Ayer realizó su última singladura. Con sus casi 125 años de historia, el submarino de Isaac Peral se había ganado un lugar donde resguardarse del salitre y la corrosión que amenazaban con dejar para el desguace al primer prototipo de submarino construido por el hombre.

 El submarino fue trasladado ayer a un recinto cerrado en el Arsenal para su restauración 

ABCE, 17 Dic. (Cartagena).- Emplazado en el Paseo del Muelle de Cartagena desde hace 47 años, ‘el submarino Peral’ se ha convertido en el emblema de la ciudad portuaria para turistas y vecinos. Esta semana muchos se han acercado hasta la fuente que lo circundaba para hacerse la última foto con “el Peral al aire libre”. José y Ana eran, este viernes, los últimos novios en posar en una foto recurrente en cada boda que se celebraba en la ciudad. “Perdemos un emblema que podíamos visitar siempre que queríamos y ahora va estar entre cuatro paredes”, decía el novio. Emociones encontradas en los cartageneros: aquellos que preferían dejarlo donde estaba y los partidarios de resguardarlo de las inclemencias del tiempo.

Entre los que más echarán en falta al ‘Peral’ se encuentra Juana Vidal, cuya terraza da directamente al lugar donde se halla el submarino, “se pierde la imagen de la ciudad porque era un punto de reunión para todos y aquí se celebraban los triunfos del equipo de fútbol”, recordaba este viernes Juana. Los propietarios del restaurante Mare Nostrum también pierden un referente para sus clientes, como explicaba Cristina Marín, “desde hace 27 años estamos aquí hemos visto cada día el submarino y ahora nos lo quitan. Muchos pensamos que se debía haber recubierto con una cristalera para preservarlo, nunca que se lo llevaran”.

Partidarios del traslado

Partidarios del necesario traslado se han manifestado varias asociaciones como la Fundación ‘Juanelo Turriano’, que han sufragado el transporte del sumergible hasta su nueva ubicación en el antiguo taller de calderería del Arsenal de la Armada. El director de la asociación, Bernardo Revuelta relataba que los técnicos de Patrimonio que estudiaron el casco habían apreciado un grave deterioro que amenazaba al buque, por lo que “era necesario trasladarlo a un lugar cerrado para evitar que se perdiera por completo”. “Además ahora va a ponerse en valor porque junto al submarino vamos a poder disfrutar de muchos otros objetos que nos darán una información mucho más detallada de los que supuso este invento para la Armada Española”, resaltaba Bernardo Revuelta.

Otra de las personas que veían en el traslado la única salvación de este invento español es el bisnieto de Peral, Javier San Mateo, quien presenció ayer el traslado y mostró su satisfacción por las garantías que ofrece el nuevo emplazamiento. “Desde la creación del nuevo Museo Naval se empezó a debatir sobre la necesidad de resguardar el submarino”, afirmaba ayer mientras seguía de cerca las maniobras del traslado, “llevábamos tiempo pidiendo que se resguardará para evitar su pérdida total”.

El primer submarino de la historia

El submarino de Isaac Peral, con sus 30 toneladas de peso fue botado en el Arsenal de la Carraca en 1888, en Cádiz. En aquel momento supuso una revolución, tal y como explica el experto Juan Ignacio Chacón, “Peral introdujo enormes innovaciones. Su submarino fue el primero en poder llamarse de esa forma porque introducía elementos como la navegación mediante 613 baterías que lo dotaban de una autonomía inédita en aquella época”. Peral además fue el primero en poder desplazarse hasta unas coordenadas precisas “los demás artefactos sumergibles sólo hacían eso, sumergirse”.

Así lo cree también Javier Pérez-Bódalo, vicepresidente de la asociación de amigos del submarino, quien explica que, “este fue el primero y el único que tenía una autonomía total para desplazarse bajo el agua. Contaba con un sistema de regeneración de aire que le permitía permanecer varias horas bajo el agua”.

Pero el invento de Isaac Peral pronto tuvo que enfrentarse a diversos intereses ajenos a su objetivo lo que, según su bisnieto, “lo llevó a abandonar la Marina y su proyecto”. El submarino acabó durante más de 40 años arrumbado en el Arsenal de la Carraca y a punto estuvo de ser desguazado. Fue el primer comandante de la base de submarinos quien lo rescató del olvido y lo trajo a la ciudad natal de su inventor.

Ayer, los vecinos de Cartagena vieron como a primera hora de la mañana el submarino era izado por una grúa de 250 toneladas que lo depositó sobre una góndola especial sobre la que realizó su último viaje. El invento de Peral descansa ya en la que será su morada definitiva. Por delante quedan los trabajos de restauración que esperan ser terminados a tiempo para la conmemoración de sus 125 años de historia.

 

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