El sector pesquero español recibió con preocupación el acuerdo sobre los descartes aprobado por el Consejo de Ministros de la Unión Europea (UE). Aunque en la industria reconocen que es mucho mejor que la drástica propuesta inicial de la Comisión, aseveran que su aplicación causará inconvenientes en varias pesquerías.

La Confederación Española de Pesca (Cepesca) asegura que el sector pesquero se compromete a buscar y aplicar métodos para reducir al máximo los descartes 

FIS, 28 Feb. (Bruselas).- El Consejo, luego de debatir durante más de 20 horas y con una fuerte presión de algunos países, en especial de España, introdujo un calendario más flexible de aplicación que les permita a las flotas adaptarse y exenciones de porcentajes mínimos para el desembarque de descartes.

La Confederación Española de Pesca (Cepesca) asegura que el sector pesquero se compromete a buscar y aplicar métodos para reducir al máximo los descartes, pero también solicita que se ataque la causa principal de los mismos, que a su entender, es la rigidez de la gestión pesquera comunitaria.

La patronal pesquera señala que la flota española tiene numerosos proyectos de I+D+i en conjunto con diversos institutos científicos, universidades y administraciones “para mejorar la selectividad de los artes de pesca y para buscar salidas comerciales a especies que tradicionalmente no lo han sido”.

Pero insiste en que la mayoría de los descartes están provocados por la propia normativa pesquera de la UE. En ese sentido, el secretario general de Cepesca, Javier Garat, hace hincapié en que “el obsoleto criterio de estabilidad relativa debería ser actualizado, y el inflexible sistema de TAC y cuotas debería avanzar hacia un sistema de gestión basado en derechos de pesca transferibles en toda la UE”.

Por su parte, la responsable de la Organización de Productores de Pesca de Lugo (OPP07), Mercedes Rodríguez, también subraya que “la prohibición parte de una idea errónea, que es achacar al sector la culpa de los descartes, cuando no es ni más ni menos que algo que hace obligado por las normas”.

Por otro lado, Garat advierte que el cumplimiento de la nueva política de descartes traerá dificultades a todo el sector pesquero, pero sobre todo a las flotas multiespecíficas, dirigidas a varias especies.

Tal es el caso de la flota de Gran Sol de los armadores de Vigo, que se dedica a capturar merluza y otras especies en una pesquería mixta donde "se mezclan", por ejemplo, con especies pelágicas como caballa y bacaladilla.

José Antonio Suárez-Llanos, gerente adjunto de la Cooperativa de Armadores de Pesca del Puerto de Vigo (ARVI), manifestó su preocupación por los problemas con los que se enfrentarán los 110 buques que faenan en aguas de Gran Sol, con una media de 12 tripulantes por barco.

Suarez-Llanos sostiene que será muy difícil cumplir la normativa, y que los buques se verán obligados “a trabajar muy pocos meses, con la consecuente pérdida de ingresos porque faenan en pesquerías mixtas y ese es un problema al que los ministros de Pesca de la UE no dan respuesta”, informó Europa Press.

También considera que es escaso el 7% de descartes que serían aceptados por la regla de mínimis, ya que el sector pretendía al menos un 10%.

Y observa que otro aspecto que el dictamen no resuelve es "el tema de las especies prohibidas", como el bacalao, merlán, solla y "muchas otras" de las que se permiten pocos descartes, por lo que la flota "tendrá que disminuir cuotas de las que sí tiene, como merluza, gallo y rape”.

De todos modos, el sector espera que el acuerdo al que han llegado los 27 "se pueda mantener" tras las negociaciones entre la Comisión, el Parlamento y el Consejo de la UE, que serán los organismos encargados de elaborar la reforma de la Política Pesquera Común (PPC).

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