De este volumen de negocio estimado, los astilleros gallegos verán menos de un 30 %, que es el porcentaje de la carga de trabajo contratada por el naval gallego dentro del conjunto de España. Es decir, podría atar unos 510 millones de euros. El sector actualmente sigue liderado por el País Vasco (el 40 % de los pedidos totales), seguido de Asturias (con el 36).
Las cifras apunta una recuperación que se materializará en el bienio 2015-2016, con la entrega de los buques que se están contratando a lo largo de este año. Sin embargo, López Eady recuerda que el volumen de ventas del naval está todavía muy por debajo del nivel que se alcanzaba antes de la crisis del tax lease.
Según su estudio, en el 2009, el sector facturó 3.350 millones de euros (1.500 en construcción militar, otro tanto en civil y 350 en actividad de reparaciones).
No volverá a ser igual
«Será difícil que se vuelvan a repetir estas cantidades, es evidente que la construcción naval no volverá a ser lo que fue, entre otros motivos, porque hay astilleros que se han quedado por el camino», explica. Es el caso de MCíes, en Vigo, o los astilleros de Sevilla y Huelva.
El experto llama la atención sobre el hecho de que la vuelta a la contratación se ha producido solamente en el segmento de buques de mediano tamaño o pesqueros que no necesitan utilizar el sistema de fiscalidad denominado tax lease. «Es así porque el tax lease es un problema no resuelto, el nuevo sistema es más difícil de aplicar y hay inseguridad porque todavía no sabemos el importe que los beneficiarios del anterior sistema van a tener que devolver», afirma.
Esta situación hace que la contratación de buques de gran tonelaje, como los destinados al apoyo de la industria del petróleo, resulten más difíciles de contratar. Mientras tanto, «China y Turquía nos están comiendo el mercado», asegura López Eady.
Basta con repasar el contenido de la cartera de pedidos de los astilleros gallegos para comprobar que, a excepción de los pedidos de Pemex, casi todos los nuevos encargos firmados en los últimos meses son pesqueros.
Es el caso de Cardama (Vigo), que acaba de cerrar la firma de un remolcador similar a los tres que ya hizo para Angola. Tendrá un coste de 15 millones y garantizará carga de trabajo para un año. La previsión es iniciar el montaje a finales del verano.
Freire (Vigo) también acaba de anunciar un buque pesquero congelador para Noruega. Supondrá una carga de trabajo de 19 meses. Esto implica el equivalente a unos 100 puestos de trabajo.
A estos hay que añadir el atunero contratado en Barreras por el grupo mexicano Procesa, uno de los mayores comercializadores de atún del país. El acuerdo se firmó el pasado 16 de diciembre, coincidiendo con la escenificación oficial del desembarco en Barreras de Pemex, de cuya mano llegó Procesa.
Sin embargo, la herramienta de incentivos fiscales que permanece sin estrenar en Galicia sí está permitiendo que astilleros asturianos y vascos estén firmando encargos ya para el 2016.
Así lo confirma la cartera de pedidos de los astilleros españoles elaborado por la auditora Clarkson, con datos actualizados a abril del 2014, recogidos en la publicación colegiada Ingeniería Naval. El asturiano Armón, con 20 unidades contratadas, lidera el ránking de contrataciones; seguido de los vascos Balenciaga y Zamakona, con seis y tres barcos, respectivamente, o el asturiano Gonzán, con otros cinco. El informe atribuye a Armón Vigo, filial de Astilleros Armón, de Asturias, cinco pedidos, dos para la industria del petróleo holandesa, y hasta 16 para México.
