El mismo día en el que el astillero de Navantia en Puerto Real se queda sin faena, los más de 1.800 trabajadores de la empresa naval pública en la Bahía de Cádiz conocen, por ausencia más que por presencia, los planes del nuevo Gobierno para la segunda serie de los Buques de Acción Marítima (BAM) que, por ahora, no existen. 

 Pedro Morenés traslada a los directivos de Navantia su respeto por la empresa y los buques, pero expresó que no adoptará ninguna decisión hasta tenerla clara 

DIARIO DE CADIZ, 07 Feb. (Cádiz).- Ayer, el nuevo ministro de Defensa, Pedro Morenés, hacía una doble visita a la provincia. La primera, para conocer el Tercio de la Armada (TEAR) en San Fernando y, la segunda, y directamente relacionada con el asunto, a la Base de Rota, donde presidió la entrega a la Armada por parte de Navantia del tercer BAM de la primera serie, la que firmó hace años el entonces ministro de Defensa, José Bono. 

Se esperaba por parte de los comités de empresa de los tres astilleros, y también por la dirección de Navantia, que Morenés hiciese algún gesto que invitase a pensar en la pronta resolución de este asunto. Pero no fue así. El titular de Defensa no se pronunció ante los medios de comunicación ni en La Isla ni en Rota. Ni tan siquiera pronunció discurso.

Hay que recordar que, hasta la salida del Gobierno del PSOE, la Armada y Navantia habían negociado la segunda serie de estos buques que se construirían en la Bahía de Cádiz, pero surgió un problema: se introdujeron modificaciones en los barcos que incrementaron el valor de cada unidad. Al final se llegó a un acuerdo entre las partes sobre tres de los cinco BAM, precisamente los que son idénticos a los que ahora se finalizan, pero quedó sin acuerdo el coste del cuarto y el quinto, los que servirán para Salvamento Marítimo y para labores oceanográficas. 

Así está el asunto y, con la llegada del PP a Madrid se esperaba, desde el sector, que el nuevo titular de Defensa desbloquease este asunto dando la fecha de la orden de ejecución de los cinco navíos. Lejos de eso, ayer, según explicaron a este periódico fuentes solventes, Morenés explicó a los responsables de la compañía española que Navantia es una empresa vital para la Defensa española y que así lo ha demostrado con su posicionamiento en el mercado en los últimos años. Igualmente, se mostró convencido de la importancia que para la Armada tiene el programa de los BAM, pero el ministro no dijo ni sí ni no. Sólo explicó a los dirigentes de Navantia que no adoptará ninguna decisión al respecto, por muchas presiones políticas que lleguen desde Cádiz o, incluso desde Andalucía, hasta no asentarse en el Ministerio que acaba de estrenar y hacer cuentas. Si en esas cuentas entran los BAM, se harán. 

Las mismas fuentes también quisieron dejar claro que el ministro tampoco dijo ayer que no se ejecutará el programa. Lo único cierto es que seguirá retrasándose, como mal menor, para unos astilleros, los gaditanos, que llevan ya semanas de protestas y que hoy precisamente continuarán con ellas. De hecho, los comités de Cádiz capital y de La Isla habían permanecido encerrados en sus respectivos centros de trabajo a la espera de que el ministro se pronunciase sobre los BAM. No hubo suerte. 

La primera parada en la provincia del ministro de Defensa fue en La Isla, para conocer de primera mano las dependencias militares del Tercio de la Armada (TEAR) y su capacidad operativa. Morenés, al que acompañó el almirante jefe del Estado Mayor de la Armada, Manuel Rebollo, pasó revista a la fuerza en el histórico patio de armas Lope de Figueroa. El ministro, que fue recibido con varias salvas de honor, presidió con posterioridad un desfile militar en el que participaron unos 800 infantes. Luego, mantuvo una reunión de trabajo con mandos de la Armada y de la Infantería de Marina. El Tercio aprovechó para desplegar todo su potencial. 

