La piratería marítima se ha reducido en los últimos años en Somalia, donde no se ha producido ningún secuestro con rescate exitoso en 2013, y podría desaparecer de África Oriental, según Naciones Unidas.

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Mientras los secuestros marítimos están al alza en otras partes del mundo

TERRA, 05 Sep. (Madrid).- Pese a esta disminución, un informe publicado hoy por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) mantiene la piratería entre las principales amenazas del crimen organizado en la región, junto al tráfico ilegal de emigrantes, marfil y heroína.

“Mientras los secuestros marítimos están al alza en otras partes del mundo, hay esperanza de que desaparecerán en el Este de África”, sostiene el documento.

El negocio de la piratería marítima en Somalia reportó ingresos por un importe de 150 millones de dólares (113,8 millones euros) en 2011, cantidad equivalente al 15 % del PIB de este pobre país africano.

En el primer semestre de 2013, sin embargo, no hubo secuestros con rescate exitosos en Somalia, donde solo un pequeño porcentaje de los buques piratas siguen siendo pesqueros.

La acción internacional contra la piratería ha obligado a los asaltantes a alejarse de la costa: si en 2005 los asaltos se producían a una media de 109 kilómetros de la costa de Somalia, en 2012 la distancia se amplió hasta los 746 kilómetros.

El número de secuestros ha caído por el menor apoyo público a la causa de la piratería -que se justifica como una forma de compensación por la pesca extranjera en sus costas-, el refuerzo de la acción internacional y el aumento de la seguridad privada en los barcos.

Además, la prolongación de las negociaciones tras un secuestro ha reducido el retorno de la inversión de los piratas y también ha contribuido al declive de la piratería.

“La piratería ha perdido gran parte de su atractivo. Un número creciente de piratas nunca obtendrá beneficios por sus acciones. Cuando la atención internacional se ha intensificado, se ha hecho más difícil para los piratas actuar abiertamente”, señaló la ONU.

La reciente ola de secuestros comenzó en 2005, en una zona marítima estratégica por la que transitan cada año 42.500 barcos.

El informe, titulado “Delincuencia Organizada Trasnacional en el Este de África: una evaluación de las amenazas”, también sitúa el tráfico de heroína entre los negocios ilícitos más lucrativos y crecientes en la región.

Con unos ingresos anuales equivalentes a 160 millones de dólares (121,4 millones de euros), el narcotráfico procedente del suroeste de Asia mueve anualmente 22 toneladas de heroína en el Este de África.

Entre 2010 y 2012, se incautó más heroína que en los últimos 20 años, y solo en los primeros cinco meses de 2013 se interceptó más droga que en los anteriores dos años.

Al menos 2,5 toneladas de heroína se destinan cada año al consumo regional.

El tráfico de marfil arroja unos beneficios de 30 millones (22,7 millones de euros) anuales y mueve 154 toneladas en África Oriental, con un precio de 22 millones de euros en el mercado asiático.

La caza furtiva en la región aumentó a niveles que podrían poner en peligro la población local de elefantes, de los que entre 5.600 y 15.400 son presa de cazadores furtivos anualmente.

Además, unas 100.000 personas procedentes de Somalia y Etiopía fueron víctimas de redes de tráfico de emigrantes en la travesía marítima del Cuerno de África en 2012.

Estos emigrantes pagan a contrabandistas para llegar, a través del Golfo de Adén y el Mar Rojo y no sin sufrir múltiples abusos, hasta Yemen, como paso previo para alcanzar Arabia Saudí.

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