El Juan Carlos I, el mayor buque de la flota militar española, es estos días el mejor embajador de su fabricante, Navantia. Atracado en el puerto de Estambul (Turquía) desde el pasado domingo, ofrece a la Armada del país y a su Gobierno la posibilidad de conocer in situ sus capacidades. La empresa pública española compite con dos astilleros locales por un contrato para el diseño de la construcción de un megabuque, que beneficiaría a las factorías de la ría de Ferrol, pero solo la firma española cuenta con un diseño ya probado, lo que le posiciona ventajosamente en las negociaciones.

 
Sus dos competidores locales aún no tienen sus diseños probados
 
LA VOZ DE GALICIA, 02 Jun. (Ferrol).- Sus dos competidores -ambos astilleros turcos, uno aliado con una empresa británica y otro con una china- han presentado al concurso prototipos que aún no han sido probados en la mar, mientras que Navantia y el Ministerio de Defensa ofrecen estos días a los responsables de la Armada del país la posibilidad de conocer las capacidades del modelo español.
 
Aunque el consejero delegado de Navantia, Luis Cacho, se muestra muy cauteloso al valorar las expectativas de lograr este contrato -«en temas comerciales internacionales no se puede pecar de optimismo», aseguró a este periódico- las visitas que ha recibido el Juan Carlos I en su estancia en Estambul reflejan el interés que ha despertado este modelo.
 
Ayer mismo subió a bordo del mayor buque de la Marina española el almirante Dilgel, el jefe la Flota turca, junto con personal de su Ministerio de Defensa que está participando directamente en el contrato. El navío se encuentra fondeado en las inmediaciones del puerto de Estambul, al que regresa hoy. En los últimos días también ha recibido la visita de personal técnico y naval del país, que resolverá el concurso en medio año.
 
Navantia está aliado con la factoría turca Sedef, un «astillero que actúa como contratista principal porque así lo definen las especificaciones del concurso. Es un socio solvente y un buen candidato para acometer este proyecto», afirmó Luis Cacho, quien también insistió en la «posición sólida» de la oferta española por cuanto está ya probada y avalada por la Armada nacional.
 
De lograr el pedido, Navantia proporcionaría el diseño y la transferencia de tecnología del buque, que se construiría en el astillero local.
 
Turquía abrirá el próximo año un programa de fragatas. Por ello, para Navantia es muy importante ganar la obra del megabuque, que le permitiría referenciarse «como una empresa que tiene diseños, tecnología y capacidades» para partir con una posición en futuros concursos. Las F-100 portan el sistema de combate americano, interesante para Turquía por su «condición de socio estratégico de EE.UU.», afirmó Cacho.
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