La preocupación de los familiares de los tres marinos gallegos secuestrados por piratas a bordo del petrolero "Mattheos I" va por dentro. Todos confían en que el motivo del abordaje, a 60 millas de Togo, sea el saqueo del buque y el robo de la mercancía. Prefieren pensar que el caso es distinto a los asaltos perpetrados por piratas somalíes, que buscan pedir un rescate a cambio de la liberación, porque eso supondría una solución más rápida del caso.

Los familiares de los tripulantes gallegos del "Mattheos I" esperan que los secuestradores no pidan rescate y los liberen pronto
 
FARO DE VIGO, 16 Sep. (Vigo).- Carmen Baudot, la madre del primer oficial de puente del barco chipriota, Manuel Bilbao –nacido en Ferrol pero que reside desde niño en Tenerife– aseguró ayer estar "preocupada" por la situación de su hijo pero "con fuerzas, manteniendo la calma" para soportar la presión. "Confiamos en que los piratas solo quieran el petrolero para robar la gasolina", indicó Baudot, que se encuentra en A Coruña por motivos familiares pese a que su residencia habitual está en Tenerife.
 
La madre de Manuel Bilbao explicó también que la "triste" noticia de la captura del "Mattheos I" coincidió con el día en que sus nietos –los hijos mellizos del primer oficial del barco– cumplían un año. "No era la primera vez que mi hijo iba por África, lleva más de 10 años en la mar y nunca me dijo que tuviera miedo. Es un auténtico marino, por vocación. Supongo que estará muy bien pero con un gran susto en el cuerpo", lamentó la madre del tripulante gallego, con residencia en Tenerife. El padre, Manuel Bilbao, que está en Tenerife, por su parte, se mostró "muy preocupado" por el secuestro de su hijo.
 
La novia de este marino, Ana Plasencia, también confía en una rápida resolución del caso, y en poder ver a su pareja tras dos meses alejados. Manuel embarcó en Holanda a finales de julio.
 
Mientras, los padres del tercer oficial del "Mattheos I", Damián Aguín –de Portonovo– partieron ayer hacia Madrid para estar más cerca de la compañía que opera el buque, Consultores de Navegación, y conocer de primera mano todas las novedades que surjan en torno al secuestro. "Sentimos una relativa tranquilidad al saber que no ha habido violencia física, aunque un abordaje en esas condiciones implica siempre un hecho violento. Solo esperamos que todo se resuelva cuanto antes por el bien de todos", explicó el padre de Damián, José Aguín.
 
Los familiares del tercer oficial del buque aseguraron que desde el miércoles estuvieron puntualmente informados por la empresa que opera el "Mattheos I" y por el Ministerio de Asuntos Exteriores español. "Es una situación desesperante pero hemos de asumirla dentro de nuestras posibilidades con entereza y la confianza de que todo se va a solucionar pronto", concluyó Aguín padre. Su hijo tiene 26 años y partió el pasado 25 de agosto de su residencia de Portonovo para embarcar en Rotterdam. Estudió en la Escuela Superior de la Marina Civil de A Coruña y este era su segundo embarque, tras aceptar el puesto de tercer oficial consciente de que a corto plazo pasaría a responsabilizarse de las obligaciones del segundo oficial.
 
Los familiares del tercer tripulante gallego del petrolero, el jefe de máquinas Saturnino Galán, dejaron ayer su domicilio coruñés para pasar estas difíciles horas junto a sus familiares. Solo uno de los dos hijos de Galán, también llamado Saturnino, explicó en la Cadena Ser que su padre lleva más de 30 años como marino como jefe de máquinas. "Mi padre intentará llevar el secuestro con la mayor normalidad. Es el jefe de máquinas y tiene su responsabilidad a bordo. Es una persona que, dentro de la gravedad, sabrá llevar el problema con tranquilidad", explicó Saturnino Galán hijo.
 
La residencia familiar permaneció vacía todo el día y los vecinos aseguraron que el teléfono de la vivienda "no paró de sonar".
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La naviera del petrolero secuestrado, con tres gallegos a bordo, espera una pronta liberación
 
La ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, aseguró ayer que la captura del petrolero Mattheos I, secuestrado en la madrugada del miércoles a unas 60 millas de Togo, en el golfo de Guinea y con una tripulación de 23 personas, entre ellas cinco españoles de los que tres son gallegos, es un secuestro, a pesar de que "la empresa responsable decía que pudiera no tratarse de un secuestro sino de un robo". Jiménez puntualizó también que el Ministerio inició las gestiones correspondientes y actuará "con mucha discreción para concluir con éxito" el caso. La ministra, en declaraciones realizadas en Córdoba, indicó que "el barco fue apresado en la frontera de Togo y el Gobierno contactó con las autoridades chipriotas y togolesas" y trabaja con las embajadas de la zona, al tiempo que intenta contactar con los tripulantes.
 
