La investigación de los siniestros marítimos en España ha mejorado mucho con la creación de
"El sector pesquero está en crisis permanente, y en seguridad se recorta con facilidad"
-En su ponencia habló de la investigación de los sucesos marítimos. ¿Cómo está España en este sentido respecto a otros países?
-Mucho mejor que hace unos años. La creación de
-Que es donde están los representantes de los colegios oficiales y entidades como Aetinape…
-Sí. El pleno es un añadido no necesario, no aporta nada a la investigación. Su función es aprobar los informes, revisarlos. Nos podíamos ahorrar ese coste y crear una comisión potente con personas bien formadas, autoridades en la materia.
-Digamos que
-Sí, con un bagaje técnico importante y formada por profesionales: capitanes de la marina mercante o jefes de máquinas e ingenieros navales que conocen la materia que han de investigar, clave para que los informes tengan valor.
-El objetivo de las investigaciones es evitar que se repitan errores que derivaron en accidentes. Supongo que es clave el que ahora sí se publiquen los informes…
-Tiene una importancia espectacular. Al avance objetivo que supone acceder a los informes y aprender de ellos se suma el romper el criterio político ciego y antidemocrático de que todo es secreto. El principio absoluto de
-¿Por qué cree que hasta ahora no se publicaron?
-Era una cultura administrativa muy implantada en Marina Mercante, que estuvo gestionada en el pasado por militares y entre ellos el secretismo o la falta de transparencia obedece a una cierta razón objetiva. Haber roto esa cultura en Marina Mercante es muy importante.
-Los pesqueros registran más deficiencias que otros barcos. ¿Qué falla?
-Que los armadores tienen una cultura empresarial muy deficiente. Fallan los controles pero no podemos tener un policía en cada barco. La responsabilidad primera es del armador. A
-Ya, pero no son vinculantes.
-No, la comisión no es autoridad política ni administrativa pero el Gobierno debe entender que esas recomendaciones hay que atenderlas. No se puede hacer caso omiso.
-Ahora apenas se tienen en cuenta, o eso parece.
-Sí, nos falta avanzar. La transposición de las recomendaciones no ha sido fácil en ningún país. Requiere tiempo.
-¿Qué se podría mejorar para que no haya tantos accidentes?
-Lo primero, revisar la política de nombramiento de cargos. Desde el director general de Marina Mercante, subdirectores, capitanes marítimos… Hay que mejorar la formación y calidad de estas personas. Segundo, a nivel internacional, controlar las banderas de conveniencia. El sector pesquero está en crisis permanente, estructural, y por ello la seguridad se corta con facilidad. No puedes evitar pagar el seguro pero sí renovar los chalecos o revisar los extintores…
"Si escuchasen a Mangouras el daño causado por el ‘Prestige’ sería menor"
-Usted conoce al capitán del Prestige, Apostolos Mangouras. ¿Cómo le definiría?
-Un capitán excepcional, carne de barco. Por otra parte es un hombre tosco, poco sociable, con un temor a la prensa inimaginable, pero un magnífico capitán al que humillamos innecesariamente.
-¿Por qué?
-Lo detuvieron y él no entendía nada, era consciente de que su actuación fue impecable. Si le dejasen opinar y le hiciesen caso, el accidente se hubiese resuelto con un daño menor, pequeño. El Gobierno le echó la culpa y España recibió una bronca de
-¿Saldrá algo en claro del juicio del Prestige?
-No, es otro gasto inútil. Llevamos diez años con un coste horroroso, tanto judicial como social. Y diez años más tarde ya no es justicia. Mangouras, por edad y condición, ya no irá a prisión. ¿Qué interés tenemos en castigar a un capitán al que no podemos reprochar nada? Porque lo de que no obedeció es inventado.
-¿Echa de menos a algún político más imputado, junto al exdirector de Marina Mercante, José Luis López Sors?
-Es el quién se metió en la trampa. Por mi vena periodística consulté a personas de absoluta confianza que mandaban entonces y me dijeron que a sus técnicos, que querían refugiar el buque en A Coruña o Corcubión, les dijo que los cargos políticos querían sacar fuera el Prestige. Mientras, a los que tenía por encima les dijo que los técnicos apostaban por alejarlo. Por eso ahora está solo.
-¿No fue una cadena de errores?
-La avería provoca un vertido, pequeño. La gestión del salvamento lleva al naufragio y multiplica por 100 el coste del desastre.