Activistas de Greenpeace embarcados en el buque 'Arctic Sunrise' aseguran haber parado la actividad del arrastrero de profundidad español 'Muxía' mientras faenaba en el Atlántico Noreste.

El arrastrero se ha visto obligado así a interrumpir su actividad y ha recogido las redes vacías
 
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 21 Nov. (EUROPA PRESS).- Los ecologistas, señala la asociación, han interferido en la pesca "justo cuando había empezado, atando elementos flotantes similares a boyas en los cables que tiran de la red de arrastre, con el fin de detener la operación de pesca".
 
"El arrastrero se ha visto obligado así a interrumpir su actividad y ha recogido las redes vacías", destaca. Esta acción se enmarca en la campaña de Greenpeace "en defensa de los océanos", que demanda una reforma de la Política Pesquera Común (PPC) que ponga fin a las pesquerías que considera "más destructivas", como la de arrastre de profundidad.
 
Greenpeace subraya que "ha sido testigo en las últimas semanas de la destrucción marina que realiza la pesca de arrastre de profundidad en el Atlántico Noreste".
 
En 2013, incide, "se decidirá el futuro de las pesquerías a través de la reforma de la PPC". "Este proceso de revisión se desarrolla cada diez años. Las Naciones Unidas también se hallan en curso de reforzar su posición en contra de las amenazas de la pesca de arrastre en nuestros océanos. Greenpeace demanda un futuro para las pesquerías a través del fin de la sobrepesca y la sobrecapacidad, y el apoyo a la pesca artesanal", recalca.
 
"UNA DE LAS MÁS DESTRUCTIVAS"
La organización ecologista denuncia que la pesca de arrastre es "una de las más destructivas e insostenibles en Europa". "Este método se practica desde los 400 hasta los más de 1.500 metros de hondura, donde nadie puede ser testigo del daño provocado", advierte.
 
Los arrastreros, según añade, "faenan cada vez a mayor profundidad ya que las especies más cercanas a la superficie están desapareciendo debido a la sobrepesca". "Esta pesquería es el perfecto ejemplo de que la PPC necesita un cambio radical. España y Francia son las dos principales potencias europeas pesqueras en esta zona y sus capturas representan el 70 %".
 
Además, el colectivo ecologista mantiene que la flota de arrastre española ha recibido 142 millones de euros desde 1996 a 2010, "una cantidad muy superior a la dirigida a la artesanal que genera casi el 30% del empleo en el sector pesquero español, casi cuatro veces más que la de arrastre".
 
"Estos subsidios, además, están estimados a la baja, ya que no incluyen subsidios indirectos como la exención de tasas por el petróleo o ayudas ‘Minimis", destaca.
 
Por ello, Greenpeace denuncia que los Estados miembro de la Unión Europea, "principalmente" España y Francia, "han empleado dinero público para entregar ayudas a una pesca altamente destructiva, siendo conscientes del declive de los stocks pesqueros".
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