La temperatura del agua superficial del Mediterráneo aumentará 2,5 grados antes de 2099, con consecuencias directas sobre los ecosistemas y sobre el régimen de tormentas, brisas y precipitaciones torrenciales otoñales que definen el clima en las islas y el Levante. Sin embargo, el aumento del nivel del mar será inferior al descrito hasta ahora debido a la salinización del agua, según un modelización numérica elaborada por la sociedad Puertos del Estado.

La simulación realizada por Puertos del Estado sobre el impacto del cambio climático en el Mediterráneo confirma un aumento de la temperatura del agua que incidirá notablemente en el clima
 
DIARIO DE IBIZA, 30 Jun. (Ibiza).- Según este trabajo, en el que se han «alimentado» y validado los modelos de cálculo con los datos históricos de los puertos de Alicante, Castellón y Valencia, entre otros, de cumplirse el escenario A2 descrito por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), la temperatura superficial del mar Mediterráneo aumentaría 2,5 grados en promedio, pasando de 19,3 grados centígrados de temperatura media en 2000 a 21,8 en 2009.
 
En su informe, Puertos del Estado recuerda que no todo su contenido son futuribles y que existe un aumento de las temperaturas medias mensuales y anuales entre 1960 y 2000 que se ha incrementado a partir de ese año y que se proyecta en los modelos hasta 2099.
 
La salinidad contraerá el agua
 
«En cuanto a la salinidad superficial –añade– se observa también un aumento prácticamente generalizado en todo el Mediterráneo vinculado al incremento de la evaporación en toda la zona», que es mayor cuanto más al este y más débil en Alborán, donde llega el efecto del Atlántico. Las variaciones de temperatura, unidas a la salinidad, provocan cambios en la densidad del agua, que es un factor clave en la circulación de corrientes «termohalinas», añade el informe.
 
Las aguas más densas se hunden y pueden modificar los patrones de circulación de las masas de agua, provocando variaciones a escala local del nivel del mar. Además, la salinización provoca el denominado efecto «estérico» por el que se contrae o dilata la columna de agua.
 
El informe dice que en el conjunto del Mediterráneo, la columna de agua se contraerá en el siglo XXI contrarrestando y superando el efecto de dilatación provocado por el aumento de la temperatura que aumenta el volumen del agua.
 
Si se consideran otros factores como la posible fusión de los hielos continentales, que ya ha comenzado en el Ártico y los glaciares de todo el mundo, el aumento del nivel del mar en el Mediterráneo estaría por debajo del asignado por el IPPC hasta situarse entre 0,0 y 1,6 centímetros por década, un máximo de 16 centímetros en este siglo.
 
Otros estudios como los del IPPC, realizados a mayor escala y con menos detalle, y los elaborados por otros centros científicos, incluido el Instituto Español de Oceanografía, sitúan esta subida en 50-60 centímetros a lo largo del siglo XXI. Una subida de este calado habría obligado a adoptar medidas de autoprotección en la costa mediterránea, donde se concentra la población y una gran parte de la actividad económica.
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