“¿Cuánta gente cabe? ¿Un millón?», preguntaba un pequeño a su padre mientras guardaba cola ante el imponente perfil del megabuque Juan Carlos I, ansioso por conocer las tripas del mayor barco en la historia de la Armada española. Una vez dentro, llegó la respuesta.
La apertura al público provocó colas para conocer el megabuque
LA VOZ DE GALICIA, 26 Sep. (Ferrol).- En esta ciudad flotante de 230 metros de largo, que durante el fin de semana se abrió al público en el muelle comercial, caben 1.435 personas, aunque su dotación está compuesta solo por 261. Y tiene una autonomía logística de 50 días y 9.000 millas. Un coloso que ha costado a las arcas de Defensa 360 millones de euros.
Datos como estos dejaron boquiabiertas ayer a más de 2.000 personas, las que durante la mañana pudieron conocer la nueva joya de la Marina. Sumados a los aproximadamente 2.800 que lo hicieron el sábado, el buque embarcó en el fin de semana a unos 5.000 visitantes, según fuentes del buque de proyección estratégica. Un «éxito» que ha dejado muy satisfechos a sus responsables.
La afluencia fue tan masiva que, después de que los visitantes tuviesen que aguardar al sol más de media hora de cola para entrar sobre las explanadas del Fernández Ladreda, se decidió bajar una de las compuertas de acceso para los vehículos pesados y permitir la entrada libre del público, sin grupos, como a primera hora de la mañana.
Dentro, los niños disfrutaron más que nadie. Primero, inspeccionando la docena de vehículos pesados y ligeros de Infantería de Marina que se mostraban en el garaje inferior. Después, haciéndose fotos junto a equipamientos de protección y distinta maquinaria rodada en un hangar en el que caben unas 20 aeronaves. Y después, en la cubierta de vuelo, con su rampa empinada de 27 metros de altura apuntando al cielo de Ferrol Vello.
Fue solo una pequeña muestra de las once cubiertas con que cuenta un buque especialmente capacitado para operaciones de tipo humanitario, que incluye planta potabilizadora y un hospital de 500 metros cuadrados con dos quirófanos. Ayer había hasta un puesto de merchandising con polos, gorras y tazas corporativos para llevarse un recuerdo de este coloso de las olas que Navantia copia para Australia con la construcción del Canberra y del Adelaide.
