Ha sido destronado por dos colosos de los mares como el Oasis y el Allure of the Seas, los gemelos de Royal Caribbean que poseen el título de los cruceros más grandes del mundo. Pero sigue siendo uno de los barcos más impresionantes y lujosos del mundo. El Queen Mary 2, de la compañía Cunard Line, atraca hoy en el puerto de Barcelona en la que es su última escala tras haber pasado tres meses dando la vuelta al mundo. El majestuoso barco, que recrea en su interior el ambiente de los grandes cruceros de principios del siglo pasado, inaugura hoy con su escala el desfile de los grandes cruceros en Barcelona, donde este año atracarán los barcos más grandes que navegarán esta temporada por el Mediterráneo y con los que el puerto barcelonés espera superar el récord de pasajeros.

El ‘Liberty of the Seas’, el ‘Norwegian Epic’ y el ‘Carnival Magic’ fijan su base en la capital catalana
 
LA VANGUARDIA, 15 Abr. (Barcelona).- Hoy será la única ocasión del año en la que el Queen Mary 2 visitará Barcelona y estará atracado en el puerto hasta las seis de la tarde. De hecho se trata de un barco que desde hace unos cinco años sólo visita de forma ocasional el puerto barcelonés. No así los nuevos colosos que surcarán el Mediterráneo esta temporada y que han fijado su puerto base en la capital catalana. El Liberty of the Seas, de Royal Caribbean, que llega mañana sábado, es con 338 metros de eslora y una capacidad para 4.375 pasajeros, además 1.360 tripulantes, el crucero más grande que surcará el Mediterráneo. Un barco que es apenas siete centímetros más pequeño que el emblemático Queen Mary 2, pero que casi dobla su capacidad de pasaje –el Queen Mary 2 puede albergar 2.620 pasajeros y 1.253 tripulantes).
 
El segundo en el ranking de los grandes que este año atracarán en Barcelona es el Norwegian Epic, de la naviera Norwegian Cruise Line, que llegará el miércoles 18 de mayo. Apenas diez centímetros menos de eslora lo separan del Liberty (329,5 metros), aunque su capacidad de pasaje –4.100 personas y 1.800 de tripulación– sí que es menor. Mayor diferencia presenta el Carnival Magic, que llegará el 10 de mayo y con el que la naviera Carnival volverá a prestar servicios en Europa. Se trata del barco más moderno y actual de la flota de Carnival, con 14 cubiertas, 306 metros de eslora y una capacidad para 3.646 pasajeros, más 1.367 de tripulación.
 
Tres barcos que iniciarán y finalizarán su ruta en Barcelona con la repercusión económica que ello supone tanto a nivel de pernoctación –muchos pasajeros aprovechan el principio o el final del viaje para pasar uno o dos días en la ciudad– como a nivel de abastecimiento –la mayoría de navieras hacen acopio en el puerto base de productos frescos para cubrir los días de crucero–. Pero más allá de la repercusión económica está la apuesta de las navieras por un puerto que, pese a ser ya el cuarto a nivel mundial y el primero de Europa, aspira a seguir escalando posiciones en el ranking.
 
Pese a la crisis, el puerto de Barcelona prevé este año superar las 900 escalas de cruceros y sobrepasar los 2,5 millones de pasajeros, lo que supondría un nuevo récord de viajeros. Ello supone un crecimiento interanual de poco más del 7% en comparación con el 2010 (un 10% si las cifras se ciñen exclusivamente a los meses de verano). Dichas escalas corresponden a un total de 118 barcos, que son los que operarán este año en el puerto, de los cuales 12 atracarán por primera vez en Barcelona. “Nuestra compañía tiende a apostar más por Barcelona porque tiene más filón para los europeos que van de crucero. Después de los puertos de Miami, para nosotros viene Barcelona”, explica Marc Pedrol, director de marketing y comunicación de Royal Caribbean, para quien posicionar el Liberty of the Seas en la capital catalana responde a una necesidad de la compañía de “refrescar” su oferta. “Siete noches de crucero es un producto que estaba saliendo muy bien en el mercado y queríamos cambiar un poco de aires. Estamos viendo que las familias se animan más a hacer un crucero y creemos que el Liberty se adecua más a los niños; apela más al espíritu familiar”, señala Pedrol.
 
