Con esta entrevista continúa el panel de encuentros que el Gabinete de Comunicación del CME está realizando con los socios. En esta ocasión nos dirigimos a Sergi Sauri, Responsable del Área de Transporte Marítimo del Centro de Innovación del Transporte - CENIT. Este centro de investigación se creó en el año 2001 como consorcio entre la Generalitat de Cataluña y la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). Su misión es generar conocimiento sobre el transporte y transmitirlo a la sociedad.

 

El CENIT es un centro público de innovación e investigación del Transporte creado en el 2001 con sede en Barcelona. Actualmente tiene una plantilla de 35 personas. Su objetivo principal es analizar el transporte como sistema: operaciones, logística, economía del transporte y organización del sector transporte. Sergi Saurí es el responsable del área de transporte marítimo y logística portuaria. Profesor de Transportes de la UPC en la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y la Facultad de Náutica. Es Doctor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la UPC y Licenciado en Economía por la UB. Ha sido visiting scholar al MIT.

¿Cuál es la principal actividad de su organización? ¿Cuáles son sus contribuciones al sector marítimo?

EL CENIT es un centro público de investigación e innovación del transporte. Se analiza el transporte desde el punto de vista sistémico: desde la mejora de las operaciones en una terminal de contenedores hasta la organización empresarial del sector marítimo. Se trabaja en optimización de procesos, logística y economía del transporte. Dentro de las diversas áreas de actividades del centro, una de las más importantes es la de transporte marítimo y logística portuaria. A título de síntesis, hay tres grandes líneas de investigación dentro de esta área: economía del transporte marítimo y portuario (demanda, costes, tarifas, regulación, etc.), terminales portuarias (optimización de operaciones, diseño de terminales, etc.) y logística del sector portuario y marítimo (routing en líneas marítimas, competitividad portuaria, etc.). Por ejemplo, trabajamos en los requerimientos que debe cumplir el diseño de los buques a efectos de la rentabilidad de su explotación o en la configuración de las bodegas para aumentar productividad de las operaciones de carga y descarga que tienen lugar en el interior de éstas. Los resultados de nuestro trabajo se transfieren al sector empresarial en forma de innovación y formación.

¿Cree que hay cultura de innovación en el sector empresarial?

La actitud de las empresas hacia la innovación depende del nivel de competencia en que estén sometidas. Un claro ejemplo de ello es el de las terminales portuarias. Por un lado, el sector de las terminales de contenedores, cuyo mercado se mueve a escala internacional y con clientes que exigen cada vez mayores productividades, está viviendo una acelerada automatización de sus procesos. Es un sector muy abierto a cualquier innovación que implique una mejora de su productividad, por muy pequeño que sea este incremento. Por otro lado, otros segmentos del mercado de terminales portuarias, por el contrario, son más reacios a incorporar innovaciones, a menos que vean de un modo muy claro que éstas implicarán una sustancial mejora de los procesos y/o producto.
Otros integrantes del sector marítimo, como navieras, astilleros e ingenierías están siendo cada vez más receptivos a la incorporación de la I+D y la empiezan a contemplar como una componente importante de su organización. Muestra de ello es que cada vez es más frecuente encontrar empresas con departamento de I+D.
A pesar de este cambio de actitud, aún queda camino por recorrer: no sólo es necesario hablar de innovación y participar en encuentros, hay que creérsela e invertir dinero y esfuerzo en ello.

¿Y la Administración Pública?

En los últimos años ha hecho y está haciendo un gran esfuerzo en I+D. No obstante, hay dos aspectos en los que se debería de mejorar. Primero, sectorizar las ayudas y convocatorias a las necesidades de cada sector empresarial. No se puede hacer una generalización de la I+D. Conviene priorizar sectores, partir de la situación actual de cada uno de ellos y detectar los puntos clave de innovación de cada uno. No tiene nada que ver la I+D en el sector de la sanidad con la del marítimo, y ello se debe de reflejar en los instrumentos de ayuda a la I+D. Un segundo aspecto de mejora concierne a la investigación fundamental (aquella parte de la investigación que no tiene una aplicación inmediata a la sector empresarial, pero que es básica para que la innovación avance a largo plazo). Actualmente, la mayor parte de los instrumentos de ayudas de las Administraciones Públicas están pensados para obtener productos a corto plazo con los que las empresas puedan ser competitivas, pero conviene invertir también en el futuro: la investigación cuyos resultados será la base de las innovaciones futuras.

¿Qué caminos atisba que seguirá la I+D en el sector marítimo?

A corto y medio plazo, se irá continuando avanzando en la mejora de los procesos y productividades basados en las aplicaciones tecnológicas. A grandes rasgos, y con el riesgo de simplismo que ello supone, actualmente la I+D se basa en la implementación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación partiendo de una organización de la producción (donde estaría el diseño de los buques y de las terminales, por ejemplo) que no ha cambiado radicalmente. A largo plazo, las mejoras sustanciales procederán de transformaciones de esta base fundamental de la organización de la producción: nuevos conceptos de buques (buques Ro-Pax modulares, por ejemplo), de terminales (terminales “flotantes” o automatización de la carga rodada), etc.

¿En qué ha afectado la actual crisis a la I+D?

Ha habido dos cambios importantes. En primer lugar, una reducción sustancial de los fondos públicos destinados a la investigación, especialmente a la fundamental (la que no tiene una aplicación inmediata al sector empresarial). En los últimos años hemos asistido a un crecimiento importante de los centros de innovación e investigación, tanto en sus dimensiones como en su cantidad, que ha quedado parado con la crisis. En segundo lugar, la actual investigación e innovación está muy orientada a la obtención inmediata de resultados que sean comercializables y que permitan la internacionalización de las empresas españolas. Ello ha venido muy motivado por el cambio de política de las Administraciones Públicas en cuanto a instrumentos de ayuda de I+D: centrados en las empresas y con resultados tangibles a corto plazo. Como consecuencia y como aspecto positivo, esto está obligando a una estrecha colaboración entre empresas y centros de innovación e investigación, que tradicionalmente había sido una asignatura pendiente en este país. Precisamente la clave de estos centros para superar la crisis, como es nuestro caso, radica en su capacidad para dar respuesta a las necesidades de innovación del sector empresarial y atraer capital privado.

¿Desde cuándo pertenecen al CME? ¿Qué ventajas suponen para su organización la pertenencia al CME?

Pertenecemos al CME desde hace pocos meses. Como centro público de investigación e innovación, dentro de nuestros objetivos fundamentales está apoyar la innovación del sector empresarial en general y del marítimo en particular. Para ello es fundamental conocer de cerca la realidad del sector marítimo español y partir de ahí detectar sus necesidades de innovación. Nuestro trabajo se ha de basar en la colaboración estrecha con las empresas y ha de ser para las empresas. En este sentido, para nosotros es muy importante estar al CME y participar activamente, tanto en los encuentros sectoriales como en los grupos de trabajo.
 

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