"Que la Virgen, la Estrella de los Mares y la Galeona, Patrona de Ciudad de Cádiz, os bendiga y os guíe en todas vuestras singladuras". Con estas palabras concluyó la Reina doña Sofía su alocución previa a la bendición de la bandera de combate que ayer entregó al BPE Juan Carlos I durante una ceremonia celebrada en el muelle Ciudad del puerto gaditano.

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A la ceremonia, celebrada en el puerto de Cádiz, asistió el ministro de Defensa y el almirante jefe del Estado Mayor de la Armada

DIARO DE JEREZ, 18 Sep. (Cádiz).- Doña Sofía, de mantilla, llegó minutos después del mediodía al muelle, donde fue recibida por el ministro de Defensa, Pedro Morenés, y el almirante jefe del Estado Mayor de la Armada (AJEMA),  almirante general Jaime Muñoz-Delgado, con el que pasó revista al batallón de honores.

Formaban  la fuerza, a la que se incorporó la bandera de la Flota,  una compañía del Ejército de Tierra, otra de marinería de unidades de la Flota y una tercera de Infantería de Marina, así como una escuadra de gastadores de Infantería de Marina y la banda de cornetas y tambores del Tercio Sur. Por su parte, la dotación del buque formaba en cubierta cubriendo la banda de estribor.

La Reina saludó después a las autoridades, civiles y militares, entre ellas la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, y el presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, José Luis Blanco.

Luego el AJEMA solicitó permiso para iniciar el acto a doña Sofía, que seguidamente pronunció una alocución en la que resaltó que la ceremonia le daba la oportunidad de volver  “a la muy querida ciudad de Cádiz”, agradeciendo a los gaditanos  y a la alcaldesa su afectuosa a y por la generosidad de ofrecerla para la celebración, “dando muestras una vez más de su compromiso inquebrantable con España y la Armada”.

Después dijo que era un inmenso honor ser la madrina de la bandera de combate y trasladó un afectuoso saludo del Rey a los  miembros de la Armada y, en particular, al comandante y a la dotación de este buque, “al que se siente muy unido”.

A continuación, dirigiéndose en concreto a la dotación les dijo que “esta bandera, que a bordo del Juan Carlos I representará a nuestra gran nación, os recordará permanentemente vuestro firme compromiso de servir a España y a los españoles con lealtad y dedicación, como lo hicieron a lo largo de la historia todos los marinos que en servicio a España y a la Armada os precedieron”.

Asimismo, dirigiéndose al comandante del BPE, capitán de navío Antonio Piñeiro Sánchez,  manifestó que “tengo la seguridad que vuestra vocación, espíritu de servicio y valores, junto a la sólida preparación de vuestra dotación, son la mejor garantía de que cumpliréis plenamente con las exigencias de ese compromiso”.

Seguidamente el vicario episcopal de la Armada, Javier Orpinell, bendijo la bandera, que la Reina beso y entregó al comandante del Juan Carlos I, quien antes de tomarla y como gesto de pleitesía la besó con la rodilla izquierda en tierra.

Después depositó la bandera en las manos del oficial de Derrota y  tomó la palabra para agradecer le a la Reina las suyas y destacar el orgullo de la dotación por la responsabilidad de custodiar la bandera que recibía, “el mayor buque de la Armada”, realizado en España, que lleva el nombre del primer español y el primer marino de España”.

Resaltó después que el barco quedaba ligado para siempre a Cádiz, “cuyas aguas vieron nacer a muchos de los que hoy componen su dotación y por eso nos sentimos más gaditanos y más en casa”.

Tras recordar que los Reyes  y los Príncipes de Asturias  asistieron a su botadura en Ferrol en 2008  y que don Juan Carlos presidió su entrega a la Armada en 2010, destacó que ahora recibían de manos de la Reina la bandera de combate “que representa los más altos ideales representados en la Constitución”.Asimismo añadió que el nombre no podía ser más apropiado, ya que en el barco se congrega el trabajo y el nivel tecnológico de la industria naval española y su dotación está lista para servir a España donde se le encomiende.

El comandante Piñeiro citó a Álvaro de Bazán, “tenemos elevado el ánimo”, y también a Carlos III, para afirmar que “la bandera será la luz que guíe nuestras acciones”, y terminar pidiéndole a la Virgen del Carmen “que nos de larga vida y nos proteja en nuestro quehacer diario”.

Seguidamente, de acuerdo con la fórmula de las Reales Ordenanzas de la Armada, se dirijo a la dotación a la que dijo que “la bandera es el símbolo de la Patria inmortal, los que tenemos el honor de estar alistados bajo ella estamos obligados a defenderla hasta perder la vida”, para a continuación  pronunciar un viva a España, que todos  secundaron.

Después pidió permiso a la Reina para embarcar con el oficial de Derrota portando la bandera, mientras que la banda del TERSUR interpretaba la marcha Proa a la mar.

Ya a bordo la nueva bandera fue izada  en e mástil mientras que los timoneles arriaban en la popa  la bandera ordinaria, se daban siete vivas a España y se cantaba el himno de la Armada. Eran las una menos veinte minutos de la tarde.

Seguidamente la bandera de la Flota volvió al Juan Carlos I y el batallón  de honores desfiló ante la nueva bandera de combate, concluyendo así la ceremonia.

Posteriormente la Reina, junto con las autoridades, subió al barco, donde firmó en el libro de honor y se fotografió en cubierta con toda la dotación, para luego en la bodega de la segunda planta servirse un vino español, en el que se brindó por la Reina, por España y por la Armada.

Pasadas las cuatro y media de la tarde de ayer el Juan Carlos I zarpaba del puerto gaditano rumbo a la Base Naval de Rota.

En el mayor buque de guerra construido en España se mantiene la tradición de la Armada de asignar a uno de sus barcos con el nombre propio del monarca reinante, lo que se inició en 1700 con la llegada de la Casa de Borbón al Trono de España.

La han precedido los navíos Real Felipe, construido en los astilleros de Guarnizo (Santander) en 1732 y Real Carlos,  en los astilleros de La Habana en 1787; el Fernando VII, botado en Ferrol en 1791, y el  Isabel II, en La Carraca en 1892, el crucero Alfonso XII, realizado en los astilleros de Ferrol en 1892, como el acorazado Alfonso XIII en 1813 y  ahora el buque de proyección estratégica LHD Juan Carlos I.

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