La caída en barrena del primer astillero privado español va a tener fuertes consecuencias para la economía de la comarca viguesa. Detrás de las dificultades para contratar nuevas construcciones de barcos había mucho más, que en el sector se achaca a una mala gestión financiera. De pasar de una beneficio de 742.000 euros en 2010 –que es muy poco dinero en relación a la facturación–, a presentar unas pérdidas de 56,7 millones hasta el pasado mes de mayo es un abismo.

El primer constructor privado español entró en los últimos meses en un callejón con pocas posibilidades de salir
 
FARO DE VIGO, 31 Jul. (Vigo).- Las cuentas están en estos momentos en manos de los administradores concursales, que según se ha filtrado se han encontrado con "problemas importantes". La situación según los expertos es de "quiebra técnica", ya que no se puede soportar una empresa con una deuda de más de 62 millones de euros a los proveedores, unas pérdidas hasta mayo de 56,7 millones de euros, una cartera de pedidos a cero y enormes dificultades de financiación. Y si no se solucionan las cosas la liquidación del astillero podría producirse en dos meses, según afirman fuentes conocedoras de la situación, que de producirse "el futuro nunca será igual".
 
Con este panorama, el reflote del astillero es harto difícil, aunque se está trabajando desde dentro y fuera para que su actividad continúe. El presidente del astillero, José Francisco González Viñas, declaró a este periódico que el actual problema tiene "solución", pero esa solución pasa por unos duros ajustes.
 
El primer diagnóstico que expertos facilitaron a Faro son pocos alentadores. En primer lugar apuntan a que la salida más probable pasa por la liquidación del astillero –esto es borrón y cuenta nueva– y la entrada de nuevos accionistas, aunque sin descartar que los actuales propietarios puedan mantener una cierta presencia, aunque minoritaria.
 
La segunda, y menos probable, sería que los actuales propietarios del astillero volvieran a tomar las riendas del mismo a costa de ampliar el capital social –en al menos 10 millones de euros– y acordar con los acreedores una quita de entre el 80 y el 90%, siempre y cuando esta situación fuese bendecida por los administradores concursales y el juzgado de lo Mercantil de Vigo.
 
En tercer lugar, un sindicato se ha presentado como solución una propuesta nada desdeñable para salvar el astillero, aunque complicada pero no imposible en su realización si hay "voluntad política".
 
Esta propuesta pasaría por la intervención del Consorcio de la Zona Franca en el proyecto, aunque el organismo que preside Teresa Pisano lo conoce de manera muy tangencial.
 
Este proyecto contemplaría la venta por parte de Barreras de los terrenos que la empresa tiene entre Tomás A. Alonso y Beiramar a la Zona Franca. Las principales líneas de actuación, a las que ha tenido acceso FARO, contemplan que Zona Franca comprase esos 22.400 metros cuadrados que tiene Barreras por un importe de 75 millones –bien en un solo plazo o bien pagaderos durante cinco años a razón de 15 millones anuales– para recapitalizar el astillero y abordar el pago a los acreedores sin necesidad de entrar en concurso de acreedores, lo que entre otras cosas significaría que el pago se realizaría sin ningún tipo de quita.
 
A partir de ese momento, Barreras alquilaría a Zona Franca los 14.500 metros en los que tiene actividad, mientras que los restantes 7.925, del total de 22.400, podrían ser utilizados para otro tipo de actividades industriales.
 
De esta propuesta es conocedor el alcalde de Vigo, Abel Caballero, quien dijo que los promotores de la misma deberían negociar directamente con Zona Franca su viabilidad. "Los terrenos son industriales y no vamos a acometer ninguna recalificación. Deben negociar directamente con Zona Franca", afirmó el regidor vigués.
 
"Si la propuesta llega a buen puerto salvaríamos a una gran parte de la industria auxiliar de Vigo, con un convenio anticipado para los acreedores y aún quedaría un remanente para el astillero", señalan los promotores del proyecto que indican que su único objetivo "es no perder un astillero de la categoría de Barreras ni la industria auxiliar que trabaja en él".
 
Sin embargo, no existe una tasación previa de los terrenos. De hecho, la existente se basa en multiplicar los metros cuadros de los terrenos de Barreras por el coste mensual del metro cuadrado de alquiler que aplica Zona Franca –5,42 euros/metro mensuales–.
 
Empresarios del metal también conocen el plan, que califican de "interesante" en cuanto supone el mantenimiento de una gran parte de la estructura industrial del sector naval en Vigo". El problema que surge ahora son los plazos, más allá de finales de septiembre el panorama pasaría de "mar gruesa" a "mar monstruosa". El naufragio en definitiva.
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