Que Ferrol nació como tal a partir de la creación de su Arsenal, a mediados del siglo XVIII, es tan evidente como que todavía hoy la seña de identidad de la urbe es la existencia de esa infraestructura militar y del astillero. De ahí que gran parte de sus atractivos estén relacionados de forma directa con esta realidad. Con el objetivo de agruparlos todos bajo una misma marca nació La ruta de la construcción naval, que ayer fue presentada por la empresa de servicios turísticos Fertur.

 La ciudad lanza una campaña que agrupa sus diversos atractivos 

LA VOZ DE GALICIA, 29 Mar. (Ferrol).- La propuesta presenta de manera unificada una serie de visitas que, no obstante, pueden realizarse en diferentes días. Ofrece la conexión entre los distintos elementos de Ferrol que explican su historia, la cual se revela como una conjunción de tradición e innovación.

Visitas obligadas

Uno de los puntos de visita obligada es el muelle de Curuxeiras, de donde parte la lancha a bordo de la cual se puede dar un paseo por la ría. Esta se caracteriza por estrecharse justo antes de dar al mar, lo que la convierte en una de las más seguras. A ambos lados cuenta con las que en su día funcionaron como fortificaciones de defensa militar: los castillos de San Felipe, Nuestra Señora de la Palma y San Martín, los dos últimos pertenecientes al municipio de Mugardos.

Sin embargo, lo que más despierta la curiosidad de quien pasea por las calles de Ferrol es el muro en el que termina de forma violenta la ciudad, tras el cual se esconden el Arsenal y el astillero.

En el primero conviven el sabor histórico desprendido por las construcciones neoclásicas, entre las que destaca la antigua Sala de Armas, y la tecnología más avanzada de las fragatas F-100.

Por lo que respecta al segundo, donde en la actualidad construye la empresa Navantia, es la primera vez que se puede conocer su interior en visitas guiadas, que empezarán a ofertarse en Semana Santa. El museo con el que cuenta recoge todos los logros que fueron realizados en su interior y demuestra que si algo se sabe hacer en Ferrol son barcos.

Con este programa turístico, la ciudad se abre al mundo, para que la disfrute todo aquel que quiera descubrir cómo unas instalaciones pensadas hace más de 250 años siguen funcionando adaptadas a las exigencias actuales. Una circunstancia que la hace digna de visitar, en esta Semana Santa o en cualquier época del año.

 

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