Navantia prepara el terreno para darle el impulso definitivo al programa de construcción de los nuevos submarinos españoles. Y lo hace con cambios significativos en el centro de trabajo donde éste se desarrolla. La dirección de la compañía pública de construcciones y reparaciones navales ha nombrado al vicealmirante retirado José Manuel Sanjurjo Jul nuevo director del astillero de Cartagena.

cmefoto25dLa compañía encarga al jefe del programa de los S-80 la dirección del astillero para darle otro impulso

LA VERDAD, 25 Mar. (Cartagena).- El cargo lo simultaneará con la dirección del programa de los nuevos S-80. Sustituye al ingeniero Antonio Rey Cuerda, a quien le han encomendado la misión de ser el jefe de construcción, el máximo responsable a pie de obra.

Sanjurjo Jul (Lugo, 1945) es vicealmirante de la Armada y doctor ingeniero de Armas Navales. Tiene amplia experiencia internacional, ya que ocupó destinos durante distintas épocas en Estados Unidos, Francia e Italia. El último cargo militar que desempeñó antes de pasar a la reserva fue el de director de Construcciones Navales de la Armada. El 17 de junio de 2013 fue contratado por Navantia para dirigir el programa de fabricación de los nuevos submarinos. Anteriormente coordinó el de las fragatas F-100.

Los cambios fueron anunciados el viernes a los responsables de la factoría de Cartagena y se harán efectivos mañana con la llegada de Sanjurjo desde Madrid, su lugar de residencia. La interpretación que hacen profesionales vinculados al Arsenal es que la compañía trata de dar el impulso definitivo a un proyecto que lleva un año ralentizado por las dificultades para solucionar los problemas técnicos detectados en el primer barco en fabricación, el prototipo S-81. La condición de militar de Sanjurjo también facilitará el entendimiento con la Armada para tratar de completar el rediseño de los S-80, pues durante los últimos años las relaciones entre ambas partes han ido empeorando al mismo nivel que surgían retos técnicos.

El programa de los nuevos submarinos permanece ralentizado desde hace un año a expensas de una decisión política. En abril de 2013 el Ministerio de Defensa reconoció que existía un sobrepeso en la primera unidad en construcción que obligó a revisar su equipamiento y dimensiones. Tras meses de deliberaciones internas y consultas con expertos de la multinacional estadounidense General Dynamics Electric Boats, los ingenieros de Navantia y los de la Armada comenzaron el rediseño del buque. Ahora, esa fase de ingeniería ya está prácticamente terminada. Como principal cambio destaca el aumento de su eslora casi diez metros para equilibrar las cargas internas y corregir un sobrepeso del 8%.

Un año de parón

En enero, comenzó la fabricación de las dieciséis cuadernas necesarias para aumentar la longitud de las cuatro unidades encargadas por la Armada a Navantia. Pero esos trabajos están parados en estos momentos por indicaciones de la Armada, que pidió aumentar la documentación de esas tareas, según destacaron fuentes próximas al proyecto. Ni el Ministerio de Defensa ni Navantia dan información sobre estos aspectos cuando son consultados por este periódico.

A diferencia de otros proyectos de la industria militar española, el programa de los S-80 no se ha visto afectado por los recortes presupuestarios. El Gobierno mantiene la inversión en 2.136 millones de euros para fabricar cuatro sumergibles. El pasado mes de noviembre, el Consejo de Ministros autorizó al Ministerio de Industria a adelantar 775 millones de euros para desbloquear un proyecto necesario para la Armada y considerado estratégico para la industria militar española por las posibilidades de venta que ofrece.

Producto para exportar

Navantia sostiene que el S-80 es el mejor submarino convencional del mundo y con ese argumento lo está ofreciendo a países que planean renovar su flota o aumentar las capacidades de ésta. Son los casos de Australia y de Noruega, países con los que la compañía tiene vínculos comerciales desde hace años. Pero en su contra juega que por ahora el modelo S-80 solo existe en planos. «Y ningún país compra submarinos sobre planos. Hasta que no esté a flote y vean cómo funciona, nadie apostará por él», sostienen expertos consultados por ‘La Verdad’.

En el mejor de los escenarios contemplados por la Armada, el primero de los sumergibles saldrá de la grada de Navantia a mediados de 2015, pero no estará disponible para entrar en servicio antes de 2017. Hasta entonces, la tarea encomendada a José Manuel Sanjurjo no parece sencilla.

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