Toca levantar cabeza e intentar recomponerse del segundo gran temporal de este invierno, pero no será fácil porque toda la costa asturiana ha quedado tocada en mayor o menor medida y los embates de la mar más brava han provocado destrozos millonarios, y no sólo en las infraestructuras. También entre la gente de la mar y en los negocios de las riberas.

 destrozos

Las ‘zonas cero’ de este temporal son Cudillero, donde la mar se llevó otros 30 metros del dique e inundó varios negocios y donde también hay grietas en la estructura de arcos que sujeta el puerto viejo, y Viavélez, en El Franco, donde se derrumbó parte del muro del paseo, que ya había quedado dañado con el anterior temporal. En esa localidad del Occidente, el oleaje también rompió el muro de entrada al puerto, inundando además el bar La Taberna, tras romper la cristalera del local. Y lo que es peor: la regidora pixueta, Olga Fernández, sostiene que la reparación del espigón del puerto de Cudillero va a ser complicada, no sólo por el incremento de línea de muro abatida, sino porque parece que hay filtraciones por debajo del dique.

Lo más preocupante es que el puerto de Cudillero ya no cuenta con la protección del espigón, de modo que ahora entra una gran cantidad de agua por el boquete. Eso explica que el lunes, en el puerto viejo, uno de los arcos del muelle oeste que, según detalló la regidora, «llevan en pie cientos de años», se derrumbase por efecto de la mar y obligase a acordonar la zona.

Otro municipio especialmente afectado por los dos últimos temporales ha sido Gozón, especialmente Luanco. Y otro de los puntos más castigados, a caballo entre el municipio gozoniego y Avilés, fue la zona de Zeluán, además de la localidad de San Juan, donde bajos y viviendas se vieron inundados, y la playa de Salinas.

En Luanco, los efectos del temporal tuvieron especial incidencia en la zona de La Ribera, en la que tuvo que ser desalojada una familia. En cuanto a los principales daños en la hostelería, se registraron en el Café del Mar. Este establecimiento ya había iniciado la restauración del local tras el pasado temporal procediendo a la colocación de las lunas de cristal del exterior. Y, pese a que su propietario instaló un refuerzo de planchas de madera, no fue suficiente. También sufrió importantes destrozos el muelle viejo. En esta zona, el empuje de la marejada afectó especialmente al sistema eléctrico de la cofradía.

Siguiendo con el balance, en este caso de la mitad occidental del Principado, en Valdés hay un socavón en la vía de acceso a las playas, a la altura de la playa Primera, y el agua llegó incluso a las calles de la villa. Y, en Navia, las olas saltaron el muelle e inundaron el barcal y la poza, al traspasar la carretera que va a la playa. Además, se saturaron saneamientos y sumideros.

En Puerto de Vega, se desplazaron, asimismo, algunos bloques de piedra del espigón hacia la dársena y quedó destrozado parte del muro de protección del paseo marítimo.

En Tapia, volvió a quedar anegado el campo de fútbol de A Xungueira, que todavía no se había recuperado del temporal de febrero. Además, hay daños en la barandilla y el pavimento de la zona portuaria. En la playa de Serantes, el mar se llevó gran parte de la arena, además de llenarla de piedras, y hay un socavón en una de las rampas de bajada al arenal.

En Castropol, los daños se cebaron en el aglomerado de la explanada del puerto, mientras que en Ortiguera (Coaña), hay pequeñas grietas en el muelle y destrozos en la instalación eléctrica del puerto. En la playa de Los Foxos están también dañadas la escollera y el área recreativa. Y en la de Torbas se rompió parte de la barandilla.

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