LA VOZ DE GALICIA. Apareció en abril en las Rías Baixas, y casi tres meses después, la marea roja sigue bien anclada en las costas gallegas. El 94 % de los polígonos de bateas están cerrados y todo apunta a que así seguirán durante un tiempo. «No quiero ser pesimista, pero estamos en un momento de estabilidad del episodio», explicaba ayer la directora del Intecmar, Covadonga Salgado. Sustenta sus palabras en el último recuento de células tóxicas, publicado ayer a mediodía.

Según ese informe, las muestras de agua recogidas en 21 estaciones oceanográficas evidencian un incremento de las células tóxicas y solo en 9 han retrocedido. Ese dato apunta a que la marea roja seguirá dando guerra al sector del mejillón. La preocupación ya se ha extendido entre los productores, que temen que este año sea una copia del 2013, cuando las purgas de mar se encadenaron y frustraron todas las grandes campañas de venta de bivalvo. Cuando la toxina hizo acto de presencia, los bateeiros quisieron restarle importancia a lo que parecía ser el tradicional episodio tóxico de la primavera. Estas mareas rojas suelen tener una extensión geográfica y temporal limitada. Sin embargo, el episodio iniciado en abril de este año está siendo mucho más duro de lo habitual. Explica Salgado que «se parece más a los de otoño», que afectan a un mayor número de zonas y que se prolonga más en el tiempo.

A medida que pasan las semanas, los productores de mejillón ven cómo se oscurece su horizonte. En zonas como O Grove, especialmente castigadas por la toxina, «estamos nunha situación de desesperación total», según el presidente de la cooperativa Amegrove. Tras un 2013 que dejó a muchas empresas al borde de la extenuación económica, este nuevo episodio puede ser la puntilla para muchos profesionales.

La cadena

Los bateeiros están desesperados, al igual que sus clientes habituales. «Hay que esperar, non queda outra. Resignarnos co que veña e rezar para que a toxina se vaia», decía ayer el presidente de los cocederos, Juan Suárez. Las empresas que se dedican a cocer mejillón para las conserveras podrían estar trabajando ya a un buen ritmo, ya que el rendimiento en carne del poco producto que sale de las bateas es excelente. Pero con el 94 % de las zonas cerradas, es evidente que las posibilidades de trabajar son mínimas. «Se va haciendo lo que se puede, pero poca cosa», argumenta Suárez. Lo que podía ser una brillante campaña de industria se ha visto truncada cuando debería estar arrancando. Y productores y fabricantes saben que recuperar el tiempo y las ventas que ahora se están perdiendo va a ser imposible. Incapaz de saciar la demanda de la industria, el sector productor tampoco puede atender a los pedidos de los depuradores, encargados de nutrir de mejillón fresco los mercados. Con casi todos los polígonos cerrados, el desabastecimiento ya es patente.

 

http://www.lavozdegalicia.es/noticia/economia/2014/06/26/marea-roja-vuelve-truncar-venta-mejillon-industria/0003_201406G26P40991.htm

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