El objetivo de la estrategia persigue identificar los intereses de la UE como la prevención de conflictos, la protección de la infraestructura crítica, el control efectivo de las fronteras externas, la protección de la cadena el mercado global –el 90% del comercio externo de la UE y el 40% de su comercio interno se transporta por mar– y prevenir la pesca ilegal.
La propuesta identifica múltiples riesgos y amenazas para los ciudadanos europeos y la UE como las disputas marítimas territoriales, la piratería, el terrorismo y ataques contra buques, puertos y otras infraestructuras críticas, las redes de crimen organizado que utilizan rutas marítimas y el impacto de los desastres naturales o condiciones meteorológicas extremas.
En todo caso, defiende la necesidad de desarrollar un enfoque integral para abordar el desafío de la seguridad marítima que incorpore todas las funciones, desde los guardacostas a los buques, las autoridades portuarias y las autoridades competentes de aduanas.
La apuesta es reforzar la cooperación entre todos los actores marítimos de manera eficaz para atajar los riesgos y las amenazas y centrar los esfuerzos a nivel europeo en cinco áreas específicas donde más valor añadido se puede obtener como son en materia de acción externa, vigilancia marítima e intercambio de información, desarrollo de capacidades y consolidación de las mismas, gestión del riego, protección de infraestructura marítima crítica y respuesta a crisis e investigación en seguridad marítima, innovación, educación y entrenamiento.
También se trata de vincular mejor los sectores de la seguridad marítima, el transporte marítimo, la protección medioambiental, el control de pesca, el control de fronteras, de pesca, la defensa, la investigación o el desarrollo entre otros con el fin de promover un enfoque más eficiente y menos costoso.
Plena implicación de los Estados
Ashton ha dejado claro que hay que garantizar la plena implicación de los Estados miembros para desarrollar la estrategia propuesta, dado que “muchas de las actividades operativas las llevan a cabo las autoridades nacionales”.
Aunque hay ejemplos ya existentes como los planes de despliegue o sistemas de intercambio de información reforzados que pueden llevar al uso al uso de plataformas comunes de operaciones de vigilancia se trata de una cuestión que requiere ser discusiones en más detalle con los Estados miembros.
La estrategia reconoce en todo caso el éxito de la primera operación aeronaval de la UE lanzada en 2008 para combatir la piratería en el Golfo de Adén, bautizada Atalanta, aunque insiste en que las situaciones de inseguridad en el mar deben atajarse con “todos los instrumentos y herramientas posibles” . “Cada caso requiere una evaluación plena de la situación a fin de facilitar la mejor acción”, según la propuesta.
Ashton ha recordado que “la seguridad y el bienestar de los europeos depende en gran medida de mares abiertos y seguros” y por ello “es necesario que la UE ataje las amenazas y los desafíos marítimos”.
“Necesitamos un enfoque combinado, como se ha demostrado en el Cuerno de África, donde hemos logrado resultados significativos en la lucha contra la piratería”, ha defendido, al tiempo que ha confiado en que la propuesta presentada “allana el camino para una utilización más sistemática de todas las herramientas” a disposición de los europeos.
“Garantizar la seguridad de nuestros mares y océanos es el primer objetivo de la UE. Nuestros ciudadanos esperan respuestas eficaces para la protección de los puertos e instalaciones en alta mar, para asegurar nuestro comercio marítimo, atajar las potenciales amenazas de las actividades criminales en el mar o posibles diputas en las fronteras marítimas”, ha defendido por su parte la comisaria de Pesca y Asuntos Marítimos, Maria Damanaki, asegurando que la propuesta de hoy “es un primer paso importante adelante”.
