Con el precio del petróleo por encima de los 100 dólares el barril y con el impacto medioambiental por la emisión de CO2 al límite de lo razonable, las energías renovables se abren paso. Tras la eólica, coinciden los expertos, le tocará el turno a las renovables marinas, que pasan por la instalación de molinos y bases flotantes en el mar. Y ahí, el potencial de la costa gallega la sitúa al frente del litoral español y europeo, solo superado por el de Inglaterra y Escocia. Claro que su futuro desarrollo requiere, además de grandes inversiones, solventar el presumible choque de intereses con otros sectores como el pesquero, que observa con recelo el impacto de los parques eólicos en los recursos marinos.

Las olas de la costa gallega están entre las más productivas de Europa
 
EL PAIS, 19 Feb. (A Coruña).- "El momento de tomar una decisión es ahora", advierte Primitivo González López, profesor de la Universidade de A Coruña y uno de los autores del informe Desarrollo de las energías renovables marinas: condiciones de éxito en las regiones de la Red Transnacional Atlántica del Arco Atlántico, que se presentó ayer en Santiago. Realizado por un grupo de trabajo del Consejo Económico y Social de distintas regiones europeas, entre ellos el de Galicia, el estudio concluye que la energía eólica marina tiene un doble interés en Galicia. La primera, como fabricante de torres eólicas, y la segunda, para el desarrollo de este tipo de renovable en su costa, de "gran potencial".
 
Esas posibilidades se sustancian en datos del Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE), del Ministerio de Industria y Energía. El litoral gallego es "el de mayor potencial en España para aprovechar la energía undimotriz", según el informe, con potencias medias de 40 KW/m (kilovatios por metro de frente de ola), más del doble de la media. En España solo compite con la costa gallega la del Cantábrico (30 KW/m) y la del norte de Canarias (20 KW/m). Según datos de Norvento, que ha realizado prospecciones en aguas gallegas, solo Inglaterra y Escocia la superan en Europa.
 
González López, que representó al CES de Galicia en la elaboración del informe, junto a los también profesores Santiago Martín Criado y Cristina Anido, Galicia cuenta con "enormes posibilidades de un desarrollo industrial específico y competitivo" como fabricante de torres eólicas y complementos para los aerogeneradores que se van a instalar en aguas de profundidad moderada del Mar del Norte. El autor del informe cita en concreto las posibilidades de Navantia, en Fene, con "gran capacidad, espacio y ubicación". Para producir un gigavatio se necesitan 300 torres con estructuras metálicas de soporte de 21.000 toneladas.
 
Pero para poder aplicar en Galicia lo que ya es realidad en el Mar del Norte, es necesario desarrollar y colaborar en tecnologías para la energía en aguas profundas, como es el caso gallego, que no pasan tanto por la energía mareomotriz como por la undimotriz, producida por el movimiento de las olas. Los avances eólicos con cimentación permiten instalar aerogeneradores en aguas cada vez más profundas, pero el sistema propuesto pasa por el uso de bases flotantes atirantadas al fondo para los generadores eólicos.
 
"La planta de Endesa en As Pontes tiene una producción de alrededor de un GW . No creo que fuera muy complicado llegar al doble o más", aseguró González López. Con una potencia media como la del litoral de Galicia, sería necesario realizar un frente de 25 kilómetros de ola. Las ubicaciones más adecuadas serían, según los responsables del estudio, las zonas de Viveiro y la desembocadura del río Miño, en A Guarda.
 
El reto para Galicia, según los representantes del CES de Galicia, consiste en "desarrollar y colaborar en tecnologías para captar la energía undimotriz, que aún está en sus primeras fases". Ya existen en la comunidad autónoma iniciativas privadas, "pero es de todo punto necesario disponer de una estación propia para prueba y homologación de prototipos antes de su fabricación comercial". En España existen proyectos similares en Santoña (Cantabria) y Motrico (País Vasco), además de una monoboya instalada en 2010 en Cantabria y del proyecto para el primer parque eólico marino experimental que se instalará en Tarragona.
 
En Galicia, mientras tanto, las iniciativas experimentales son todavía pocas y "particulares", subrayó Primitivo González López, que aseguró que el potencial del litoral gallego permite a la comunidad autónoma pensar en "salir a la exportación" de la energía que se produzca. España y Galicia se encuentran en un momento "crucial para impulsar el desarrollo de la energía marina", destaca el estudio.
"No hay decisión política en la Xunta"
 
Para desarrollar el potencial energético de la costa gallega no basta con la iniciativa privada. "Se necesita financiación pública que complemente la empresarial a través de incentivos de I+D+i", aseguró una representante de Norvento en la presentación del estudio. El problema es que se trata de una inversión a largo plazo, no inferior a los 10 años, y la Xunta no parece estar por la labor. "No hay decisión política", lamentó el autor del estudio Primitivo González López. "Estamos esperando, pero en otros sitios que tienen el mismo problema, como Cantabria o el País Vasco, van muy adelantados", añadió el profesor de la Universidade de A Coruña. A su lado, el presidente del CES de Galicia, Pablo Egerique, del PP, añadió: "Sería una pena no aprovechar el tirón". En el cálculo de la inversión que sería necesaria para desarrollar la tecnología, los responsables del informe la cifraron entre un 0,1% y un 0,2% del PIB de Galicia, según se considere la media gallega o la europea de inversión en I+D+i. Es decir, entre 57 y 114 millones de euros.
 
Además del problema económico, el desarrollo de la energía eólica marina cuenta con el rechazo expreso del Parlamento de Galicia, que hace dos años aprobó por unanimidad una resolución en la que se oponía a la ubicación de plataformas marinas frente al litoral de la comunidad. A pesar de ello, el Ministerio de Industria estudió a principios de 2010 la posibilidad de convocar un concurso para que empresas eléctricas levantaran parques eólicos en el mar de Galicia. El departamento de Miguel Sebastián tramitó informes sobre tres zonas, a propuesta del sector energético: el norte de Foz, entre Cedeira y Valdoviño y en la ría de Muros.
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