De hecho se trata de un barco que presenta numerosas novedades para el público europeo familiar. Cuenta con el Flow Rider, un simulador de olas para practicar surf en alta mar, rocódromo, pista de patinaje sobre hielo y la presencia de los personajes de DreamWorks como Shrek, Fiona o los pingüinos de la película Madagascar. Un barco con el que la compañía celebra su decimoquinto aniversario en el puerto de Barcelona y con el que espera crecer este año entre un 28 y un 30% (el año pasado ya registraron incrementos de ventas del 40%). “El Liberty tiene capacidad para 700 personas más por crucero, lo que supone por semana 20.000 plazas más que esperemos que se traduzcan en 20.000 personas”, vaticina Pedrol.
 
El Norwergian Epic es otro de los barcos más modernos que este año navegarán por el Mediterráneo. Una de sus mayores singularidades es que incorpora el primer bar de hielo de la industria de los cruceros, un lugar similar a un iglú en el que los clientes, a pesar de disponer de capas que recrean la indumentaria de los esquimales, apenas aguantan más de 20 minutos debido al frío glacial. Apenas tiene un año de trayectoria y la compañía ha apostado por posicionarlo en Barcelona tras pasar breves meses en Miami. De hecho, el concepto de freestyle cruising (máxima flexibilidad y libertad, sobre todo a la hora de comer) que impera en todos los barcos de la compañía es uno de los aspectos más apreciados por el público europeo, sobre todo el latino. “En el 2006 ya pudimos ver, por primera vez, que la elección de Barcelona como puerto de embarque tuvo un gran éxito entre el público español”, explica Michael Zengerle, director general de Norwergian Cruise Line. “Por ello hemos continuado con esta apuesta a lo largo de estos años con buques como el Norwegian Jade o el Gem, que también han demostrado que ésta es una ciudad idónea para el embarque de pasajeros de crucero debido a su fácil accesibilidad y a su gran atractivo turístico”, añade.
 
De hecho, algunas navieras reconocen que últimamente se está produciendo un trasvase de cruceros de Civitavecchia (Roma) a favor de Barcelona como puerta de embarque y desembarque dadas sus instalaciones. Unas terminales que le han valido la reciente obtención en Miami de tres premios por parte de la prestigiosa publicación Dream Cruise Port Destinations, donde las compañías mundiales de cruceros eligen los mejores puertos, destinos y terminales. Los galardones se otorgaron a Barcelona en las categorías de puerto con los servicios más eficientes, con mejores conexiones turnaround (llegada y salida) y como mejor destino puerto base.
 
Eficiencia que esta temporada se pondrá a prueba con la llegada de los grandes cruceros, que requieren una operativa mucho más estudiada. “Se necesita mucha más coordinación porque todo se multiplica. Por ejemplo, con el Epic necesitamos colocar 25 mostradores extra además de los 45 que ya tenemos”, explica Carla Salvadó, la responsable de cruceros de la Autoritat Portuària de Barcelona. Sin embargo, Salvadó reconoce que la falta de más vuelos internacionales directos a El Prat juega en contra. “Carnival llevaba dos años sin venir a Barcelona y estoy segura de que las nuevas conexiones aéreas y las frecuencias con Estados Unidos han contribuido a que tomen la decisión de venir”, añade Salvadó.
 
El sector de cruceros sigue viento en popa pese a la crisis, aunque todas las navieras han ajustado precios. Siete noches en los mejores barcos de la temporada oscilan entre los 700 y los 2.000 euros, dependiendo del lujo de los camarotes.
 
De la hamburguesa a la ensalada
 
De navegar por el Caribe con un público eminentemente americano a hacerlo por el Mediterráneo, donde el latino es el principal cliente, supone para las navieras un cambio de mentalidad sustancial que se traduce sobre todo en las comidas y bebidas. “No sólo cambia parte de la tripulación para poder atender mejor las diferentes nacionalidades; también se rediseñan todos los menús. Por ejemplo, en Europa sube el consumo del pan, el queso, las ensaladas y el vino, mientras que los cereales, que triunfan en los desayunos de los americanos, en España casi no los toca nadie. Hamburguesas salen pocas y salen muchas salchichas si hay cliente inglés”, explican fuentes del Epic, que se estrena esta temporada en el Mediterráneo. Un barco donde muchas de las cantidades de productos que se consumen se cuentan por toneladas. En siete días de crucero se pueden llegar a consumir en el Epic 407.700 kilos de arroz, más de 9.000 de carne roja y casi 7.000 de pollo. De hecho, el 50% de la tripulación –casi 900 personas– trabaja en exclusiva sirviendo comidas y bebidas bajo la dirección de 265 chefs de cocina.
 
 
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