Ni una voz en contra. Trabajadores, sindicatos, empresarios y políticos con el mismo discurso. Ferrolterra tiene estos días una prioridad: la contratación de un dique flotante para Navantia, que sigue siendo el principal motor económico de la comarca. Sin nuevos encargos para la construcción de buques y con los actuales pedidos ya muy avanzados, los astilleros de la ría de Ferrol se enfrentan a una caída en la ocupación que puede llevar al paro a unos 2.500 trabajadores auxiliares y abrir una profunda incógnita de futuro a los 2.400 directos.
Su construcción generaría dos años de trabajo para 800 operarios
El presidente de
Cofer ya ha anunciado que «llegará a donde tenga que llegar» para intentar que esta demanda sea respondida.
El director gerente de Reganosa, Emilio Bruquetas, destacó la singularidad de Ferrol como «puerto único» en el que la existencia de un astillero de reparación de buques y la planta de gas permite a un armador de metaneros «cerrar el ciclo completo» con estos barcos, además de ahorrarle costes. De hecho, este ejercicio dos navíos se aprovecharon de esta ventaja para reparar en Navantia y cargar en Reganosa. Afirmó que el nuevo dique permitiría a los astilleros mantener el liderazgo en la reparación de gaseros y acceder a otros mercados, aumentando el valor añadido de ambas firmas.
El presidente del Puerto, Ángel del Real, también insiste en la importancia de contar con esta infraestructura. «Nosotros siempre apoyaremos todo lo que signifique más carga de trabajo para Navantia y de hecho lo hemos hecho aumentándole la superficie de agua y bajándole los cánones», afirmó.
Compromiso del alcalde
El alcalde ferrolano, José Manuel Rey Varela, aseguró que el dique flotante es una «infraestructura fundamental para el gran centro de reparaciones de la ría». Tras considerarlo un asunto «estratégico» para la ciudad, se comprometió a elevarlo a