La apuesta de Fomento desde la llegada al cargo de José Blanco ha sido ambiciosa en los cuatro ámbitos logísticos, con propuestas muy reformistas. No obstante, la legislatura se ha acortado y urge dejar resueltos algunos de los grandes proyectos emprendidos: primero por cumplir los plazos comprometidos ante la opinión pública; y segundo por evitar que el cambio de color político deje en agua de borrajas todo lo andado.

Queda pendiente la creación del denominado Observatorio Permanente del Mercado de los Servicios Portuarios
 
DIARIO DEL PUETO, 12 Sep. (Madrid).- Aunque el Parlamento ya ha celebrado tres sesiones extraordinarias, aunque el Consejo de Ministros lleva reuniéndose desde finales de agosto y aunque la crisis no da descanso, hoy comienza oficialmente el nuevo curso político, al ser la semana en la que el órgano de máxima representación, el Congreso de los Diputados, retoma oficialmente tras las vacaciones su actividad ordinaria.
 
Es un curso atípico, que dura apenas quince días, pues el 29 de septiembre el presidente del Gobierno disolverá las Cortes antes las Elecciones Generales del 20 de noviembre.
 
Además, lo previsto es un cambio de color en el Gobierno y con ello la renovación de arriba abajo de todos los responsables de las distintas administraciones dependientes del Gobierno central.
 
Hablamos por tanto de apenas dos meses de actividad hasta los comicios que, en el caso del Ministerio de Fomento y los organismos a él adscritos, van a ser frenéticos, pues hay en curso asuntos de gran trascendencia para la futura configuración del transporte.
 
Tal es el caso de los aeropuertos y los procesos de privatización de AENA y de Barajas y El Prat; del transporte ferroviario, también en mitad del proceso de segregación de Renfe Mercancías, con la entrada de nuevos socios en las compañías creadas; e incluso del ámbito portuario, a la espera del Observatorio Permanente de Servicios Portuarios.
 
Eso sí, en el caso del transporte de mercancías por carretera, no es que haga falta acelerar, es que directamente ya no hay tiempo: de momento ya no hay reforma de la LOTT.
 
Puertos: El reto del Observatorio
Una vez superado el traumático proceso de aprobación de la Ley de Puertos 33/2010 y con los deberes hechos en torno al nuevo texto refundido, un tema que puede parecer menor pero que comporta gran trascendencia jurídica y operativa (fue aprobado por el Consejo de Ministros hace dos viernes), podría decirse que Puertos del Estado (OPPE) afronta el adelantado final de la legislatura sin urgencias.
 
Pero no es así. La Ley 33/2010 ratificó la creación del denominado Observatorio Permanente del Mercado de los Servicios Portuarios, órgano que tanto desde la Secretaría de Estado de Transportes como desde la propia presidencia del OPPE se considera esencial para la futura competitividad del mercado portuario.
 
Es, además, dada la coyuntura, un instrumento necesario y de manera urgente, hasta el punto de que Isaías Táboas, secretario de Estado de Transportes, ha venido planteando a lo largo del ejercicio diversos plazos para su constitución, sucesivamente incumplidos. El último compromiso habla de su entrada en funcionamiento antes de que termine el año, es decir, precisamente en el torno de las elecciones generales y la más que previsible renovación de la cúpula de OPPE.
 
Desde el organismo público se asegura que se trabaja con intensidad en este asunto y sin ser condicionados por los plazos legislativos, aunque sigue sin haber fecha y sin saberse si dará tiempo o habrá que dejarlo para los próximos gestores.
 
Ferroviario: Sprint final
Por ser un proyecto de planificación a largo plazo, era asumible que el Plan Estratégico de Impulso del Transporte Ferroviario de Mercancías tuviera que ver morir la legislatura y someterse al reto de recibir la confianza o renovación del nuevo Gobierno. Eso es lo que exactamente sucederá. Ahora bien, una de sus medidas estrella se adentra en los últimos minutos del partido con los trabajos muy avanzados pero sin concluir, lo cual podría generar incertidumbre, ya que se trata de una reforma estructural.
 
Hablamos de la segregación de Renfe Mercancías, de la transformación del hasta hace tres años operador único y en la actualidad operador principal, en cinco compañías separadas con presencia de capital privado hasta un 45% en cada.
 
