más de un centenar de parques de cultivo de Sada, en la ría de Ares-Betanzos.
Aunque puede incorporarse en el futuro, si es que así lo desea y cumple los requisitos, en este proyecto de unidad no aparece la Organización de Productores Mejilloneros de Galicia (Opmega), que por ahora sigue su camino en solitario y está formada por pequeñas asociaciones. Hace años fue la líder indiscutible del sector, pero se ha ido despedazando poco a poco.
Lo que ahora importa es que se han puesto los mimbres para elaborar un gran cesto en el que tengan cabida a corto, medio o largo plazo, absolutamente todos los productores. Y esa unidad es, precisamente, lo que reivindican desde siempre tanto los bateeiros de base, “los de la ropa de aguas”, como sus dirigentes, los anteriores y los actuales
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