La Armada española tiene en Ferrol las cinco fragatas más avanzadas de la Flota, todas ellas fabricadas en los astilleros locales de Navantia y caracterizadas por su versatilidad y por portar el sistema de combate Aegis. La Alianza Atlántica no duda en sacar el máximo partido a sus capacidades.

cmefoto10eLa OTAN aprovecha al máximo las capacidades de las fragatas F-100

LA VOZ DE GALICIA, 09 Mar. (Ferrol).- Con la incorporación entre abril y mayo de la F-102 al operativo antiterrorista Active Endeavour en el Mediterráneo se habrán requerido cuatro de esas cinco fragatas por parte de la OTAN, tal y como publicó el viernes La Voz, en menos de un año. La F-103, primero, ahora la F-101 y desde mediados de mes la F-105 han sido designados buques de mando de la fuerza naval SNMG-2.

¿Son habituales las colaboraciones con la OTAN?

Sí. En la actualidad, con las misiones en marcha, esa cooperación con los aliados es especialmente estrecha. Pero es habitual que se hagan operaciones puntuales de las F-100 en misiones como la Active Endeavour, aunque con una duración más corta. Además, no es la primera vez que ejercen como buques insignia de una flota permanente de la OTAN.

¿Qué supone?

En primera instancia, que las fragatas acumulen muchos más días de navegación que si no estuviesen en esos operativos, por los recortes presupuestarios de Defensa. En segundo término, que los buques ferrolanos estén desempeñeando el papel de vanguardia aliada en complejos escenarios internacionales. En concreto, en el Mediterráneo y el Índico.

¿Cuáles son sus tareas?

La principal, como no puede ser de otro modo, es cumplir con sus cometidos en función de la misión, bien en el marco de la lucha contra la piratería bien en el del trabajo para la prevención de actividades terroristas en el Mediterráneo. Los últimos despliegues al frente de la SNMG-2 también han servido para que la OTAN estrechase lazos con países que no se encuentran dentro del arco aliado, especialmente en Asia y África. De modo que las unidades F-100, el mando embarcado y sus dotaciones han hecho las veces de embajadores para la OTAN. Labor esta a la que se le está dando especial importancia. Además, los operativos permiten, en muchos casos, que las F-100 puedan desplazarse a puertos de naciones que tienen interés en modernizar sus flotas con unidades de similares características, reforzando de este modo, en la medida de lo posible, el trabajo comercial que desarrolla Navantia para la consecución de nuevos pedidos. Pero el abanico de tareas no se queda solo aquí. También se realizan importantes labores de carácter humanitario que no pasan desapercibidas.

¿Cuáles son las labores humanitarias?

Diversas. Por poner un ejemplo, recientemente la F-101, en la actualidad desplegada en el Índico, auxilió a una embarcación yemení que se encontraba navegando en condiciones de riesgo y facilitó que la tripulación regresase a su nación. Hace algunas semanas, por dar otra muestra, proporcionaron asistencia médica a habitantes de una población de Somalia.

¿Hay adiestramiento específico?

Sí. Cada una de las fragatas y sus dotaciones, compuestas por unos doscientos hombres y mujeres en cada caso, tienen que pasar antes de cada misión por adiestramientos específicos y unas pruebas que se realizan en Rota. Solo cuando esos ejercicios son superados con éxito la Marina califica al buque para el despliegue. En otras palabras, da luz verde para que pueda incorporarse a las tareas que se encomiendan por parte de la Alianza Atlántica.

¿Se trata de pruebas exigentes?

Sí. El ejemplo más reciente está en la fragata F-102. Pasará tres semanas de calificación operativa en Rota para poder certificar su capacidad para incorporarse a la misión Active Endeavour entre abril y mayo.

¿Qué ejercicios hay que abordar?

Siguiendo con el ejemplo de la fragata F-102, durante ese período de adiestramiento en Rota pondrá en práctica sus capacidades de táctica naval y, tal y como señala la Armada, ensayará la «protección ante incidencias en la mar como incendios o inundaciones; protección de ataques de armas nucleares, bacteriológicas o químicas; navegación y uso de armamento, entre otras». Añaden: «La dotación será sometida a situaciones de máxima exigencia en la que el buque tendrá que poner en práctica todas sus capacidades, muchas veces de forma simultánea, llegando en ocasiones a situaciones complejas que exigirán optimizar recursos y tiempo». Es la preparación para ser la vanguardia de la OTAN. Y necesaria, además, para atender situaciones de crisis reales en caso de producirse y de que el buque sea requerido para ello.

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