A las doce en punto de la mañana sonó la sirena. Los trabajadores de Navantia San Fernando abandonan sus puestos de trabajo para concentrarse a las puertas de la fábrica. En sus caras se dibujaba un gesto de decepción, también de incertidumbre. Ya era mediodía y el ministro de Defensa, Pedro Morenés, había finalizado su visita al TEAR de La Isla sin pronunciarse sobre la orden de ejecución de la segunda fase de los BAM. La callada por respuesta ha suscitado cierto escepticismo entre los miembros del comité de empresa, quienes habían pasado toda la noche anterior en las dependencias de los astilleros como acto reivindicativo para conseguir un compromiso en firme por parte de Defensa. 

El portavoz de los tres comités de Navantia (Cádiz, San Fernando y Puerto Real), José Antonio Oliva, se mostró contundente: "La Bahía necesita esta carga de trabajo para reactivar el empleo". También arrojó unos datos bastante esclarecedores: "La aprobación de la segunda fase de los BAM, con 5 buques, generaría 6.000 empleos, lo que se traduce en 5 millones de horas de trabajo y faena para 5 años". Pero, a día de hoy, no hay una respuesta concreta y la situación apremia: los astilleros de La Carraca están finalizando el último buque de la primera fase; la faena de Cádiz se limita a reparaciones de cruceros; y el dique de Puerto Real se queda vacío hoy. Los ánimos empiezan a encenderse. Si el Ministerio de Defensa no mueve ficha, lo hará Navantia. Así lo ha declarado el representante sindical: "Si no hay reacción, nos reuniremos con los trabajadores y aprobaremos en asamblea nuevas medidas". 

En la Base de Rota, Morenés tampoco hizo declaraciones a los medios de comunicación en referencia a los BAM. El titular de Defensa optó por no pronunciarse públicamente ni por éste ni por ninguno de los demás asuntos de su competencia en la provincia. En una ceremonia sin discursos, el ministro presidió en el muelle número 1 del recinto naval la entrega a la Armada del BAM Relámpago, el tercero de la serie de cuatro en su versión de patrullero oceánico.

En esta convocatoria se dio cita un nutrido grupo de autoridades civiles y militares, además de representantes de Navantia y familiares de la dotación del buque. Así, además de la delegada del Gobierno central en Andalucía, Carmen Crespo, y el subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torre, también asistieron el acto las alcaldesas de Cádiz y Rota, Teófila Martínez y María Eva Corrales, y los regidores de El Puerto y San Fernando, Enrique Moresco y José Loaiza. El ministro llegó al muelle acompañado del almirante jefe del Estado Mayor de la Armada. 

La entrega del BAM duró poco más de media hora. Tras la inspección del barco y la firma de la documentación correspondiente, el ministro entregó la bandera al comandante del buque, el capitán de corbeta Antonio González del Tánago. Cuando concluyó la ceremonia propiamente dicha, Morenés subió a bordo del barco para saludar a la dotación y realizar un recorrido por el interior del mismo. 

Los BAM de la serie a la que pertenece el patrullero Relámpago tendrán su base en el Arsenal de Las Palmas de Gran Canaria, aunque sus zonas de despliegue en las áreas oceánicas variarán dependiendo de las necesidades operativas de cada momento. El buque entregado ayer a la Armada se suma a Meteoro y Rayo, ya disponibles. El cuarto y último será el Tornado.

La ausencia de declaraciones públicas del ministro provocó ayer un nuevo enfrentamiento entre el PSOE y el PP gaditanos. A los pocos minutos de que finalizase el acto en Rota, el secretario general de los socialistas gaditanos, Francisco González Cabaña, emitía un comunicado en el que consideraba un "desprecio" el comportamiento del ministro y un "insulto" a los trabajadores de Navantia que hablara ayer del contrato esperado. Al poco tiempo, el PP respondía reprochando la "desvergüenza" de González Cabaña. La secretaria general del PP de Cádiz, Teresa Ruiz-Sillero, aseguró que para el Gobierno de Mariano Rajoy, Navantia es una "prioridad" y añadió que "el único que insulta" es González Cabaña, puesto que "sólo hace menospreciar y calumniar a los demás" sin hacer "autocrítica".

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