Las tensiones que en materia de pesca vienen manteniendo históricamente España y Portugal, sobre todo en la desembocadura del Guadiana, no parecen terminar de aplacarse a pesar de los numerosos tratados de pesca bilaterales que ambos países han firmado desde 1969; y a pesar de haber pasado más de un cuarto de siglo desde que ambos países ingresaran de forma simultánea en la Comunidad Económica Europea; casi dos décadas desde la implantación del mercado único y la apertura de las fronteras para personas, bienes, servicios y capitales, y la consecuente supresión de las aduanas; y dos lustros desde la entrada en vigor de la moneda única. 

 

Los pescadores onubenses denuncian el acoso de las autoridades portuguesas en la desembocadura del Guadiana 

HUELVA INFORMACIÓN.ES, 05 Nov. (Huelva).- Y es que en dicha zona se viene manteniendo un conflicto fronterizo del que sólo nos llegan noticias cuando las autoridades marítimas portuguesas apresan a un barco pesquero español, pero que los pescadores de nuestro país sufren casi a diario debido al acoso que aseguran recibir por parte de los helicópteros y las embarcaciones del ejército y la guardiña lusa cada vez que salen a faenar. "Sus helicópteros se acercan muy a menudo a pocos metros de nuestros barcos para asustarnos y nos intimidan con la presencia de sus patrulleras" asegura un grupo de pescadores reunidos en torno a unas cañas y una ración de pescaito frito en una terraza del tranquilo puerto de Punta del Moral, en Ayamonte. 

El tiempo no parece haber pasado por esta "olvidada", para algunos, franja del litoral hispano luso, empeñada en seguir manteniendo vivas las tiranteces que históricamente han caracterizado a la raya, y en alejarse del más que evidente acercamiento que en el último cuarto de siglo se ha producido entre ambos países. 

Acercamiento que se ha materializado en la construcción de infraestructuras como carreteras y puentes destinadas a estrechar lazos entre los habitantes de ambos lados de la frontera, o en la puesta en marcha de innumerables proyectos comunes. Todo ello como fruto de las privilegiadas relaciones bilaterales y del intenso diálogo que tanto en el plano político, como en el económico y el social, mantienen ambos países desde que en 1977 sus gobiernos firmaran el Tratado de Amistad y Cooperación Hispano Luso y, sobre todo, desde su adhesión simultánea a la entonces CEE el 1 de enero de 1986. 

Pero el conflicto pesquero en la zona de la desembocadura del Guadiana parece eternizarse, convirtiéndose en el último residuo de las malas relaciones y desconfianzas mutuas que han mantenido ambos países a lo largo de la historia.
Los apresamientos por parte de las autoridades lusas de pesqueros españoles con base en los puertos de Ayamonte, Punta del Moral e Isla Cristina han sido por tanto una constante en las relaciones más recientes entre ambos países. Esta conflictividad adquirió sus mayores cotas a finales de los 70 y en la década de los 80, años en que las numerosas escaramuzas llevaron incluso a los pescadores españoles a cortar con sus barcos en septiembre de 1980 el tráfico de los ferrys que unen las localidades de Ayamonte y Vila Real de Santo Antonio para exigir la liberación de cuatro pesqueros que por aquellos días permanecían retenidos en Faro.
 
No obstante, y pese a que desde entonces la tensión se ha venido reduciendo paulatinamente, los apresamientos y el acoso de las autoridades portuguesas hacia los pescadores españoles nunca se ha visto interrumpido definitivamente, pasando por etapas de mayor y menor conflictividad.

Un claro ejemplo de ello lo encontramos en los tres apresamientos que se produjeron a principios de este mismo año, y que hicieron de nuevo saltar todas las alarmas entre el sector pesquero onubense, sobre todo en el caso de los armadores y pescadores de la flota de arrastre de fondo con abrigo en el puerto de Punta del Moral, el momento el más afectado por este nuevo recrudecimiento de las tensiones.
 

En dichos apresamientos se vieron involucrados el Nuevo Mari Tere y Carrillo, con base en Isla Cristina, que fue retenido en el puerto de Portimao y liberado tras pagar 600 euros de multa, el Hermanos Mora Martín, de Punta del Moral, sancionado con 500 euros, y el Reina del Mar, también de Punta del Moral, apresado por las autoridades portuguesas y retenido en el puerto de Olhao hasta pagar sus armadores una multa de 1.700 euros.
Los acontecimientos llevaron al presidente de la asociación de armadores de Punta del Moral, Alonso Abreu, a estudiar la posible adopción de "medidas legales y abrir un procedimiento judicial contra las autoridades portuguesas ante el incumplimiento del acuerdo pesquero bilateral firmado por ambos países en 2002", el cual se encuentra actualmente prorrogado y pendiente de ser negociado a finales de este año.
 

Y es que según argumentaba entonces Abreu, las inspecciones que está realizando la policía portuguesa en las últimas semanas están siendo "muy exhaustivas", además de suponer "una ilegalidad manifiesta" pues "apresan a embarcaciones españolas, las trasladan a puerto, les requisan la mercancía para venderla ilegalmente en las lonjas portuguesas quedándose con las ganancias y, además, nos imponen sanciones". 

La Asociación de Armadores de Punta del Moral dio también a conocer la situación al Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente en espera que se llame la atención al Gobierno luso, así como reclamó reuniones urgentes de la comisión de seguimiento del tratado pesquero entre España y Portugal en el Guadiana. Una entidad que, según explica, no se reúne desde hace ya cuatro años y que debe velar por el cumplimiento de dicho tratado y por tanto de aclarar "qué está pasando para que apresen nuestros barcos de forma indiscriminada".

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