Gibraltar quiso demostrar el domingo que no está dispuesta a ceder ni un milímetro n su disputa con España. Justo después de que el ministro principal del Peñón, Fabián Picardo, sentenciara que “antes se congelaría el infierno” que retirar los cubos de hormigón y pinchos que ha fondeado para impedir faenar a los pesqueros españoles, las autoridades gibraltareñas sacaron al agua toda su flota (barcos y lanchas policiales, de aduanas, de la autoridad portuaria y de la Royal Navy) para frenar la protesta marítima de unos 40 pesqueros de Algeciras y de La Línea de la Concepción (Cádiz) contra el cierre consumado de su caladero tradicional.

cmefoto20bLos pesqueros españoles, que insisten en que Gibraltar retire los bloques de hormigón

 

EL PAIS, 19 Ago. (Algeciras).- La situación en la estrecha franja de mar en disputa fue pacífica, pero tensa y caótica, con pequeñas colisiones entre barcos, gritos cruzados de borda a borda y vecinos del Peñón y La Línea jaleando el incidente con soflamas patrióticas y flamear de banderas británicas, gibraltareñas y españolas.

 La marcha de los pesqueros españoles, que insisten en que Gibraltar retire los bloques de hormigón de su tradicional zona de pesca (rica en conchas finas), zarpó desde Puerto Chico y los de La Atunara y Algeciras sobre las 8.45, bajo una fuerte protección de la Guardia Civil. El instituto armado puso sobre la mar cinco patrulleras de su Servicio Marítimo para “prevenir cualquier situación de peligro y de confrontación”, mientras un helicóptero estaba dispuesto para emergencias.

Apenas había avanzado la protesta cuando las embarcaciones gibraltareñas salieron al paso. Más de una decena de barcos de todo tipo de las autoridades gibraltareñas formaron una especie de barrera de control en la frontera líquida que da paso a las aguas que el Peñón considera como suyas y que, frente al criterio español, las estima como “territoriales”.

Aunque la concentración se desarrolló sin grandes contratiempos pero con grandes dosis de tensión, sí se produjeron algunas pequeñas colisiones entre las barcas del Peñón y los pesqueros cuando estos trataron de traspasar el cordón perimetral que las patrulleras gibraltareñas habían formado para delimitar la línea imaginaria de las aguas que los llanitos consideran de su jurisdicción. Los pesqueros se concentraron alrededor de las diez de la mañana en la zona de la bahía de Algeciras donde el Gobierno gibraltareño lanzó al mar los 75 bloques de hierro y hormigón que impiden a los pescadores faenar donde siempre lo han hecho.

Las barcas españolas iban repletas de numerosos periodistas de medios de todo el mundo, que se han desplazado para informar de la crisis abierta entre España, Reino Unido y Gibraltar. Mientras los pesqueros navegaban hacia la zona en conflicto, las patrulleras del Servicio Marítimo de la Guardia Civil y las lanchas de la Policía de Gibraltar y de la Royal Navy, daban vueltas a la espera de la llegada de los barcos.

Una hora después de zarpar, los 40 barcos pesqueros iniciaban la protesta pacífica, en las aguas próximas al Peñón. Hasta siete embarcaciones de las autoridades gibraltareñas, a las que se fueron agregando otras, cerraron el paso a los españoles. El momento de mayor tensión se produjo sobre las 10.20, cuando los barcos españoles, alentados por quienes desde tierra proferían gritos de “Gibraltar español” y “vamos hacia adelante”, intentaron sobrepasar el cordón policial gibraltareño.

Las embarcaciones de la Royal Navy y la policía llanita se interpusieron y el avance quedó, tan solo, en un cruce e insultos y algunas colisiones leves entre los cascos de las embarcaciones. Castle Yates, inspector de la Policía Real de Gibraltar, cuyos miembros grabaron en vídeo el desarrollo de la manifestación naval, aseguró a los medios británicos que los pescadores españoles habían logrado “cruzar hacia las aguas” pero que luego “fueron expulsados”. El resultado fue una auténtica barahúnda de barcos, gritos y ruido de motores.

Mientras, desde la zona del puerto deportivo de Gibraltar, numerosas personas con banderas del Peñón proferían gritos contra España y los pescadores gaditanos. Una situación que se repetía, pero al contrario, en el espigón del Club Marítimo Linense, donde personas con alguna bandera española y con camisetas en las que se podía leer “Gibraltar español” instaban a la flota española a seguir aproximándose a la costa gibraltareña.

A las 11.00, el patrón mayor de la Cofradía de pescadores de La Línea, Leoncio Fernández, lanzaba una bengala al aire. Era la señal: la protesta había terminado. Sin mayores incidentes, los pesqueros regresaron a sus puertos, mientras las patrulleras de Gibraltar mantenían la vigilancia en la zona. Al llegar a puerto, tanto el máximo responsable de la cofradía linense, como el Patrón del Divina Providencia, Francisco Gómez insistieron en que, “la protesta ha sido ejemplar”. “Tanto la policía de Gibraltar como la Guardia Civil han mantenido una actitud de colaboración total”, aseguraba el patrón del barco de pesca que más incidentes ha tenido con las autoridades de Gibraltar.

Poco después de que concluyese la manifestación marítima, el ministro principal agradecía a través de su cuenta de Twitter la actuación de sus fuerzas: “Enormes gracias a la Royal Navy, la Policía de Gibraltar, a las Aduanas reales por su actuación. Tranquilidad, calma y profesionalidad”, escribía. El Gobierno del Peñón también se congratulaba de que la Guardia Civil hubiera “colaborado” para asegurar que la protesta de los pescadores se desarrollara “pacíficamente y bajo control”.

La delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, valoró este domingo el que la protesta de los pescadores se hubiera desarrollado con “total normalidad” y de manera pacífica. Crespo expresó su respeto al derecho que defienden los pescadores de poder seguir faenando “como siempre en un caladero histórico”. El presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras (FAAPE), Pedro Maza, también mostró su satisfacción, por la demostración “ejemplar” de los pescadores de su “derecho a exigir el derecho a seguir trabajando en donde han trabajado toda la vida”.

La protesta de los pescadores era el último episodio del conflicto que mantienen las autoridades británicas con las españolas a vueltas con Gibraltar. Hoy está previsto que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, celebre su anunciada conversación con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, después de que David Cameron pidiese el envío a la zona de observadores de la UE para evaluar los controles en la Verja.

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