Joaquín Maceiras, director de operaciones de la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima (Sasemar), se mostraba ayer convencido, durante un encuentro mantenido con los periodistas a las 14 horas, de que los buzos de Sasemar concluirían el boquete de 1,5 por 1,5 metros que en ese momento estaban realizando en la banda de estribor del buque 'Santa Ana', el pesquero accidentado hace hoy una semana contra Isla Erbosa, frente al Cabo Peñas.

cmefoto17dQuerían hacer un boquete para sacar los escombros de la zona habitacional, donde podrían estar los 4 desaparecidos

LA NUEVA ESPAÑA, 17 Mar. (Gijón).- Dicho corte, apuntó Maceiras, se estaba llevando a cabo a la altura del puente de mando, donde se ubica la zona habitacional en la que, creen, podrían estar los cuatro marineros que permanecen desaparecidos. «Creemos que, más o menos, por los tiempos que manejamos, esa apertura estará terminada en una hora.

En cuanto eso ocurra, bajarán los buceadores del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas, que entrarán a través del casco con apoyo de más buceadores, quienes accederán por la zona de popa, a través del parque de pesca, para trabajar con más celeridad y retirar todos los restos que hay en el interior del barco y dificultan el acceso», apuntó entonces el responsable de operaciones de Sasemar.

Finalmente, la mala suerte terminó por volver a ponerse del lado de los rescatadores. La lanza térmica con la que estaban realizando dicho corte se estropeó e impidió concluir el agujero. Al parecer, la especie de manguera de la herramienta se alimenta de oxígeno y rozó en torno a las 16 horas contra alguna roca u otro vértice, e hizo que la lanza dejase de funcionar. A ello hubo que sumar también el ángulo con el que se estaba atacando el casco, que era incorrecto, así como la cantidad de muebles y enseres ubicados en el interior del camarote del contramaestre, espacio sobre el que los buzos de Sasemar estaban trabajando. Además, uno de estos buceadores, que se sumergen por parejas, sufrió un corte en su traje de neopreno, circunstancia que no le impidió continuar con sus labores pese al riesgo de hipotermia.

Dicho contratiempo, que esperan haber solucionado para esta mañana, al igual que el boquete que estaban realizando, obligó a replantear las labores de rescate que se estaban llevando a cabo. Así, se decidió entrar al pecio a través de la trampilla ubicada detrás del puente de mano, la misma que habían utilizado en los últimos días y que sirvió para localizar los cuerpos de Lucas José Mayo y Suherman Hasan. Ayer decidieron centrarse en la sala de máquinas, que rastrearon de forma parcial, así como la sala de tanques, pese a que el agua se encontraba muy turbia por culpa de los restos de combustible. Las inmersiones se alargaron hasta las 20.15 horas, pese a contradecir las normas.

De momento, se han inspeccionado los cuatro camarotes, pasillos y algunos aseos situados bajo la cubierta del puente de mando. Se cree que los cuatro desaparecidos restantes, el ovetense de 28 años Marcos del Agua, el gallego Manuel Tajes Sendón, el portugués Víctor José Farinhas y el indonesio Wasito, pueden estar a la altura de donde se está realizando el nuevo boquete. Allí hay cinco camarotes, una sala, la cocina y el comedor. Fue donde se encontró el sábado a Suherman Hasan, el mecánico indonesio.

Ayer también se supo que la radiobaliza que viajaba a bordo del ‘Santa Ana’ envió la señal de emergencia al centro de control de Lisboa. Se debió al pabellón bajo el que faenaba el pesquero, portugués. Pese a ello, explicó Joaquín Maceiras, «cuando nos llegó la información del accidente ya había medios de salvamento en la zona».

En cuanto a las condiciones de la mar, Maceiras indicó que cuentan con previsiones favorables para seguir trabajando hasta mañana, «incluso el miércoles», aunque dicha situación podría variar.

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