Por la mañana, sin embargo, la hipótesis más probable y deseable para la empresa española que gestiona la tripulación del barco, Consultores de Navegación, era que se trataba de un asalto que tenía como objetivo robar la carga y los objetos de valor en vez de un ataque en busca de un rescate, como ocurre en el Índico. Este planteamiento es el que ayer mantuvo, con todas las reservas a que obliga no tener contacto ni con el buque ni con sus captores, Sheena Campbell, la portavoz de Consultores de Navegación.
 
El barco capturado tiene 23 tripulantes y, entre ellos, se encuentran cinco ciudadanos españoles, todos oficiales del buque, de los que tres son gallegos. Se trata de Saturnino Galán, jefe de máquinas, del barrio coruñés de Peruleiro, Manuel Bilbao, primer oficial de puente, de 37 años y nacido en Ferrol aunque desde niño reside en Canarias, y Damián Aguín Losada, tercer oficial del barco, de 26 años y vecino de Portonovo. Ni la empresa ni Exteriores facilitaron más datos sobre la procedencia de la tripulación "por respeto a sus familias" y porque "el bienestar y la seguridad" de los marineros es lo más importante "en este momento tan difícil". Al margen de los españoles, el resto de la tripulación está compuesta por ciudadanos de Perú, (el capitán), Filipinas o Croacia.
 
Campbell aseguró que desconoce la ubicación concreta del barco aunque indicó que sospecha de que lo están trasladando al sur, a una zona más tranquila en la que descargar el gasóleo que el buque lleva en sus bodegas.
 
Algunos medios especularon con la posibilidad, no confirmada por Exteriores, de que el barco pueda estar ya en la costa.
 
Mientras, la Armada de Benin informó de su intento fallido de establecer contacto con el petrolero secuestrado, tal como explicó a Efe el jefe del Estado Mayor de la Armada beninesa, Maxime Ahoyo, quien horas antes ya había señalado que la Armada de su país no fue capaz de intervenir para evitar el ataque de los piratas, ocurrido a unos 120 kilómetros al oeste de la capital de Benin, Cotonú, y algo más de 110 kilómetros de la costa de Togo.
 
La portavoz de Consultores de Navegación aseguró que, a tenor de los precedentes de asaltos en la zona, la liberación podría producirse en un corto plazo de tiempo. "Por la experiencia que tenemos, los casos han sido más de robo que de secuestro y a los barcos los han soltado en tres o cuatro días. No hubo casos de heridos ni en los que hayan pedido rescate", explicó. Así, citó el caso del buque griego Aegean Star, asaltado hace dos semanas y liberado en pocos días. Sin embargo, Campell recordó que "hay que esperar", antes de señalar que están en contacto permanente con el Ministerio de Exteriores, que ordenó a la embajada en Ghana que asumiese el caso con apoyo del consulado de Lomé, en Togo. La Armada española, la de países aliados y la de Nigeria están también pendientes del caso, así como la Unidad de Emergencia Consular. Según aseguró Exteriores, el Gobierno también está en contacto con las autoridades chipriotas para intercambiar información sobre la situación del buque.
 
Apelando a la "discreción" que requiere el caso, ni las autoridades españolas ni la empresa ofrecieron más detalles del operativo de seguimiento del secuestro porque "se trata de evitar que se ponga en peligro la vida de los tripulantes".
 
Por su parte, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien avanzó que podrían ser cuatro o incluso cinco los gallegos embarcados en el petrolero, -aunque después matizaron en la Xunta que el error se debió a los datos que le pasó la Delegación del Gobierno en Galicia- quiso ser "prudente" para que los servicios del Estado puedan "hacer su trabajo" sin dar "más pistas ni información" a los secuestradores.
 
El Mattheos I fue construido en 2004 y cuenta con las medidas "normales" de seguridad en estos buques, dirigidas a evitar la explosión de la carga, aunque no disponía de vigilancia armada al impedirlo la legislación chipriota.
 
