José Manuel Revuelta, presidente de Navantia desde el pasado mayo, asegura que no solo no tiene ninguna incertidumbre con respecto al contrato del buque hotel para Pemex, sino que espera que este encargo pueda abrir la puerta a los astilleros públicos a otros pedidos de la cuarta petrolera mundial.
Revuelta niega que el dique flotante esté descartado, pero lo coloca en un segundo plano
-El contrato de Pemex ha pasado de ser una buena noticia para el sector a una fuente de preocupación en Ferrolterra.
-No es una buena sino una excelente noticia. Navantia ha firmado un contrato para la construcción de un buque de apoyo a la actividad de las plataformas off-shore, que es un contrato en firme con Pemex Internacional que no está sujeto a ninguna potencial especulación. Tiene unas cláusulas de confidencialidad, normales en multitud de contratos, acordadas entre el constructor y el armador. El contrato se firmó con José Manuel Carrera, director general de Pemex Internacional, con la asistencia de asesores jurídicos de Pemex, y con los abogados del Estado que asistieron a Navantia. Nos podemos sentir muy satisfechos porque, junto a la reparación de los buques argelinos, se genera una carga de trabajo muy importante para la ría de Ferrol. Son acuerdos muy importantes porque si el buque de apoyo a la actividad de las plataformas off-shore es de 140 millones de euros, el de modernización de los barcos argelinos es de más de 74 millones.
-¿Qué suponen para los astilleros públicos?
-Cuando nos incorporamos a Navantia tanto yo como el consejero delegado, Jaime de Rábago, lo hicimos con un triple objetivo: conseguir carga de trabajo, la internacionalización y la diversificación de la empresa. En este contrato lo logramos: es un contrato civil que abre nuevas posibilidades en el off-shore. Pemex ya ha dicho que tiene necesidad de hacer 130 barcos, y si se quedan satisfechos con nosotros, se nos abre un abanico de posibilidades. Es un acuerdo para un barco complejo, que durante tres años generará ocupación para mil personas de la plantilla propia y otras mil de la auxiliar.
-Los representantes de los trabajadores cuestionan esta cifra y aseguran que solo proporcionará trabajo a unos 400.
-La propia realidad explicará los hechos, explicará las dudas y las diferencias en las fuentes de interpretación. Pero imagínese que ese contrato tan solo generase un puesto de trabajo, pues sería bienvenido. Cualquier cifra que suponga mantener puestos de trabajo es positiva.
-El contrato tiene que participar en una licitación internacional de otra filial de Pemex. ¿No existe el riesgo de que pueda suspenderse por alguna causa?
-En absoluto, no tenemos ningún miedo. Hemos firmado un contrato con Pemex Internacional y es firme.
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– La comisión de la construcción naval sigue trabajando. Hubo reuniones a finales de junio y julio para abordar todas las especificaciones sobre los aspectos técnicos, jurídicos y económicos y ahora seguimos trabajando. Pero lo prioritario es que haya carga de trabajo. En la medida que se consigan nuevos encargos, es un tema que no va a ser prioritario. Hay que tomar en cuenta cuál es la situación económica y las dificultades financieras, no solo en España, sino en todo el mundo.
-¿Lo descartan entonces?
-No, se sigue trabajando, pero hay que ver todos los aspectos y el objetivo prioritario que nos marcamos es la carga de trabajo.
-Pero es que el dique reportará trabajo a las plantas de la ría.
-Hay una serie de condicionantes de tipo financiero y económico que hay que tener en cuenta. Cuando estén terminados los trabajos, que puedo decirle que se está trabajando muy duro, el propio presidente de
