El presidente de la Asociación de Navieros Españoles (Anave), Manuel Carlier, asegura que el acuerdo entre la patronal y los sindicatos para que determinados puestos en la marina mercante figuren en el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura y se pueda contratar mano de obra no comunitaria es beneficioso para el empleo.

El colectivo reclama la revisión del catálogo para emplear a nacionales
 
LA VOZ DE GALICIA, 07 Dic. (A Coruña).- El objetivo del pacto, suscrito en el 2006, es que los barcos españoles incluidos en el registro especial de Canarias puedan ser competitivos y mantengan la bandera nacional. Según Carlier, si se obligase a que toda la tripulación fuese comunitaria, se abanderarían en otros países que permiten contratar trabajadores extracomunitarios.
 
La normativa del registro especial de Canarias, creado en 1992, establece que el capitán y el primer oficial del barco deben ser europeos, así como el 50 % de la tripulación del buque. El resto de los marinos pueden ser de terceros países. «Si se pretende que el 100 % de los enrolados sean españoles, las navieras no serían competitivas», dijo Carlier.
 
Cinco millones de parados, más de 2.600 marinos mercantes sin trabajo y, sin embargo, trimestre tras trimestre, profesiones como jefe de máquinas de buque mercante, mecánico naval y marinero de cubierta aparecen en el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura. ¿Cómo se explica eso? Pues según la CGT (Confederación General del Trabajo), por el acuerdo que firmaron en su momento la patronal Anave (Asociación de Navieros Españoles) con los sindicatos CC.OO. y UGT.
 
Pero resulta que ese «en su momento» fue hace cinco años y no ha sido revisado «a pesar de que el paro en el sector ha aumentado en todas las provincias marítimas». Así lo acreditan los datos del régimen especial de los trabajadores del mar, que arrojan que, al menos en septiembre pasado, había inscritas como demandantes de empleo 2.668 personas.
 
Sin ir más lejos, en Galicia había 191 trabajadores que buscaban ocupación en un buque mercante como mecánico naval y otras 230 que optan a un puesto de trabajo como marinero de cubierta.
 
A juicio de la CGT, la demora en revisar ese catálogo no parece ser un olvido inocente, sino que obedece al interés de facilitar a los empresarios del sector mano de obra abundante y barata mientras persisten las dificultades para embarcar para los profesionales españoles en las navieras del país y encontrar un empleo que reúna los mínimos requisitos de dignidad laboral.
 
Y es que la inclusión de esas profesiones en el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura abre la puerta a mano de obra extranjera. Es el primer paso para autorizar la entrada de trabajadores de terceros países. Eso ocurre en otras profesiones, «como los futbolistas, los ingenieros, pero la marina mercante es el único grupo en el que están todas las actividades marítimas con esa consideración y propicia la contratación en terceros países», explica Enric Tarrida, secretario general del sector Mar de la CGT.
 
Para considerar que una profesión no tiene aspirantes nacionales suficientes se exige que haya «un porcentaje mínimo de parados». Pero en la marina mercante no es así, según Tarrida, que asegura que las navieras obvian el paro que hay para pagar, más bien mal pagar, a profesionales de terceros países que cobran en torno a mil euros y no tienen vacaciones.
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