El petrolero secuestrado, con una capacidad de 46.000 toneladas, cubría la ruta desde Rotterdam (Holanda) hasta Lomé (Togo), cargado con combustible. Fue abordado por piratas a 50 millas de Togo en la madrugada del miércoles, según la empresa, cuando el barco realizaba el trasvase de carga con un barco noruego, que también fue atacado aunque los secuestradores no lograron su objetivo al encerrarse los tripulantes del buque nórdico en la sala de máquinas. Tras conocer el secuestro del Mattheos I, la empresa que lo gestiona informó de la situación a los familiares de los tripulantes.
 
Los actos de piratería y los asaltos a buques en el golfo de Guinea aumentaron considerablemente en los últimos meses. Situado en la costa occidental de África, es una zona clave para el suministro energético nacional. La seguridad marítima en esas aguas se ha convertido en un "problema de creciente importancia" para España y para otros países -Francia y EEUU desplegaron barcos de guerra en la zona- por "la intensificación y frecuencia de los actos de piratería y bandidaje que merecen atención preferente". Así consta en el Plan de Diplomacia de Defensa presentado en julio y elaborado por los ministerios españoles de Defensa y Exteriores.
 
En los últimos tiempos se intensificó la colaboración con los países del entorno en materia de Defensa y vigilancia marítima, sobre todo en la lucha contra piratería y tráficos ilícitos. Defensa colabora en este área con varios países de la región, donde Nigeria ocupa un lugar especial, el país más poblado del continente africano y uno de los principales donde España se abastece de petróleo.
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La piratería en el golfo de guinea: Un fenómeno en ascenso y en plena expansión geográfica
 
No es el avispero de Somalia, pero empieza a parecerse. El fenómeno de la piratería está creciendo de forma alarmante en el golfo de Guinea y quienes navegan por allí lo saben. Lo que parecen desconocer es que, como en el Cuerno de África, el mal se va extendiendo. El mismo Secundino Galán, jefe de máquinas del Mattheos I, se creía ya a salvo allí, frente a Cotonú, como envió un correo a sus familiares indicando que había salido ya de zona de peligro. Evidentemente, se equivocaba.
 
Robo o secuestro
Sin petición de rescate. Tanto la compañía armadora como desde Exteriores y expertos en piratería coinciden en apuntar que lo que ocurre en la costa occidental de África no es lo que sucede en su parte oriental. «Se trata de robos más que de secuestros», explicó Sheena Cambell, que refirió un asalto cometido dos semanas antes en el que los piratas dejaron libre a la tripulación nada más apropiarse de todo lo de valor que había a bordo. Ahora bien, la latitud a la que se ha producido el asalto despista un poco a las víctimas. «Lo habitual es que estos ataques se localicen más en la parte de Nigeria», más en el interior del golfo, no frente a Togo; por eso, lo ocurrido «es un poco extraño para nosotros», comentó José María Jiménez, gerente de la compañía que contrata a la tripulación para el Mattheos I.
 
Operaciones de trasvase
Rutina del mercante. El Mattheos I zarpó de Róterdam hacia el puerto de Lomé para abastecer de combustible la zona. Como no existe en el área un puerto con calado suficiente para que el petrolero chipriota pueda atracar y desembarcar su carga, lo que hace es trasladar el combustible a otras embarcaciones, lo que se conoce como lightning. En una de esas operaciones se hallaba cuando fue asaltado por los piratas armados. «Estaba cerca de la costa, a unas 60 millas, fuera de las togolesas», comentó Jiménez. Pero a pesar de su cercanía a la costa, no se pudo hacer nada. Lo admitió un portavoz de la armada de Benín, que explicó que no pudieron hacer nada porque «tardarían 7 horas en llegar al punto en que se encontraba el barco».
 
Sin seguridad privada
No puede llevar armas. El Mattheos I no llevaba seguridad privada a bordo por dos motivos. El primero, porque, aunque peligrosa, se supone que el golfo de Guinea es un área más tranquila que la de Somalia y no es preciso llevar vigilancia a mayores de las medidas de seguridad que se exigen habitualmente. Pero, además, Sheena Campbell justificó la ausencia de agentes de seguridad armados en que las leyes de Chipre, Estado de pabellón del barco, impiden llevar armamento a bordo, por lo que no sería posible embarcarlos.
 
Recomendaciones
Evitar la zona. El incremento de la piratería en el golfo de Guinea es palpable. Según la International Maritime Bureau (IMB), desde marzo pasado se ha alertado de 12 incidentes y cinco tuvieron por objetivo cargueros a los que desvalijaron de sus productos petrolíferos. Desde la patronal española, Anave, han lanzado la recomendación de evitar navegar por la zona, dada la peligrosidad de la misma.
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