El juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez ha dictado el procesamiento por un delito de piratería de los seis somalíes que fueron detenidos en octubre de 2012 en el océano Índico después de que intentaran abordar el atunero vizcaíno Izurdia a bordo de un esquife, desde el que llegaron a disparar varias granadas.

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Es el tercer caso de piratería investigado en la Audiencia Nacional

EL MUNDO, 10 Sep. (Madrid).- En un auto hecho público este lunes, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 3 acuerda continuar la investigación que se sigue contra Adane Yusuf Ali, Abdi Ali Salad, Abdilahi Ise Jama, Yahye Omar Ali Hasan, Ali Mahamed Ali y Ali Mahamed Hirsi, a los que se comunicará el procesamiento el próximo viernes.

El instructor considera acreditado que los “seis o siete” ocupantes del esquife intentaron abordar el pesquero español el 10 de octubre de 2012 intimidando a sus tripulantes con fusiles de asalto y lanzagranadas, lo que obligó al atunero a adoptar las medidas previstas en el protocolo de seguridad.

Así, cuando avistaron a los atacantes a tres millas, toda la tripulación salvo el capitán y el jefe de operaciones se refugió en la sala de máquinas, levantó una valla de seguridad alrededor del barco y envió una señal de alarma a través de la radio.

‘Fuego intenso’

Según su relato, el esquife se acercó a la embarcación a una velocidad de entre 18 y 20 nudos y sus ocupantes comenzaron a disparar con armas de bajo calibre, lo que obligó al atunero a realizar “maniobras evasivas” y a los miembros de la seguridad privada a efectuar disparos. A 0,7 millas de distancia, el pesquero efectuó “fuego intenso” aunque la persecución se prolongó durante 30 minutos.

En la mañana del 11 de octubre, un buque de la Marina holandesa apoyado por dos helicópteros procedió, tras varios disparos intimidatorios, a la detención de los ocupantes del esquife, que antes de ser arrestados arrojaron por la borda lanzagranadas, fusiles AK-47 y armas de pequeño calibre.

Además de esta evidencia, el juez destaca que los somalíes no llevaban “equipos de pesca o mercancías a bordo” y que no atendieron a las señales de la embarcación holandesa para detenerse. De igual modo, el capitán del Izurdia, Javier Pazos, y dos miembros de la seguridad del barco confirmaron que los tripulantes del esquife llevaban armas y las utilizaron.

La tripulación del Izurdia estaba integrada por 32 tripulantes nativos de España, Ghana, Senegal, Seychelles y Madagascar. En su declaración ante el juez Gómez Bermúdez, que los envió a prisión el 2 de noviembre de 2012, los seis detenidos aseguraron que, a pesar de encontrarse a 220 millas de la costa, estaban buscando a un compañero que se había caído al agua.

Los detenidos, que fueron entregados en el marco de la operación Atalanta al buque de asalto anfibio español Castilla, fueron conducidos hasta Yibuti antes de ser trasladados a la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid).

Tercer caso de piratería

Es el tercer caso en el que presuntos piratas son investigados o juzgados por la Audiencia Nacional. En enero de 2012 otros seis somalíes ingresaron en prisión por haber intentado abordar sin éxito el buque de combate Patiño, que en ese momento era el buque de mando de la operación Atalanta.

Además, Cabdiweli Cabdullahi, alias ‘Abdu Willy’, y Raageggesey Hassan Aji, fueron condenados en mayo de 2011 por la Audiencia Nacional a 439 años de cárcel aunque el Tribunal Supremo rebajó en diciembre de ese año la pena a 403 años, por participar en el secuestro del atunero Alakrana, que fue retenido el 2 de octubre de 2009 frente a las costas de Somalia.

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