En junio el Consejo de Ministros aprobó las cinco nuevas sociedades y desde entonces Renfe trabaja en lograr cuanto antes la constitución formal y jurídica de las compañías para su posterior venta.
La planificación inicial era que dichas empresas fueran una completa realidad antes de fin de año, para lo cual queda todavía una ingente actividad.
 
Aéreo: Acelerón privatizador
El asunto más sensible para Fomento ahora mismo está en el ámbito de los aeropuertos. La legislatura inicialmente daba más margen, pero el recorte implica tener que acelerar los plazos de implantación del nuevo modelo aeroportuario y, en concreto, uno de los frentes clave: la concesión de Barajas y El Prat, esencial para hacer caja, que es al fin y a la postre lo que el Gobierno de Zapatero desea en el caso de esta medida.
 
Además, la prisa aquí se fundamenta también en que este asunto de la privatización de AENA y de los dos buques insignia del sistema aeroportuario estatal no termina de tenerlo nada claro el PP, con un riesgo evidente de paralización si no se deja todo más o menos atado antes del probable relevo en el Gobierno.
 
En esta carrera, tras cerrarse el plazo de presentación de candidaturas, está previsto que esta misma semana AENA anuncie qué consorcios son los que pasan el corte y cuáles optan finalmente a las concesiones de Barajas y El Prat.
 
El objetivo anunciado por Fomento era llevar a cabo la adjudicación en noviembre, es decir, prácticamente sobre la bocina.
 
De momento no hay datos sobre la privatización de AENA Aeropuertos en su conjunto, entidad formalmente ya segregada de AENA Navegación Aérea, proceso en el que hay una tarea ingente a la hora de determinar con exactitud no ya el precio de mercado sino, sobre todo, la fórmula de colocar en el mismo el paquete accionarial seleccionado.
 
Terreste: Ya sonó la campana, ni LOTT ni Acuerdos
Donde ya ha sonado la campana y no ha habido tiempo ni de reaccionar es en el ámbito del transporte de mercancías por carretera. Aquí ya no cabe ni pelear, ni acelerar, ni agobiarse. Se ha cerrado la “ventanilla” y no queda más que esperar a que el futuro nuevo equipo de Gobierno tome posesión y se muestre sensible a las prioridades que ahora han sido enviadas al fondo del cajón.
 
Tal y como publicó en exclusiva Diario del Puerto el pasado 28 de agosto, la apuesta estrella acometida por el actual director general de Transporte Terrestre, Manuel Villalante, se ha quedado sin tiempo material para ser aprobada por las Cortes Generales.
 
El Proyecto de Ley de Modificación de la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres, remitido al Congreso por el Consejo de Ministros el pasado 13 de mayo, no podrá ser ya tramitado en la presente legislatura, al ser imposible cumplir la compleja tramitación parlamentaria en las tres semanas hábiles que quedan.
 
Como quiera que hablamos de una iniciativa que fue muy discutida por el Comité Nacional de Transporte por Carretera (CNTC), es muy probable que estemos hablando de una reforma con la que a partir de diciembre los nuevos gestores tendrán que ponerse a trabajar desde el principio, aunque sólo sea para intentar dar cabida a las demandas sectoriales.
 
Con todo, el principal asunto que Fomento se deja en el tintero en este ámbito es el de los Acuerdos del 19 de Abril, sobre los que CNTC y asociaciones de cargadores siguen trabajando para definir los límites de las sanciones por no cumplir las cláusulas automáticas de revisión y los tiempos de cobro.
 
Aún así, este trabajo de momento es un avance de cara al futuro, pero no fructificará de inmediato. Primero porque parte de los compromisos de los Acuerdos del 19 de abril iban dentro del Proyecto de Modificación de la LOTT.
 
Y segundo porque todo lo relativo a las sanciones citadas y a la limitación de la subcontratación lo supeditó Fomento a un debate interno sobre las posibilidades de plasmación legislativa en coordinación con el resto de ministerios implicados, una tarea ahora mismo en suspenso y en la que tampoco se van a dar pasos como mínimo hasta que no haya un nuevo Gobierno.
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