El presidente de la naviera Compañía Marítima Hispano Francesa (CMHF), Luis de la Peña, se reunirá este mes con responsables de Transportes de la UE para comunicarles el cambio en la titularidad de la autopista del mar de Vigo y agilizar la concesión de las ayudas directas a las que tiene derecho el servicio: 30 millones de los gobiernos español y francés, y 4 millones más del programa Marco Polo II.

La nueva concesionaria de la ´supercarretera´ marítima intensifica los contactos comerciales para captar tráficos del norte de Europa
 
FARO DE VIGO, 06 Feb. (Vigo).- Acciona Trasmediterránea, la concesionaria original del servicio, vendió el pasado 21 de enero sus acciones en la autopista del mar a CMHF, la naviera que transporta los vehículos y mercancías de PSA Peugeot Citroën entre las terminales de Vigo y Nantes-Saint Nazaire.
 
Este cambio de titularidad al frente de la concesión, que está pendiente del visto bueno de la comisión intergubernamental hispanofrancesa que regula las autopistas del mar, despejaba un poco más el futuro de la ruta, en el aire después de que Trasmediterránea perdiese el contrato de PSA-Vigo (que le permite cumplir con el pliego de condiciones de carga y frecuencias de las autopistas del mar) hace más de un año. La intención de CMHF es que esta supercarretera del mar entre en funcionamiento este mismo año.
La naviera acaba de finalizar un tour por Francia en busca de nuevos tráficos que rentabilicen la autopista del mar. Solo en mercancías, el concurso establece que el primer año hay que sacar de las carreteras 25.000 camiones, que serán 100.000 el cuarto año y 850.000, el décimo. Además de nuevos tráficos, que sumen a los contratos en manos de CMHF (como los de PSA y Renault), la compañía marítima tratará de negociar una rebaja del convenio.
 
Uno de los principales problemas a los que se enfrenta el servicio es el retorno desde Europa. La naviera tiene capacidad para llenar los barcos con destino a Francia, pero en sentido contrario tendría más dificultades para encontrar carga.
 
Las autopistas marítimas tienen como principal objetivo liberar de tráfico pesado las saturadas carreteras que unen los países miembros de la Unión Europea (UE), y entre España y Francia se seleccionaron dos entre las varias candidatas: la de Vigo, liderada por Trasmediterránea; y la de Gijón, impulsada por la naviera francesa LD Lines.
 
La candidatura olívica, el proyecto Atlántica, partió desde un principio como favorita por los más de treinta años de experiencia que el Puerto tiene en la ruta Vigo-Saint Nazaire gracias al transporte de automóviles y piezas para Citroën. Pero tras perder a mediados de 2009 Trasmediterránea el contrato de PSA a manos de CMHF, este proyecto quedó prácticamente paralizado. Ahora, con nuevo patrón a bordo, la autopista espera zarpar este año.
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