La Armada anunció que la fragata F-105, la más moderna del país, zarpará esta tarde, si no hay contratiempos, a encarar su primera misión real. Su prueba de fuego será con la OTAN y en un escenario exigente, el Índico.

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El Índico, un escenario muy exigente para la fragata más moderna

LA VOZ DE GALICIA, 24 Feb. (Ferrol).- ¿Cuál será el cometido?

Durante cuatro meses -al margen de la duración de las navegaciones de ida y vuelta- la unidad estará al mando de la flota permanente de la OTAN SNMG-2. Culminará el año de mando español de esa fuerza naval que a día de hoy lidera la F-101. Y antes lo hizo la F-103.

¿Y las principales tareas?

Diversas. De entrada, al ejercer como buque de mando, tiene que coordinar la actuación de todas las unidades que la acompañen dentro de la misión antipiratería denominada Ocean Shield. Aquí el área de Comunicaciones jugará un papel determinante. Cabe recordar que el número de barcos que engrosan esta fuerza naval de la Alianza Atlántica, y sus países de procedencia, varía en función de la exigencia de la labor que tienen que acometer. Pero el abanico de objetivos es mucho mayor.

¿Qué se persigue?

La F-105, además de ejercer como buque insignia, tendrá el cometido de patrullar extensas áreas geográficas en el Índico, una de las principales dificultades de esta misión. Deberá, además, garantizar la seguridad en el corredor marítimo internacional recomendado para los mercantes para evitar ataques y secuestros. Un equipo de la dotación -de Infantería de Marina-, además, está especialmente adiestrado para el abordaje de aquellas embarcaciones que se consideren sospechosas de piratería o cualquier otra actividad delictiva. Estos abordajes pueden ser consentidos -con el permiso del mando del buque sospechoso- o no. En este segundo caso han de hacerse por la fuerza.

¿Hubo adiestramiento específico?

Sí. Desde que fue entregada de forma definitiva a la Armada por parte de Navantia ya estuvo preparando su misión en aguas de Ferrol. Pero recientemente se desplazó a Rota donde, durante tres semanas, tanto el buque como la dotación fueron sometidos a todo tipo de ejercicios y maniobras específicas para garantizar que la unidad está a punto para cumplir con su cometido con la OTAN. Logró la certificación para asumir la misión.

¿Es importante esta tarea para la Armada española?

Sí. Por diversos motivos. El primero es culminar el año de mando español de la SNGM-2 con éxito, como ha sucedido hasta el momento. El segundo es testar las capacidades de la que, a día de hoy, es la fragata más versatil y ágil de la Armada. Y, en tercer término, el hecho de que asuma el mando de una fuerza naval de la OTAN provoca que esté bajo la atenta mirada de la Alianza Atlántica y de los países que la integran. Un escaparate que ni se puede ni se debe desaprovechar.

¿Pueden producirse situaciones de conflicto real más allá de la piratería?

Aunque resulta altamente improbable sí puede darse el caso. No hay que olvidar que la SNMG-2 (que opera en el Mediterráneo y en el Índico) y la SNGM-1 (trabaja en el Atlántico) son las dos fuerzas navales de respuesta rápida de las que dispone la Alianza Atlántica. En otras palabras, son la punta de lanza de los aliados para intervenir en cualquier tipo de conflicto o crisis que pueda producirse. La F-105, al igual que la F-101 y la F-103 antes, ha de estar dispuesta, junto con las unidades que la acompañan, para actuar en una situación de esas características en caso de ser requerida para ello.

¿Hay un elevado número de ataques piratas en la actualidad?

No. Han bajado notablemente en los últimos ejercicios por la actuación de la operación Atalanta de la UE, la misión Ocean Shield de la OTAN y la propia seguridad privada que embarcan los buques. Pero no ha desaparecido. Y sus focos de riesgo se han trasladado de zona.

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