El recorte del déficit ha llevado al Gobierno a acometer decisiones como las privatizaciones parciales de los aeropuertos de El Prat, en Barcelona, y Madrid Barajas, así como de un 30% de Loterías y Apuestas del Estado. Pero, en otro grupo público, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi), aún quedan activos valorados en más de 3.500 millones de euros por vender.
El holding estatal ha visto elevarse el valor de su cartera de participadas, entre las que figuran Navantia y las cotizadas Ebro Foods, IAG, EADS y Red Eléctrica Española.
EXPANSION, 26 Jul. (Madrid).- De acuerdo con un análisis realizado por EXPANSIÓN partiendo de las memorias anuales del holding público de 2010 y 2009, esta cantidad supera en 500 millones de euros el valor estimado de esas participaciones en 2009. La cantidad es equivalente a, por ejemplo, el valor en bolsa de entidades financieras como Banesto o Banco Sabadell.
Activos líquidos
En esta mejoría, tuvo que ver el buen comportamiento en bolsa de los activos más líquidos que posee la sociedad presidida por Enrique Martínez Robles. Se trata de las participaciones en el grupo aeronáutico europeo EADS (5,5%), Enagás (5%), la aerolínea IAG (2,71%), Ebro Foods (8,65%) y Red Eléctrica (20%), cuyo valor global asciende a 2.178 millones, al cierre de cotización de los títulos el pasado viernes.
En el caso del grupo eléctrico, la valoración tomada sólo tiene en cuenta la mitad de la participación de la Sepi (10%), ya que la ley obliga al Gobierno a mantener un 10% del capital.
Otras participaciones en empresas no cotizadas son más difíciles de valorar. Así, es complicado establecer una valoración para el constructor naval Navantia, una de las mayores empresas de la cartera de la Sepi (y que tuvo unas pérdidas de explotación de 44 millones en 2010), ante la ausencia de empresas comparables cotizadas de su tamaño. Algo similar ocurre con sociedades como Enusa, Ensa, Defex, Cetarsa y el Hipódromo de la Zarzuela.
El valor de estas compañías, tomando un múltiplo de siete veces su beneficio bruto de explotación (ebitda) –un valor medio en las transacciones corporativas en España para este tamaño de empresas– y restando su deuda, superaría los 150 millones de euros.
Mención aparte merecen las sociedades que la Sepi considera de interés público o instrumentales de promoción y desarrollo, que serían las más difíciles de vender a manos privadas, por su carácter social. Éste es el caso de Tragsa, Mercasa, Saeca, Efe o Infoinvest, cuyo valor conjunto –discriminando entre aquellas que están en pérdidas de las que son rentables– superaría los 500 millones.
Por último, la Sepi está presente también en RTVE, con el 52,19% del capital, valorado en libros en 625 millones de euros, e Hispasat, entre otras. En el caso del operador de satélites, su participación del 7,41% se habría revalorizado hasta los 104 millones de euros, teniendo en cuenta el múltiplo al que cotizan empresas comparables.
El resultado neto de la Sepi ascendió a 36 millones de euros en 2010, frente a los 106 millones de pérdidas de 2009. En ello tuvo que ver el resultado financiero positivo y el beneficio de las participaciones por puesta en equivalencia, porque el resultado de explotación arrojó pérdidas de 143 millones. El grupo público redujo su fuerza laboral en 3.831 personas, fundamentalmente, por la reducción en las plantillas de Tragsa y Hunosa. La cartera de pedidos de las empresas cayó de 7.552 a 6.273 millones de euros.
De la privatización a las vacas flacas
La intensa política de privatizaciones de empresas públicas abordada por el Partido Popular a finales de los noventa redujo la nómina de grupos públicos. La Sepi lideró el paso a manos privadas de empresas públicas como Tabacalera (ahora en manos de Imperial Tobacco), Telefónica, la papelera Ence y Endesa, entre otras.
Aún hoy, el Estado mantiene presencia en empresas cotizadas como Ebro Foods, EADS, Enagás o Red Eléctrica Española. Además, Sepi controla sociedades como el constructor naval Navantia, la sociedad de mercados de abastos Mercasa, el proveedor de tabaco en rama Cetarsa o el Hipódromo de la Zarzuela, entre otras.
Además de la salida de su cartera de algunas de estas sociedades, el Ejecutivo de José Luis Rodriguez Zapatero ha puesto en marcha otras privatizaciones parciales, como la de Loterías y Apuestas del Estado y de los aeropuertos de Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat. Estas operaciones buscan reducir el abultado déficit público español, hasta situarlo en el 6% comprometido con Bruselas.
