En el Día Mundial de los Océanos, WWF pide al Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) que tome medidas firmes para proteger nuestros mares. Aunque existe un marco legislativo adecuado, España no cuenta con ningún Área Marina Protegida (AMP), ya que la declaración de El Cachucho aún no ha sido aprobada. WWF propone que se amplíe la protección de zonas como el Frente de Doñana, o que se creen otras nuevas como el Cap de Creus o el Santuario de Baleares.

Menos del 1 por ciento de los océanos cuenta con alguna figura de protección. En este problema, España no es ninguna excepción.
 
BAJOELAGUA.com, 08 Jun. (Madrid).- En la actualidad, menos del 1 por ciento de los océanos cuenta con alguna figura de protección. En este problema, España no es ninguna excepción, a pesar de que nuestro país ha adquirido el compromiso con la UE de tener protegido, al menos, un 20 por ciento de sus mares de aquí a 2020.
 
El marco legislativo cuenta con herramientas que permiten proteger y conservar toda esta riqueza biológica, así como obtener beneficios a largo plazo sin comprometer la salud de los ecosistemas. En este ámbito, cabe destacar la Ley de Protección del Medio Marino, la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad y la Ley de Parques Nacionales.
 
Sin embargo, lo cierto es que estas leyes no están encontrando una aplicación en la práctica. De hecho, WWF denuncia que las promesas realizadas por el Ministerio de Medio Ambiente durante los últimos años no se han cumplido, principalmente a causa del bloqueo que ha venido realizando la Secretaría General del Mar.
 
El Cachucho, una promesa por cumplir
 
 Un caso emblemático es el de la declaración del Área Marina Protegida (AMP) de El Cachucho, en Asturias. A pesar de que esta zona fue propuesta por el MARM en 2008 para ser respaldada por esta figura, su declaración aún está pendiente de ser aprobada y, por el momento, sólo cuenta con un régimen de protección preventiva.
 
Asimismo, WWF recuerda que existen otros ejemplos igual de representativos en España sobre lo urgente que resulta velar por la protección del medio marino en nuestros 8.000 km de costa.
 
Entre ellos, no hay que olvidar el caso del Frente de Doñana, uno de los espacios naturales más singulares de Europa, con un complejo que alberga una gran riqueza biológica. A pesar de que su parte terrestre cuenta con diversas figuras de protección, su medio marino permanece desamparado, aun siendo una pieza clave para sustentar la biodiversidad, la economía y la cultura de la zona.
 
Otro caso es el Cap de Creus, la zona marina más estudiada por los científicos del litoral español, cuyas conclusiones han ratificado su importancia e interés, así como la necesidad de una figura que proteja, conserve y ordene las actividades en su entorno.
 
Junto a estas, la organización insiste en que hay otros claros ejemplos como es la ampliación del Parque Nacional de Cabrera, la protección de Cabo Tiñoso o el Canal de Menorca. Todas ellas estaban recogidas en la propuesta de WWF de 2006 para la creación de una red de Áreas Marinas Protegidas.
 
De otro lado, la organización también quiere denunciar el bloqueo de la creación del Santuario de Baleares, cuyas aguas son fundamentales para la reproducción del atún rojo, una especie gravemente sobreexplotada. Además, la zona es crucial para el resto de especies de túnidos del Mediterráneo y para otras como el pez espada, la tortuga boba y las aves marinas. Pese a sus compromisos internacionales, España ha estado paralizando cualquier avance en la conservación de estas aguas.
 
Por el momento, la única figura de protección de nuestros mares que se está aplicando y funciona de forma efectiva son las Reservas Marinas de Interés Pesquero. No obstante, esta red, con cerca de 25 reservas, sigue siendo claramente insuficiente.
 
WWF muestra su preocupación por la falta de apoyo del Ministerio y las CCAA a las iniciativas de creación y cogestión de reservas impulsadas por el sector pesquero artesanal y otros sectores implicados.
 
Tras el nacimiento de las reservas de Os Miñarzos y de Cedeira, otras cofradías han iniciado un camino similar hacia la pesca sostenible, pero este esfuerzo no está encontrando respaldo por parte de las administraciones pesqueras.
 
Según José Luis García Varas, Responsable del Programa Marino de WWF España: "El trabajo de pescadores como los de Lira o Cedeira repercute positivamente no sólo en la conservación del mar, sino que también facilita la labor de la Administración, ya que el sector se hace corresponsable de la gestión y vigilancia de las pesquerías". Y añadió: "Es necesario un cambio de mentalidad y actitud en las administraciones para aprovechar las fortalezas del sector pesquero de bajura y propiciar marcos de colaboración y apoyo a la cogestión de los caladeros, con probados beneficios en todo el mundo".
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