Ni la ola de frío ni la lluvia que caía ayer sobre Ferrol impidieron que más de un centenar de sindicalistas y trabajadores del naval iniciaran una marcha a pie que acabará mañana en A Coruña. Su objetivo: que el Gobierno comprometa el dique flotante y encargue la sexta fragata.

 Más de un centenar de trabajadores recorrerán 60 kilómetros a pie para defender sus empleos 

LA OPINION CORUÑA, 08 Feb. (A Coruña).- Casi un año después de las primeras movilizaciones con las que el sector naval ferrolano alertó ya de la reducción de la carga de trabajo en los astilleros, sindicatos y trabajadores de la comarca vuelven a la calle en defensa de sus puestos de trabajo y de un sector del que dependen, directa o indirectamente, 17.000 familias de Ferrolterra. Pertrechados con chalecos reflectantes y carteles en los que reclamaban nuevos encargos para los astilleros de la ría, unas 125 personas entre delegados sindicales de Navantia Fene-Ferrol y trabajadores fijos y subcontratados emprendieron a primera hora de la mañana una marcha de tres días que concluirá mañana ante la sede de la Delegación del Gobierno en A Coruña. Aunque esta es su meta y de la reunión que mantendrán con Samuel Juárez esperan lograr el compromiso del Ejecutivo con la construcción de un dique flotante en la ría y la contratación de la sexta fragata F100, los protagonistas de la marcha aprovecharán el recorrido para seguir recabando apoyos e informar de la situación del sector a los alcaldes de los municipios por los que pasen, como Fene, Pontedeume, Miño u Oleiros. A su llegada a A Coruña, se les unirán otros 4.000 operarios llamados a participar en una gran manifestación. 

Navantia finalizará en julio su cartera de pedidos, dos megabuques para Australia y la quinta fragata F-100 Cristóbal Colón, lo que dejará vacías las gradas de los astilleros (las zonas dedicadas a la construcción de buques). A partir de esa fecha, el único encargo que le quedará al astillero será completar la fase de armamento de uno de los barcos para la Armada australiana, que será entregado a finales de 2013. 

La crisis ha ralentizado o congelado los programas navales internacionales de varios países, como Turquía o Suráfrica, donde el grupo naval tenía bastantes opciones de hacerse con los concursos para la renovación de su flota. Los sindicatos llevan meses alertando del incesante goteo de despidos de la industria auxiliar y aseguran que la situación es gravísima porque el naval ferrolano se encamina a la peor crisis de su historia, como recordó ayer Fernando Sinde, presidente de Comité Intercentros de Navantia. 

El problema, a pesar de llevar tiempo sobre la mesa, se ha vuelto inminente ya que las centrales sindicales alertan de que, antes del verano, corren peligro 2.500 puestos de trabajo porque, a pesar de que será en julio cuando se entreguen oficialmente uno de los buques de la Armada australiana y la fragata española, la merma de la carga de trabajo ya se empieza a notar.

Ante este negro panorama, sindicatos y trabajadores han puesto todas sus esperanzas en dos objetivos. El primero, con efectos más inmediatos, que el Gobierno firme el contrato comprometido con Navantia tras la reconversión naval de 2004 para construir la sexta fragata F100 para la Armada y el segundo, que confirme la construcción de un dique flotante en la ría. Este proyecto garantizaría trabajo a medio plazo para un millar de trabajadores ya que, una vez disponga de esta infraestructura (cuya construcción calcula que costará 140 millones y se prolongaría dos años) los astilleros de Ferrol podrían optar a nuevos contratos para la reparación de grandes buques, como gaseros o portacontedores. 

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