La participación de Navantia en proyectos eólicos marinos es una de las prioridades que figura en la agenda de trabajo de la dirección de la empresa. La diversificación de los astilleros públicos hacia la logística que requieren las energías renovables no es un asunto nuevo. Navantia inició en 2010 el delicado camino hacia la diversificación de su producción para ampliar nuevas líneas de negocio distintas a la construcción naval.

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La eléctrica española adjudicará antes del verano un megacontrato para construir las plataformas y el Gobierno no quiere que se repita el fiasco de los gaseros

LA VOZ DIGITAL, 25 Ene. (Madrid).- Las dificultades que presentaba el mercado militar obligaron a esta compañía española a buscar nuevos horizontes. Así, con el paso del tiempo, Navantia ha logrado conquistar dos nuevos nichos de mercado que le permiten, de momento, abrigar esperanzas de futuro. Por un lado, la reparación de cruceros y, por otro, su participación en la actividad offshore. Esta última área de negocio ha tenido en los últimos meses un importante desarrollo.

Los ingenieros llevan más de tres años trabajando en el diseño y construcción de las plataformas necesarias para soportar las torres, así como en las subestaciones de alimentación. Sin embargo, la compañía pública no ha logrado, de momento, meter la cabeza en este sector, aunque la primera prueba de fuego seria la tendrá la próxima primavera. Iberdrola se hizo el pasado 2010 con el contrato para desarrollar uno de los mayores parques eólicos de Europa, el denominado parque eólico ‘Wikinger’, en la región alemana de Sassnitz-Mukran, en el Mar Báltico.

La inversión asciende a 1.600 millones de euros y el complejo, ubicado en el Mar Báltico, contará con 80 molinos de viento. El parque tendrá una capacidad de 400 megavatios (MW) y será capaz de generar energía eléctrica suficiente como para dar suministro anualmente a 350.000 hogares alemanes.

Iberdrola prevé dotar a este complejo offshore de una tecnología de última generación, con turbinas de 150 metros de altura que se ubicarán a 30 kilómetros de la Isla de Rügen y cubrirán un área de 32 kilómetros cuadrados en el Mar Báltico.

La compañía eléctrica española ha desarrollado en los últimos tres años el trabajo de campo para la implantación del parque eólico. De hecho, en 2012 adjudicó el estudio geológico para la implantación de los molinos y el año pasado suscribió un acuerdo de arrendamiento con el puerto de Sassnitz para ocupar la terminal Offshore Sur y dedicarla a almacenaje y pre-ensamblaje de los principales componentes del parque eólico. La terminal está a 30 kilómetros de la isla de Rügen.

A partir de 2014, el proyecto ‘Wikinger’, entra en la fase adjudicación de la obra y es aquí donde Navantia se la juega. Iberdrola resolverá la próxima primavera el concurso para la construcción de los ‘yakets’ o plataformas marinas, así como de las subestaciones. Navantia ha presentado oferta para este concurso por el que también pujan otras empresas especializadas en offshore. Este periódico ha podido saber que el Gobierno de la nación, a través de la SEPI y el Ministerio de Industria, mantienen contactos con Iberdrola para que la oferta de Navantia sea finalista y no se repita el mismo fiasco de los gaseros, donde una empresa española, Gas Natural, se llevó una inversión millonaria a Asia.

La construcción de las plataformas para el proyecto de Iberdrola en Alemania supondría para Navantia más de dos millones de horas de trabajo. No hay que olvidar que Iberdrola prevé adjudicar a lo largo de 2014 los contratos para la infraestructura necesaria y desarrollar la obra en 2015 para que el complejo eólico esté operativo a lo largo de 2016.

La incursión de Navantia en este campo ha resultado hasta ahora fallida pese a contar con varios acuerdos. Uno de ellos lo firmó en julio de 2011 con Acciona para construir una torre de 70 metros que iría en el mar Cantábrico y una plataforma para tres molinos en la costa catalana. Sin embargo, las restricciones del Gobierno español con las renovables ha obligado a paralizar este proyecto. Navantia integra también un consorcio internacional para liderar la construcción de parques eólicos-marinos en Europa.

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