La Asamblea Nacional de Nicaragua aprobó este jueves una ley que entrega la concesión para el desarrollo del llamado Gran Canal interoceánico a la empresa china HK Nicaragua Canal Development Investment Co., propiedad del empresario chino Wang Jing, por un periodo de 50 años prorrogables.

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Un consorcio inscrito en Hong Kong gestionará los planes del llamado Gran Canal

EL PAIS, 16 Jun. (Managua).- La discusión de la ley en el Plenario se dio sin sorpresas, dado el control que ejerce el presidente Daniel Ortega en ese órgano legislativo. La oposición nicaragüense, minoría en la cámara, criticó la rapidez con la que se votó el reglamento, sin consultas y sin que se conozcan estudios que determinen si una obra de ingeniería de esta magnitud es factible de ser construida en este país centroamericano.

“Hoy es un día triste, de luto para la patria”, dijo Víctor Hugo Tinoco, exvicecanciller y diputado del opositor Movimiento Renovador Sandinista (MRS), durante la discusión de la ley. “Esta es una ley que entrega a Ortega y su familia la posibilidad de enriquecerse de manera fabulosa”, agregó. “El Gran Canal abre la oportunidad para convertirnos en el corazón del comercio regional”, dijo por su parte Wálmaro Gutiérrez, diputado por el oficialista Frente Sandinista. “Es una oportunidad para reducir la pobreza, el desempleo y cerrar las brechas e iniquidades sociales”, agregó.

La Asamblea de Nicaragua está conformada por 63 diputados del FSLN, 25 de la opositora Bancada Democrática (que aglutina a las organizaciones políticas Partido Liberal Independiente y al MRS), dos diputados del Partido Liberal Constitucionalista, del expresidente Arnoldo Alemán, y dos diputados independientes. La ley fue aprobada con 61 votos a favor del FSLN, 25 en contra y una abstención.

El megaproyecto impulsado por Ortega ha despertado dudas y sospechas entre sectores opositores e intelectuales de Nicaragua. Las principales críticas hacen referencia a la falta de consultas, al interés de Ortega de que sea aprobado de forma expedita, al hecho de que se hayan creado varias empresas para gestionar la obra — de las que se conoce poco sobre su composición—, de que no haya estudios de viabilidad ni una ruta prevista para la construcción del canal, y el secretismo que rodea al principal inversionista presentado por el Gobierno, Wang Jing.

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Wang es el presidente de la compañía china de telecomunicaciones Xinwei, que el año pasado fue presentada por el Gobierno de Ortega como el empresario que revolucionaría el sector de las telecomunicaciones en este país, invirtiendo un capital inicial de 700 millones de dólares, de un compromiso de inversión total de tres mil millones por un periodo de tres años, según la institución reguladora del sector, Telcor. Hasta la fecha, sin embargo, no se conoce ni una sola inversión por parte de Xinwei.

Wang es también el presidente de las tres empresas que se han creado para gestionar el canal. La Principal es la empresa HK Nicaragua Canal Development Investment Co. Ltd., registrada en Hong Kong. En el Registro Mercantil de Managua se inscribió la Empresa Desarrolladora de Grandes Infraestructuras S.A.; y una tercera empresa, HKND Gruop Holding Limited, que fue registrada en las Islas Caimán. De estas dos últimas se sabe muy poco. El Gobierno no ha explicado tampoco por qué fueron elegidas las islas caribeñas para asentar legalmente una de ellas.

Wang incribió la empresa HK Nicaragua Canal Development Investment Co. Ltd. en el Registro de Empresas del Gobierno de Hong Kong el 20 de agosto de 2012 bajo el código 1788941, según documentos oficiales. La inscripción se hizo con una garantía de 500.000 dólares hongkoneses (unos 64.000 dólares estadounidenses, al cambio actual) que fueron depositados en una sucursal del banco HSBC en Hong Kong. Los documentos oficiales muestran a Wang como propietario, director y único accionista de esta empresa, que ni siquiera cuenta con una oficina en esa ciudad china: Wang la inscribió usando la dirección de su residencia personal, localizada en el Distrito Fengtai de Pekín. Medios de Hong Kong han informado que esta empresa fue inscrita en tres semanas, lo que ha despertado sospechas de periodistas locales. “Es un misterio la razón por la que la compañía fue constituida en tan solo tres semanas para obtener un proyecto de esta envergadura”, escribió el 9 de septiembre de 2012, el periodista Ming Pao, del portal de noticias Sina.com.hk.

Aparentemente Wang no tiene experiencia en el desarrollo de proyectos tan grandes como el planteado en Nicaragua. El empresario aparece como director de otras doce compañías de Hong Kong, algunas de ellas ya disueltas. Wang nació en 1971y 24 años después fundó, con un capital de dos mil millones de yuanes (unos 325.000 dólares estadounidenses al cambio actual) la empresa Xinwei, que ha sido galardonada con el Premio de Oro de China por Patentes e Invenciones Tecnológicas, según información disponible en el sitio oficial de la compañía en Internet. En ese portal aparecen políticos chinos visitando sus instalaciones, aunque no está claro si Wang cuenta con conexiones con el Partido Comunista o el gobierno chino.

Como único gran inversor del proyecto del Canal, Wang es el que está financiando todos los gastos relacionados a impulsar la obra. Fuentes ligadas al proyecto que hablaron en condición de anonimato, dijeron que son seis grandes consultoras internacionales las que han sido contratadas para desarrollar los proyectos de factibilidad. Entre estas empresas están la británica Environmental Resources Management (ERM), que preparará el estudio de impacto ambiental del proyecto, y la estadounidense McLarty&Associates, contratada para “convencer” a Gobiernos y empresas extranjeras de la seriedad de la obra. Estos estudios, según las fuentes, cuestan decenas de millones de dólares, todo financiado por Wang. Aclararon que este es un acuerdo entre un empresario privado y el Gobierno de Daniel Ortega, y que el Gobierno chino ni otro gobierno extranjero están detrás de la obra.

El Ejecutivo de Ortega ha programado presentar el proyecto a todo el país en un acto oficial este viernes en la vieja Plaza de la Revolución, de Managua, donde supuestamente estaría Wang y representantes de las consultoras internacionales contratadas hasta la fecha. Representantes del Gobierno han hecho ya sus cuentas de los beneficios económicos que el proyecto traería para Nicaragua, y según el secretario de políticas públicas del Gobierno, Paul Oquist, la construcción del canal elevaría el Producto Interno Bruto de este país en un 15% para 2015, generaría dos millones de empleos y, en definitiva, reduciría la pobreza, que actualmente afecta al 47% de la población.

Mientras los diputados nicaragüenses votaban la ley, en las afueras de la Asamblea Nacional decenas de personas protestaban contra la aprobación de la concesión, que consideran una violación a la soberanía de este país. Arsenio Vivas, originario de la ciudad de Masaya, al sur de Managua, cargaba una pancarta en la que se leía: “Ortega traidor de los ideales de Augusto C. Sandino. Vendepatria”, en referencia al héroe nicaragüense que luchó contra el intervencionismo de Estados Unidos. “¡Ortega, el filibustero mayor!”, “¡Nicaragua no está en venta!”, gritaban otros al lado de Vivas. Dentro, los diputados del FSLN, tras la votación, entonaban a todo pulmón el “¡Salve a ti, Nicaragua!”, las notas del Himno Nacional de este pequeño país centroamericano.

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